JORNADA 29. En una desapacible e incómoda tarde de domingo con levantera y lluvia, el Cádiz afrontaba en casa la primera de la decena de finales que todavía le restan para tratar de sobrevivir en Primera. El primero a batir, un Villarreal metido en cuartos de la Champions. Y tras el parón de selecciones, todavía habrá que medirse a rivales como Valencia, Betis, Barcelona, Athletic Club, Sevilla, Real Sociedad o Real Madrid, sin olvidar a Elche y Alavés.
“Si repetimos una actuación como la del Wanda tenemos mucho que decir. Poco a poco se va viendo el equipo que queremos. Estamos escribiendo fascículos. Entendemos que este es el camino. Queremos acercarnos al éxito con nuestras ideas y nuestro juego”, apuntaba Sergio González, que cumple ya dos meses en el banquillo amarillo, en la previa del choque; al que se llegaba sabiendo que los tres puntos sacaban al equipo momentáneamente de zona de descenso, al perder el Mallorca su partido un rato antes.
De inicio, el 4-4-2 más habitual y el once esperable en el Cádiz CF: Ledesma bajo palos; Akapo, Pacha Espino, Luis Hernández y Chust, en defensa; la dupla San Emeterio-Rubén Alcaraz, en el centro del campo; Alejo e Idrissi, en los extremos; y arriba Choco Lozano y Álvaro Negredo. En las gradas del Nuevo Mirandilla, unas 13.000 personas abriendo y cerrando paraguas. Y el Ardentía, de speaker, soltando sus pildoritas: “¡venga, meterse pa dentro no me vayáis a coger frío, chiquillos; Emery, prepara el ventolín, que nosotros no somos la Juventus de Turín!”.
Con los equipos estudiándose, y muy encima uno de otro, Rubén Alcaraz probaba en el minuto 5 desde su propio campo y casi pilla despistado a Asenjo. En el 10, Chust cabeceaba bien una falta lateral del ex del Valladolid, pero el portero la repelía con reflejos; en la siguiente era Lozano el que disparaba con intenciones desde fuera del área; y en el 22, Pacha se iba metiendo sólo en el área pero su fuerte lanzamiento se iba alto.
Los gaditanos iban acumulando oportunidades ante un conjunto castellonense con menos urgencias, no muy cómodo, aunque provocaba cierta angustia cada vez que se acercaba a los dominios de Conan Ledesma. Eso sí, al que no puso en aprietos en toda la primera mitad.
El encuentro, sin especulaciones y caldeándose por momentos, se mantenía igualado tanto en aciertos como en desaciertos. Fallo como el de Choco en el 29, cuando tenía muy cerca el 1-0, en un mano a mano con Sergio Asenjo. Más fino estaba Idrissi en el 36, pero su misil terminaba en córner. Y en el 41, Negredo no enchufaba por los pelos una asistencia lejana de Iván Alejo.
Sin tiempo añadido, los jugadores se retiraban a vestuarios. Y en el estadio, bajo la persistente lluvia, quedaba en el ambiente la grata sensación de que el Cádiz competía, quería y tuteaba a los de Emery, mas si no llegaba el gol, iba a servir de poco.
Con un disparo fácil de Danjuma que atrapaba Conan y un cabeceo desviado de Alcaraz se reiniciaba la partida. Los de casa insistían y luchaban sin encontrar claridad y delante el Villarreal se resistía y galopaba de tanto en tanto. Y en el 60, Lucas Pérez reemplazaba al desfondado delantero hondureño. Tras otro disparo desde la frontal de Alcaraz, José Mari y Sobrino entraban también en el verde por San Emeterio y Alejo.
Sobrino, sí Sobrino, en casi su primera acción, se cabalgaba medio campo regateando a trompicones y entre cierta pasividad de los rojillos, y casi hacía el primero en el 75. Primer tanto que también estaba a punto de marcarlo Idrissi de potente disparo poco después. Restaba ya apenas diez minutos para buscar desesperadamente la más que merecida victoria. Y otras dos ocasiones de Rubén Sobrino y de Luis Hernández, de cabeza, andaban cerquitas.
Se rozaba el 1-0, y cumpliéndose el 90, la locura se desataba en el Nuevo Mirandilla con el gol de Sobrino, ¡¡sí, Sobrino!!, asistido por Lucas Pérez. Se decretaban tres minutos de tiempo añadido, y Fali reforzaba la defensa, pero ya no pasaría nada más. Eso sí, salía hasta el sol en la Tacita. Ya sólo quedaba disfrutar de la fiesta-felicidad post-partido.
Tres puntos más que buscados ante un desdibujado Villarreal europeo que no tiró a puerta -su mérito tuvo también el Cádiz-, para salir momentáneamente y tras catorce jornadas de la zona de descenso directo. Sí se puede. Y jugando al fútbol.
“Es una victoria de prestigio ante un rival muy difícil, importante además por los puntos. Estoy muy contento por la afición, por todos, pero sobre todo por los jugadores, para que se terminen de creer lo buenos que son. Es una victoria global, para todos, para volver a creer”, se felicitaba el técnico catalán en rueda de prensa. Eso sí, incidía en que “hoy toca disfrutar, pero no hemos hecho nada. Esto no se ha acabado, hay que mantener el nivel. Entre todos lo vamos a conseguir”, sentenciaba González. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway