El Cádiz CF, aprovechando el relativo optimismo que rodea al club tras abandonarse puestos de descenso a Segunda momentáneamente, ha sorprendido este viernes con dos noticias inesperadas: las pretensiones de compra del actual estadio municipal Nuevo Mirandilla, y su participación en la adquisición de los terrenos de la antigua Delphi en Puerto Real, suelos que llevan años sin uso y que demanda para su ampliación la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz.
Así, por un lado, después de que en los últimos tiempos el presidente cadista Manuel Vizcaíno venga anunciando que la entidad tiene entre sus planes levantar un nuevo estadio de fútbol propio, sondeando incluso sacarlo de la capital donde el suelo escasea (para poder explotarlo y hacer negocio más allá del aspecto deportivo), ahora se confirma que se han iniciado conversaciones con el Ayuntamiento de Cádiz para llevar a cabo la adquisición en propiedad del actual Nuevo Mirandilla, con la intención de “seguir dotándolo de infraestructuras de primer nivel acordes al proceso de modernización que está siendo impulsado en el fútbol español”.
No obstante, no hay que obviar que aunque el estadio gaditano es municipal, una parte notable de los bajos de las gradas (los locales comerciales) está en manos de la Zona Franca de Cádiz (que participó en la construcción de los fondos y de preferencia, y que posteriormente se hizo con locales en la flamante tribuna, que costeó en solitario el Consistorio en tiempos de Teófila Martínez en la Alcaldía -cuando vendía que la obra saldría gratis a los gaditanos, pero se tuvo que pedir un préstamo de 37 millones-). En total, se calcula que levantar el nuevo Carranza, entre 2003 y 2012, supuso una inversión de cerca de 70 millones.
CIUDAD TECNOLÓGICA DEL DEPORTE EN LA PARCELA DE DELPHI
Por otro lado, en la nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, la entidad deportiva asegura que ha impulsado en las últimas fechas la creación de un fondo de inversión que ha adquirido los terrenos de la antigua factoría de Delphi, en Puerto Real, en manos de un administrador concursal.
Esta acción, se afirma, “se puede llevar a cabo gracias al programa LaLiga Impulso, que insta a realizar inversiones en el ámbito de infraestructuras, con la intención de dotar al fútbol español de instalaciones de primer nivel”. El Cádiz CF recibe de este fondo CVC una inyección de alrededor de 30 millones de euros.
En los próximos días, se señala, se presentará el proyecto públicamente “para la creación de una ciudad tecnológica del deporte”, que contempla una ciudad deportiva (la actual, en El Rosal, es propiedad de la Diputación), tejido empresarial tecnológico, centro de eventos, universidad del deporte y una ciudad digital; “que va de la mano, apoyo e implicación del Ayuntamiento de Puerto Real”.
La entidad cadista insiste en que quiere destinar estos recursos de LaLiga Impulso (que han rechazado el Real Madrid, el Barcelona y el Athletic Club) a “fomentar la recuperación empresarial”, creando una industria “que convierta a la Bahía de Cádiz en el polo sur del país a nivel deportivo y tecnológico”.
“El objetivo no es sólo recuperar los puestos de trabajo perdidos en los últimos años sino lograr aumentarlos en el futuro”, se apostilla.
El Cádiz Club de Fútbol dice asegurar con estas acciones su “futuro y posicionamiento en el mundo del fútbol a nivel nacional”, aprovechando las circunstancias históricas de desarrollo para convertirse en “uno de los motores empresariales de generación de empleo y valor de la provincia”.
LA AUTORIDAD PORTUARIA QUIERE LA PARCELA
Ahora toca saber qué pasará con el trámite de modificación de la Delimitación de los Espacios y Usos Portuarios (DEUP) iniciado hace ya unos años por la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz para la adscripción de suelos en el polígono El Trocadero a la zona de servicio del puerto. Se trata de una parcela en la que entran los más de 266.000 metros cuadrados de la antigua fábrica de Delphi (que echó el cerrojazo en 2007), muy próximos a la dársena de La Cabezuela, actualmente al límite de su ocupación.
La pretensión de la Autoridad Portuaria era destinar este suelo a usos complementarios o auxiliares del portuario, incluidos los relativos a actividades logísticas y de almacenaje y los que correspondan a empresas industriales y comerciales, cuya localización esté justificada por su relación con el tráfico portuario, por el volumen de tráficos marítimos que generan o por los servicios que prestan a los usuarios del puerto.
AFICIONADOS RECELAN DE LAS “MANIOBRAS INMOBILIARIAS”
Mientras, la plataforma de aficionados Alma Cadista, nacida meses atrás, ha mostrado públicamente su preocupación ante lo que llama “maniobras inmobiliarias”. Es más, advierte del riesgo de que, “aunque estas operaciones se presenten como una oportunidad de desarrollo de la entidad hacia una industria del fútbol, escondan la intención de llevarse el estadio fuera de Cádiz”, algo que “resulta absolutamente contrario a la esencia y los valores de un equipo como el Cádiz, imbricado en el ecosistema y la vida de la ciudad”
Además, Alma Cadista que lamenta que se invierta en esta “incierta” operación “más dinero que en cualquier fichaje para poder mantener al club, con mayores garantías, en primera división”, alerta de que los planes de construir esa ciudad tecnológica del deporte “suena a otro paso más en esa deriva irrealista y especulativa que el Cádiz plantea en los últimos años en la que se privilegian acuerdos con países poco democráticos, operaciones opacas con criptomonedas que dejan un reguero de impagos y todo un entramado de humo que desplaza lo verdaderamente importante para una entidad como el Cádiz, que es la parcela deportiva, la solidez institucional y la identificación de la masa social con el club”.
En este sentido, esta plataforma de aficionados requiere al Ayuntamiento de Cádiz que en las negociaciones para la venta del estadio exija el mantenimiento de la parcela como la instalación deportiva en la que el Cádiz CF dispute sus partidos de local “para evitar que futuros cambios del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) permitan una operación urbanística que sería un auténtico pelotazo para los gestores del club”.
Alma Cadista sentencia que “está y estará en contra de todas las operaciones que conlleven la salida del Cádiz de su entorno natural, que es su estadio, que es el barrio de La Laguna y la ciudad de Cádiz”. En esta línea, asegura que “se mantendrá vigilante en este proceso”.