COPA DEL REY. El Cádiz CF se cuela, casi sin quererlo, en cuartos de final de la Copa del Rey por cuarta vez en su historia. Tras golear al modesto Villa de Fortuna, y pasar las eliminatorias a lo justo contra el Albacete y el Fuenlabrada, en la tarde de este sábado ha superado al Sporting de Gijón en la tanda de penaltis. Aunque siendo justos, el equipo de Segunda se mereció más que los gaditanos en el global de un choque pesado que acababa como empezó, 0-0.
Un encuentro marcado en rojo para los cadistas ya que significaba el debut de Sergio González en el banquillo, tras la dolorosa destitución a principios de semana de Álvaro Cervera. Y de momento, los 120 minutos del debut del catalán siguen evidenciando que este Cádiz necesita refuerzos de verdadero nivel para afrontar la segunda vuelta liguera con posibilidades reales de pelear por la permanencia en la elite.
“Hemos visto un equipo que quiere reivindicarse, con potencial para sacarle rendimiento. Somos conscientes de donde venimos. Venimos con la ilusión y la certeza de poder dar un cambio de dinámica”, comentaba González en la previa del partido copero, tras sus primeras sesiones entrenando en las instalaciones de El Rosal. Y daba pinceladas sobre lo que quiere hacer con sus hombres: “partiendo de una solidez defensiva tenemos que generar las ocasiones de gol necesarias para ganar. Sobre todo, buscamos ser competitivos. Entendemos que hay que ser fuertes sin balón para poder ser fuertes con balón. Hay que buscar el equilibrio. Queremos poder jugar con balón, combinar, pero que sobre todo ser compactos, sólidos”.
Y su primer once en El Molinón suponía también el estreno amarillo del, de momento, único fichaje invernal, el de Fede San Emeterio, compartiendo centro del campo con el juvenil Bastida, al que se le ha visto más activo (queriendo demostrar cosas) que en otras ocasiones. Por las bandas entraban de inicio Álvaro Jiménez y Alejo, y Andone y Sobrino arriba. Mientras en la zaga se colocaba a Haroyan y Chust de centrales, y a Arzamendia y al canterano Parra, en los laterales. Ya avanzada la segunda mitad jugarían también Fali, Negredo, Álex Fernández, Perea, Salvi y Pacha Espino.
Los gaditanos no tiraron entre los tres palos en la primera mitad, pese a ciertos acercamientos con peligro (un mano a mano del delantero rumano y algunos centros acertados de Jiménez, Arzamendia y Alejo); al otro lado, los asturianos tras el tanteo inicial y con más balón, lograban encadenar varias acciones en el área cadista, pero se toparon con un atinado David Gil bajo palos.
Tras el descanso, poco cambiaba el panorama, con los de casa buscando algo más el gol, aunque sin alardes. Hasta los minutos finales no se vieron sustos de verdad en ambas porterías. En el 84, una cabalgada del Puma Rodríguez dejaba la bola en profundidad hacia Víctor Campuzano, que se encontraba con una mano salvadora del segundo portero del Cádiz; y ya en tiempo de descuento, en el otro lado, un centro de Arzamendia lo cabeceaba Rubén Sobrino, algo desviado.
Y en la prórroga, gijoneses y gaditanos acusando el desgaste, parecían pensar más en acabar cuanto antes y pasar a la lotería de los penaltis; lotería que se adjudicaba el Cádiz tras acertar todos sus lanzamientos (Álex, Negredo, Perea y Arzamendia), frente a un rival fallón desde los once metros, y para más inri, un guardameta inspirado en frente.
“Estamos muy contentos con la actitud de los futbolistas. Llevamos muy pocos días con ellos, estamos iniciando una nueva ruta. Nos falta automatizar todavía”, subraya el nuevo entrenador tras el choque, incidiendo en que “esta ilusión y este pase de ronda nos tiene que reforzar de cara a seguir creciendo y pelear por la victoria el martes”: visita el Nuevo Mirandilla precisamente uno de los exequipos del catalán, el Espanyol. DIARIO Bahía de Cádiz