El Cádiz buscaba olvidarse en la noche del miércoles por un rato de la liga y sobre todo del “disgusto” de empatar en casa el último partido ante La Roda. Tocaba Copa del Rey, y como rival, en esta segunda eliminatoria, un modesto conjunto asturiano desconocido para la mayoría: el CD Lealtad. Jugando lo justo, o menos, los de amarillo sabiéndose superiores superaron al rival sin alardes, y ya están en la tercera ronda del torneo del KO. Un 2-1 que ni refleja lo insulso de gran parte del choque.
Miércoles de Copa del Rey en Carranza. El Cádiz, ante más de 5.000 personas en la grada –los abonados entraban gratis-, buscaba olvidarse por un rato de la liga y sobre todo del “disgusto” de empatar en casa el último partido ante La Roda. Y como rival, en esta segunda eliminatoria, tras superar en la primera al San Roque de Lepe, un conjunto asturiano desconocido para la mayoría: el CD Lealtad, recién ascendido de Tercera. Asequible, a priori, para alcanzar la siguiente ronda y acercarse al objetivo de, en la cuarta, medirse a un Primera de competiciones europeas.
Y sin piedad alguna –sólo había que ver el once inicial de Calderón, con Navarrete y Airam-, los de amarillo cercaron a los visitantes desde el pitido inicial. En el minuto 1, el canario ya estrellaba la pelota en el poste; y ni cuatro minutos después, el chileno se gustaba y marcaba el 1-0, un buen gol.
Con este arranque fulgurante y esperanzador, alguno ya preveía una goleada, pero nada de nada, el choque entraba pronto en una fase de relajamiento local, y de cierto aburrimiento, en la que lo único reseñable fue el cambio tempranero obligado de Fran Machado lesionado, por Villar. Los de negro se abrieron un poco, e incluso terminaron haciéndose con el control del encuentro –o mejor dicho, el Cádiz, confiado, dejaba hacer-, pero apenas lograban inquietar a Ricky Alonso. Hasta que en los minutos 24 y 28 Pablo Espinosa asustaba, y la afición local comenzaba a inquietarse…
En el 37, el árbitro anulaba el segundo a Migue García por fuera de juego, en una oportunidad aislada. Y poco, muy poco más, deparó esta primera mitad, más propia de un soso amistoso de pretemporada.
El partido se reinició, tras el descanso, como empezó, con el Cádiz con hambre y marcando. En esta ocasión, en el minuto 3, Cabrera culminaba a la perfección una jugada de estrategia.
El marcador manual de preferencia ya reflejaba un tranquilizador 2-0 y el Lealtad bajó los brazos. Con este panorama, los de Calderón, casi por inercia, sin jugar a nada, crearon puntuales ocasiones de gol, como la de Kike López cumpliéndose el primer cuarto de hora; o la del recién incorporado José Mari, canterano, en la recta final.
Una segunda mitad bastante infumable, que se calentó en su postrimería y se cerró con el gol visitante, de Piniella, al borde del descuento ante la apatía amarilla. Un 2-1 que, con todo, clasifica a los gaditanos, que hicieron los deberes: ganar y pasar la eliminatoria, pero que deja la sensación de que el equipo no quiso ofrecer más.
El próximo rival copero se conocerá tras el sorteo del 22 de septiembre, y la eliminatoria, todavía a partido único, se disputará ya en octubre. Si se supera este último obstáculo, se alcanzaría la ronda esperada, los dieciseisavos de final, en la que entrarán en el bombo los clubes de Primera en competición europea. DIARIO Bahía de Cádiz