CRÓNICA J-36. Nueva final y nuevo partidazo en el Ramón de Carranza. El Sporting de Gijón, firmando un final de campaña impecable camino de Primera, buscaba esta tarde de domingo la novena victoria consecutiva; ante un Cádiz con dudas ambientales y anímicas que quiere seguir luchando en la zona alta de la tabla, y eso le obligaba a demostrarlo, y a ganar o ganar.
Mucho ambiente en las gradas, más de 15.000 personas (y unos 200 aficionados asturianos), y por parte de Cervera, un once titular pendiente de la baja de Álex Fernández. Así, entraban de inicio: Cifuentes en la portería; Brian, Correa, Mauro y Kecojevic, en defensa; Garrido, Abdullah, en el centro del campo, con Carrillo más adelantado; y Salvi, Álvaro y Barral, arriba.
El choque comenzaba sin dominador claro, aunque el primer aviso arriba lo protagonizaban los locales, con una falta lateral que sacaba Salvi y Kecojevic remataba fuera. Como réplica, un tiro pegado al palo de Nano que detenía sin problemas Cifuentes. El resto de acercamientos de los gaditanos, que se mostraban un punto más ambiciosos que los de blanco, llegaron igualmente en jugadas a balón parado, en córner y faltas. Y en el minuto 23, el primer contratiempo: la lesión del defensa de Montenegro, sustituido por Servando.
De ahí al descanso, a ambos rivales les costaba acercarse a la portería contraría, aunque de nuevo parecía que el Cádiz lo intentaba con más intensidad (lo que a su vez animaba a la grada, más impasible de lo esperable) ante un Sporting que daba la impresión de confiar en la calidad de sus hombres. Y en el 40, Carrillo disponía de la mejor ocasión del soso primer tiempo, cabeceando un centro lateral lejano de Brian, pero Álex Pérez la despejaba con el pie.
Los de amarillo salieron más despiertos y activos tras el descanso, y en el minuto 49 a punto estaba de subir el 1-0 al marcador: Garrido remataba un córner de forma magistral, y de forma igualmente extraordinaria sacaba una mano Mariño cuando la pelota se iba colando por la escuadra.
Y pese a que el juego estuvo detenido cerca de cinco minutos tras tropezarse el linier de la banda de tribuna con uno de los jugadores suplentes y lesionarse, y tener que ser reemplazado por el cuarto árbitro, el Cádiz no se enfrió y continuó presionando ante un rival incómodo que trataba de apaciguar el juego.
Las ganas las seguían poniendo sobre el verde, sin concretar ocasiones, los de Álvaro Cervera, que relevaba a Barral por Romera, buscando frescura en la delantera. Poco después Fasto Tienza ocupaba el sitio de Abdullah. Un tiro cruzado de Rober Correa en el minuto 83, lo paraba Mariño, y daba paso al último tramo del choque, con la primera ocasión de verdadero peligro visitante, un centro lateral que Pérez remataba por encima del larguero. Y desde la banda se marcaban siete minutos de tiempo añadido. El Cádiz acabó la partida dentro del área sportinguista, sin embargo la igualada a cero no se movió.
“Nos quedamos a disgusto tras este partido donde no han tirado ni han estado cómodos, nos sabe a poco”, sentenciaba Cervera, siempre realista, tras el encuentro, resumiendo el sentir del cadismo. El Cádiz, en un interesante partido, creyendo y queriendo, supo contener a un equipo en plena forma, mostrándose superior por fases y nunca inferior. Un punto meritorio pero insuficiente. Y a afrontar dos salidas consecutivas, dos finales más: a los campos del Valladolid y del Albacete. DIARIO Bahía de Cádiz