Partido vital por la salvación, que el Cádiz afrontó con ganas y la confianza que le dio el tempranero golazo de Ocampo. El colista y tocado Elche lo demostró, y los amarillos supieron imponerse en la primera mitad. En la segunda se dejaron ir, y empatar (1-1). Imperdonable, más allá del patazo del VAR.
JORNADA 17. Noche desapacible y de lunes para un choque clave entre los colistas de la tabla de Primera división. El Elche, bien hundido sin haber ganado todavía, visitaba el Nuevo Mirandilla para ponérselo difícil a un Cádiz con la moral elevada tras vencer en Mestalla, y viéndose con posibilidades de salir de zona peligrosa. Pero no pudo ser…
“No por hacerlo bien en Valencia, se va a ganar sólo este partido, Tenemos que hacer un partido de alto nivel, apretar los dientes, va a ser muy complicado porque es la realidad. Es un equipo de LaLiga Santander con futbolistas de primer nivel”, advertía Sergio González en la previa del encuentro. Al que los amarillos llegaban con la baja del capitán José Mari para varios meses, y sin que se concreten nuevos fichajes, sobre todo de ese deseado y necesario delantero.
Así, el once inicial no deparaba sorpresas: Ledesma bajo palos; Iza, Pacha Espino, Fali y Luis Hernández, en defensa; San Emeterio y Alcaraz en el centro del campo, con Ocampo y Sobrino tirados a las bandas; Alex Fernández en la media punta y Choco, como hombre más adelantado.
Con un centro del Pacha Espino desde la banda izquierda que no lograba conectar por poquito el Choco Lozano, y un lanzamiento de Carmona desde lejos que buscaba sorprender a Conan comenzaba la partida, ante unas 17.000 personas en la grada.
Los de casa habían entrado con ímpetu, y en el minuto 6 Brian Ocampo marcaba el primero (un misil calcado al que metió frente al Almería, y le anularon…) en segunda jugada, tras un saque de esquina sin consecuencias.
Con el 1-0, los gaditanos siguieron llevando el peso del partido, hasta gustándose, ante un rival tocado. En el 20, el delantero hondureño fallaba el segundo, muy forzado, asistido por un enchufado Álex. Y en el 28, Iza Carcelén casi sin querer la estrellaba en la madera. Sin embargo, en una ráfaga puntual, aprovechando la rutinaria lesión de Fali (reemplazado por Momo), el Elche disponía de hasta tres ocasiones consecutivas en un abrir y cerrar de ojos para igualar el marcador, abortadas bien por el meta argentino o por el palo.
El susto para los de Sergio González daba alas a los hombres de Machín, que al menos intentaron poner nervioso al hasta entonces solvente y confiado conjunto gaditano, que en la recta final de la primera mitad tenía otra vez cerca el 2-0, en una oportunidad de rebote en los pies del capitán pelirrojo. Se pitaba el descanso y comenzaba a llover.
SEGUNDA MITAD PARA OLVIDAR
Los alicantinos daban un pasito adelante en el inicio del segundo tiempo ante un rival algo parsimonioso. Aunque el Elche merodeaba el campo del Cádiz, casi no tiraba a portería, salvo en el minuto 60, cuando una falta botada por Lucas Boyé se iba al lateral de la red, resonando el uyy en el estadio.
Iván Alejo entraba por un ovacionado Ocampo, buscando revolucionar un poco al acomodado equipo amarillo, y en su primera oportunidad remataba de cabeza un centro del Pacha desde la izquierda. Y en el otro lado, Gumbau probaba desde lejos, y su disparo se iba por encima de la portería.
A falta de quince minutos, triple cambio en las filas locales: se incorporaban Diarra, Arzamendia y Negredo por San Emeterio, Alex y Choco. Conan detenía un cabezazo de Lucas Boyé en el 79, y en la siguiente, se veía venir, Ponce hacía el 1-1. Tanto que subía con permiso del VAR, ciego ante un fuera de juego previo.
El Cádiz, tratando de digerir el varapalo, tiraba de orgullo más que de juego en los últimos suspiros. Ya en el descuento, de cinco minutos, Álvaro Negredo remataba ajustado al palo un centro de Alejo; y Sobrino fallaba su ocasión clara recurrente. El 1-1 no se movió y no faltaron los pitos en el Nuevo Mirandilla. Decepción gorda: los amarillos pudieron subir a la posición 14 de la clasificación, pero se quedan en el puesto 18, con 16 puntitos, uno más que el Sevilla, el próximo rival.
“Las segundas partes nos están costando. Entendíamos que con el 1-0 el partido ya estaba hecho, y no lo hemos sabido gestionar. Más que miedo a ganar, pensamos que ya nos bastaba… Ellos han olido sangre y no tenían nada que perder, y nosotros no estábamos mal, pero sí dubitativos”. Así trataba de explicar el técnico cadista lo visto tras del descanso. Y tras reconocerse “sorprendido y extrañado”, Sergio González se mojaba al preguntársele por el error arbitral que permitía que subiera el gol visitante: “el árbitro me ha pedido disculpas. Si el VAR era fiable para algo, era para el fuera de juego”. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway