JORNADA 15. Derbi andaluz en la antesala de nochebuena: el Betis recibía el miércoles en horario de máxima audiencia en el Benito Villamarín, vacío, a un Cádiz herido y tocado tras el bache de resultados y de hechuras, con un único objetivo grabado a fuego: “defender bien y salir a la contra”.
Con novedad en el once inicial de los de Cervera, sobresaliendo la ausencia de Álex Fernández, reemplazado en su posición habitual en los últimos choques (desde la lesión de José Mari) por Fali (que ya jugó minutos por delante de la defensa durante el último encuentro en Carranza). Así, Ledesma, bajo palos; Iza, Espino, Cala y Mauro, en la zaga; Jonsson y Fali en el centro del campo; Salvi y Perea por los costados; y Malbasic y Negredo arriba.
Los de Pellegrini, como era de esperar, se hacían dueños de la pelota desde el comienzo de la partida ante un Cádiz replegado de forma impecable, tapando huecos y tratando de cazar alguna contra letal.
En los primeros compases de ‘sobamiento’ de balón bético (80% de posesión) más allá de un disparo lejano de Sanabria desviado, la ocasión más peligrosa se la anotaban los visitantes, a partir de una jugada individual de Alberto Perea que desbordaba por la izquierda, centraba, y tras un rechace la pelota le caía al capitán Salvi que de primeras la estrellaba en el larguero. Minutos después el paraguayo Sanabria disponía de una medio oportunidad desbaratada por la defensa y sus propios compañeros.
Y ¿qué más contar?: el monólogo sevillano lento e infructuoso, interrumpido ocasionalmente por estiradas gaditanas sin demasiado norte, se mantuvo hasta el ecuador del choque, de momento del gusto de Cervera.
Con una pizca más de intensidad salía el Cádiz en la segunda mitad, en la que pronto Choco Lozano mandaba a Malbasic a la grada, tras un sustillo en el 50 de Fekir, al lateral de la red. El Real Betis, pese a tener la pelota, se veía casi tan incómodo como antes del descanso y en el minuto 56 reclamaba penalti por posibles manos de Pacha Espino (tras una acción rara de Conan Ledesma), acción que no vio ni el árbitro ni el VAR.
El duelo, con el paso de los minutos, se iba abriendo y los verdiblancos intentaban también darle una marcha más a su juego. Y Fali con molestias pedía el cambio: entraba en su sitio Garrido, y además Jairo reemplazaba a Salvi y Álex a Perea.
Y llegó el 70, y el giro a la trama: una jugada larga mal defendida por los amarillos (una perdida tras recuperación) acababa con gol de Guido Rodríguez, solo, entrando en el área tras un buen pase de Lainez desde dentro.
Con el 1-0, eran los de Álvaro Cervera los que se veían obligados a generar arriba, y en el 78, Negredo asistía de lujo a Lozano, que casi empata; tres minutos después era el hondureño el que se la dejaba al de Vallecas, que también tenía cerquita el gol. No obstante, el arreón se esfumó rápido, y el Betis volvió a tomar las riendas a su antojo y a acercarse al área gaditana o a jugar a que no pasara nada, aprovechándose de un Cádiz ya reventado físicamente.
Y se confirmó la derrota, tercera consecutiva en LaLiga tras las sufridas frente al Celta y el Getafe. Habrá que confiar en que se pueda revertir la mala racha en el último partido del año ante el Valladolid, un rival de los llamados a luchar con los amarillos por salvar la categoría. Y sobre todo trabajar el cómo plantear los partidos cuando se pone el marcador en contra.
“El equipo ha hecho lo que tenía que hacer, si hubiéramos jugado de una forma más abierta, lo hubiéramos perdido mucho antes. Creo que el equipo ha hecho un gran partido, estoy enfadado porque el gol viene de un balón que tenemos nosotros, pero en Primera hay ciertas cosas que no podemos hacer. El Betis nos puede marcar en cualquier jugada, y no le hemos dejado, pero en esa no te pueden marcar”, reflexionaba Cervera tras el duelo. DIARIO Bahía de Cádiz
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