La fiesta cadista en Sevilla de este sábado no tuvo el colofón esperado y deseable. Es más, pudo acabar en tragedia. El Cádiz, arropado por unos 9.000 aficionados en el Sánchez Pizjuán, no pudo pasar del empate (3-3) en un choque intenso y loco marcado por errores defensivos de los amarillos, un filial de indudable calidad y motivado, y la reacción visitante por empuje más que por juego, con los goles de Aketxe, Álvaro y Abdullah. La remontada no fue completa, y la marea amarilla se volvió para casa con dudas. La próxima jornada toca ganar al Elche sí o sí.
La marea amarilla inundó este sábado Sevilla. Y un partido importante de cara a amarrar la liguilla de ascenso a Primera –a falta de tres jornadas-, se tornó en casi trascendental debido al –dicen- histórico desplazamiento de aficionados motivado en buena parte por el propio Cádiz CF, al poner a disposición autobuses sin límites y gratis para cruzar el peaje.
Al final, la impresionante caravana de aficionados la han formado 80 buses –no han sido más por temas de “seguridad”, al ser declarado el encuentro de alto riesgo-, y otros cientos de coches particulares o el tren. Prácticamente la grada de fondo sur del Ramón Sánchez Pizjuán, en esta calurosa tarde, se convertía en otro Ramón de Carranza a 120 kilómetros de distancia, con unas 9.000 personas animando al equipo visitante. Y el resto –hasta los alrededor de 20.000 en total-, con los de casa.
Así, los de Álvaro Cervera se plantaron auto-presionados en la capital hispalense ante un rival joven y ultramotivado por el ambiente, con un once sin Abdullah: Cifuentes en la portería; Carpio, Brian Olivan, Aridane y Sankaré en defensa; Garrido, José Mari, en el centro del campo con Atkexe más adelantado; Salvi y Álvaro de extremos y Ortuño en la delantera.
La primera parte se desarrolló inicialmente con alternativas y ambos conjuntos buscando el partido. En el minuto 3 Álvaro García, tras recortar dentro del área, gozaba de la primera ocasión del vibrante encuentro. Poco después, un centro de Salvi no era aprovechado en el área pequeña ni por Ortuño ni por Alvarito. El filial sevillista buscaba más presencia con el balón y con el paso de los minutos escasearon las acciones de verdadero peligro.
Sin embargo, pasada la media hora llegaban sendos jarros de agua fría para los cadistas. En el 34, Marc Gual cazaba un rechace dentro del área y fusilaba a Cifuentes, haciendo el 1-0, ante una defensa nada contundente. Ocho minutos después, el mismo protagonista marcaba el segundo sacando petróleo de un taconazo descomunal de Borja Lasso. La decepción silenciosa se hacía latente en el gol sur de Nervión.
Pese a todo, la remontada en cuarenta y cinco minutos era viable. No se podía bajar los brazos. Y la segunda parte no empezó nada mal para los intereses de los hombres de verde: en el minuto 8, Ager Aketxe volvía a demostrar su calidad y acortaba las distancias en el electrónico de falta directa con otro golazo. La afición amarilla revivía.
Mas la alegría no duraba mucho. Aridane cometía un penalti infantil e incomprensible en el minuto 14, y desde los once metros, Ivi no perdonaba. Tocaba remar contra un 3-1. ¿Más difícil todavía?
Cervera movía banquillo: antes del tercer gol sevillista, ya había metido en el campo a Abdullah y Aitor por Garrido y Salvi; y posteriormente iba a la desesperada retirando a Aridane y recurriendo a un segundo delantero, Gorka Santamaría.
Y en el 26 la emoción se instalaba de nuevo en el Pizjuán, con el 3-2: Álvaro, muy listo, sabía aprovechar una peculiar salida del portero Caro para que los cadistas no dejaran de creer. Aunque en la siguiente, los canteranos mandaban el balón al palo, una gran ocasión de Curro. El partido hacía rato que estaba roto y loco, y tras varios lanzamientos de esquina por parte del Cádiz, en el 34 Abdullah igualaba con rechace incluido. Poco después, Alberto Cifuentes salvaba el cuarto de los locales que superaban el varapalo y se iban arriba en este tramo final, con cinco minutos de tiempo añadido.
Otro empate, insuficiente, y gracias. Alguno pensaba que el Sevilla Atlético iba a regalar el partido, o que el aliento de miles de cadistas desde la grada daba puntos extras. Los de la Tacita, atascados desde hace semanas –en defensa de forma alarmante, pero también arriba-, se complican a última hora ese sueño-premio inesperado de disputar los play off de ascenso en su temporadón del regreso a Segunda; y es que de momento Huesca y Valladolid no han fallado esta jornada, y la zona de arriba se comprime un poco más. Contra el Elche, el próximo domingo, sólo vale ganar. O ganar. DIARIO Bahía de Cádiz
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