JORNADA 27. El Cádiz consiguió una importante victoria en El Sardinero 2-3, tras un partido en algunos momentos brillante de los amarillos contra un líder con calidad pero un poco perdido a veces. El encuentro se planteaba como si fuera una bifurcación en el camino de los de la Tacita en la presente temporada: con la victoria, el punto de mira estaría en los puestos de ascenso; si perdía, el tema sería evitar el descenso. Así que, a partir de ahora, si no se fastidia la cosa, el aún lejano objetivo vuelve a ser el que era en agosto.
La alineación inicial que dispuso Gaizka Garitano en el césped no se diferenciaba mucho de la que la semana pasada goleó al Cartagena, con la única novedad de Kovacevic en el lugar de Fali. Desde los primeros minutos se comprobó que el Racing es otra cosa en comparación con el anterior adversario, un equipo que con cierta facilidad se plantaba en zonas de peligro para el equipo cadista.
Sin embargo, a lo largo de la primera mitad la balanza fue cayendo poco a poco del lado visitante. Hasta la primera ocasión importante del partido se la fabricó Chris Ramos, a su bola como siempre, que robó un balón cerca del área local y tras una serie de maniobras, se las apañó para disparar a puerta muy forzado y sin poner en muchos apuros al arquero rival.
El Cádiz pretendía jugar a su manera y los cántabros, más técnicos, merodeaban la portería de David Gil. Diakité empezó a destacar cortando balones. Kovacevic recibió una tarjeta amarilla por agarrar a un rival, y en el minuto 22 tuvo de nuevo Chris Ramos una bonita oportunidad al rematar de aquella manera un centro de De la Rosa. Poco después, fue Sobrino el que envió también fuera un disparo desde la frontal. El partido estaba bastante entretenido, con dos equipos serios, adultos y formales sobre el campo, y una ligera superioridad amarilla, más directo y punzante.
Así, pese a que en el 26 fue el local González el que impactó un centro pasado en el larguero de Gil, acto seguido Chris de nuevo se buscó las papas y en lo más fácil fue alcanzado por un defensa que bloqueó su disparo a puerta. Poco después, Climent se quedó delante del portero y disparó sin convicción al muñeco. En el 33 Ontiveros se sumó también a la fiesta y chutó desde la izquierda para que Ezkieta salvara a su equipo. Volvió a hacerlo el cancerbero local en el 36, esta vez ante De la Rosa.
A estas alturas, los de Garitano quizá se merecían ir ganando a los puntos, gracias a rápidas transiciones que dejaban a sus delanteros en buenas posiciones para finalizar. Y en estas, como casi siempre, tuvo que ser el marbellí el que hizo justicia en el minuto 40 en una jugada de las suyas, donde fue conduciendo el balón desde la izquierda a la frontal y con un seco derechazo colocó el pelotón en la escuadra.
Acabó la primera mitad como una de las más completas que se recuerdan desde hace varios años para el Cádiz, que mostró personalidad, recursos, fuerza y seguridad en el campo de uno de los gallitos de la categoría ahora mismo.
DE UN 0-3 AL 2-3
Y comenzó la segunda parte con un fantástico e inesperado pase de Diakité que dejó solo a Chris Ramos ante el portero, pero el gaditano disparó fuera. El delantero amarillo era una pesadilla a medias para el Racing de Santander: siempre incordiando pero con pocos resultados. Aun así, con su insistencia, en el minuto 47 provocó una extraña salida del portero en una jugada que acabó en penalti tras revisión del VAR, y que Álex Fernández transformó en el 0-2. Poco después, otra arrancada suya a pase de Iza acabó con un remate de tacón de Ontiveros, esta vez, infructuoso, y de nuevo, en el 56, otro pase profundo en este caso de Climent volvió a dejar a Ramos delante del marco, acertando esta vez para colocar el tercer gol amarillo en el electrónico.
Pero las cosas nunca son sencillas, y menos para el Cádiz. En el 60 Rodríguez remató un corner en el segundo palo y hacía el primer tanto local. Los blanquiverdes empezaron a recuperar la confianza pese a que en el 63 Sobrino pudo marcar en dos ocasiones.
San Emeterio relevó entonces a Álex, que se mostró en el campo como una especie de líder en la sombra, aportando quizá más tranquilidad, orden y mentalidad que fútbol. Los locales empezaban a apretar más a base de empuje y con el cansancio de los amarillos, que además cuando tienen que defender suelen presentar su versión más imprecisa e insegura. Ontiveros y De la Rosa dejaron también el campo por Matos y Carlos Fernández. El ex del Villarreal B volvió a resultar primordial, y el canterano, pese a fallar un par de veces ante el portero, se va asentando en la titularidad de una manera ostensible. Matos no entendió el partido, y aceleraba muchas acciones que habría que haber congelado dada la situación.
Con los cambios, el Cádiz se asentó mejor en el campo y contuvo la animosidad de los cántabros, pero aún así, en el 81, Karrikaburu logró el 2-3 al cabecear una falta muy bien ejecutada desde la frontal de la defensa amarilla, aportando incertidumbre en el marcador y dejando en evidencia que la lacra de este equipo, ahora mismo, es la zona de atrás. Aunque poco después pudo subir la sentencia, el cuarto, marcado por Matos, pero el árbitro invalidó el tanto por una falta previa.
En el minuto 85, Melendo y Escalante saltaron a jugar en vez de Sobrino y Ramos. El manchego estuvo trabajador y estrambótico como siempre, dando lo que se le puede pedir. El gaditano, luchador e impreciso, con su persistencia y sus condiciones físicas si tuviera un poco más de gol sería un jugador histórico para este equipo. Melendo, lo poquito que hizo, fue con criterio y calidad. Quizá estaría bien probarlo algún día en el once titular.
Sin más sobresaltos, tras un largo descuento, acabó el encuentro con la victoria visitante en El Sardinero. Desde que Garitano relevó a Paco López van ya nueve partidos sin perder (y cinco choques ganados).
QUEDÓ ATRÁS LA APATÍA, LA DESGANA Y EL DESCONCIERTO
Este Cádiz sigue mejorando en su juego y resultados. Este sábado ha sido capaz de juguetear a su antojo durante algunas fases con uno de los líderes, hasta hace poco intratable, de la categoría.
Está claro que la película ha dado un vuelco y los amarillos con una alineación reconocible, algunos jugadores en su mejor forma desde hace dos años y Ontiveros como ejecutor máximo, han dejado atrás la apatía, la desgana y el desconcierto de la primera vuelta.
No sabemos si con todo esto, y pese al lastre que arrastra en forma de falta de puntos, nos da para soñar con el ascenso, pero al menos sí que es suficiente para no tener que tirar la toalla todavía. DIARIO Bahía de Cádiz