JORNADA 32. “Haremos cambios”, avisaba Álvaro Cervera en la previa del choque de la sobremesa de este sábado en el José Zorrilla cerrando una comprimida semana con tres envites; y no mentía, sorprendiendo con un once titular inusual. Delante, un Real Valladolid con urgencias por no caer en el pozo ante a un Cádiz en una posición relativamente cómoda en esa lucha por la permanencia.
Asumiendo las bajas de los lesionados Perea y Álex Fernández, y los sancionados Salvi y Jonsson, los visitantes saltaban de inicio con un equipo casi de circunstancias, lleno de suplentes, muchos de ellos con apenas minutos: Ledesma, en portería; Akapo, Pacha Espino, Juan Cala y Marcos Mauro, en defensa; Augusto Fernández y Garrido, en el centro del campo; Alejo y Malbasic, por los costados; Pombo de enganche y Lozano arriba.
Así, tras unos primeros momentos de tanteo, se iba evidenciando qué bando necesitaba la victoria sí o sí y qué bando podía permitirse especular. El Valladolid se mostraba cómodo y confiado ante un Cádiz inseguro y sin intensidad. Y en el minuto 13 subía el 1-0 al marcador, firmado por Óscar Plano sin oposición defensiva.
Un tanto que se veía venir tras dos avisos previos de Weissman, y buenas intervenciones de Conan; que también salvaba el segundo gol en el 21, ante un cabezazo de Joaquín. El argentino, capaz de lo mejor y de lo peor: al borde del descanso no blocaba la pelota en un saque de esquina, generando una situación de peligro.
Los de casa parecían por momentos de otra categoría en una primera mitad con los amarillos desaparecidos, mal atrás e inoperantes arriba donde apenas se pueden contabilizar algunos centros a la nada de Iván Alejo –de lo poco salvable-, y un tiro lejano de Choco casi para cubrir el expediente.
Sensiblemente más serio volvía el Cádiz tras el descanso, o más bien el Valladolid daba un pasito atrás. En el 54, el delantero hondureño reclamaba un penalti que no veía el árbitro, ni casi nadie, y poco después Cervera movía el banquillo, recurriendo a titulares: se iban Augusto, Pacha y Pombo y entraban Fali, Iza y Sobrino. Y se notó.
Tras varios córners consecutivos, en el minuto 64 Juan Cala establecía el empate en el último de ellos aprovechándose de un mal despeje y un balón suelto; haciéndose justicia al mejor arranque gaditano frente a un rival que empezaba a pelearse con sus propios nervios y fantasmas.
Los de Cervera ganaban hechuras e identidad con los cambios y los hombres de Sergio González aunque en la teoría debían buscar los tres puntos, ya apenas hacían nada en la práctica, hasta el 90, cuando en una contra Akapo salvaba el segundo cortando un peligroso disparo de Sergi Guardiola. José Mari y Negredo acababan de entrar al campo por Garrido y Alejo. El empate no se movería. Reparto de puntos que sólo deja satisfecho a los de la Tacita, con dos caras durante el encuentro, que siguen apuntalando pasito a pasito la permanencia.
“La primera parte ha sido un desastre, muy muy mala, de lo peor que recuerdo; ellos han estado bien y nosotros tenemos nuestras carencias y se nos ha notado, además de que no tuvimos intensidad. No te puedes pasar una parte entera con el portero haciendo paradas”, terminaba reflexionando el técnico del Cádiz en el postpartido. DIARIO Bahía de Cádiz
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