JORNADA 12. Quince temporadas después volvía a pisar en liga el todopoderoso Barcelona el todavía Ramón de Carranza. Y como entonces, con Messi sobre el verde (aunque ahora con seis balones de oro en la mochila), el único superviviente en las filas catalanas de aquella fecha. Delante, un Cádiz soñando con dar la sorpresa, como ya la diera ante el Real Madrid hace unas semanas, y con ganar por fin en su campo esta temporada del reencuentro con la Primera división.
Y con don Álvaro Cervera en el banquillo: a lo largo del sábado, el Tribunal Administrativo del Deporte concedía una nueva suspensión cautelar de la sanción de cuatro partidos, comunicada el viernes por el Comité de Apelación de la RFEF.
“No voy a buscar que superemos al Barcelona, ni que demos más toques, vamos a buscar que ellos no estén cómodos, y que cuando la tengamos le hagamos daño. Y no se hace con una posesión de ocho pases, se hace por velocidad y pases hacia adelante”, reiteraba su idea básica el técnico en la previa de un choque en horario de máxima audiencia televisiva que hubiera sido todo un espectáculo con las gradas dándole calor a los suyos, y a la fresquita noche; pero ya se sabe que con el dichoso coronavirus, el espectáculo queda bastante aguado.
El once cadista, con novedades, y de nuevo sin Choco ni Negredo, aunque en esta ocasión ambos se sentaban ya en el banquillo. En la portería, Ledesma; en defensa, Iza, Pacha Espino, Marcos Mauro y Fali; en el centro del campo, Jonsson y Bodiger; y un poco más arriba, Jairo, Perea, Álex Fernández y Álvaro Giménez.
El guion del encuentro era el previsible: los de Koeman sobando la pelota desde el minuto uno hasta el extremo y desesperándose ante el muro amarillo. Aunque pronto se vivía una circunstancia inesperada. La primera estirada local acababa en córner, y en el primero de los gaditanos, al empujar Álvaro Giménez en la misma línea el balón desviado por Mingueza a su propia portería.
El 1-0 hacía que los culés, sin esperas, trataran de embotellar en su área a los de Cervera. Y en el minuto 16 tenía la igualada Braithewaite, curiosamente en una contra, pero Conan se marcaba una estirada de categoría. Diez después, el argentino botaba una falta directa desde la frontal del área, y otra vez se encontraba con los guantes de su compatriota; como cuando intentaba minutos después un gol olímpico desde la esquina.
Pasado el ecuador de la primera mitad, Alcalá tenía que sustituir en la zaga a Mauro, con molestias. Y hasta el pitido que marcaba el descanso, continuó el asedio infructuoso y ennerviado del Barça y los pelotazos arriba de los de casa, desfondados defensivamente.
Dembéle y Pedri entraban en el campo en el bando visitante, con el reinicio de la partida. El Cádiz no quería ni perderla tan pronto ni meterse tan atrás y cuando podía abría el campo, apoyándose en un Alberto Perea por momentos inspirados. En el 56, tras minutos sufriendo, se escapaba Jairo, cruzaba en solitario medio campo y tenía cerca el 2-0. En la siguiente, empataban el marcador los de negro de rebote, con un tanto en propia meta de Alcalá.
El varapalo duró poco: el Cádiz no tardaba en ponerse de nuevo por delante, en otra jugada impensable frente a un rival de este nivel. Tanto en el 62 de un avispado Álvaro Negredo, que acababa de sustituir a Giménez, y que se aprovechaba de un error garrafal de la defensa y Ter Stegen.
Un disparo cruzado de Dest, otro a las manos de Messi… entrado en los últimos veinte minutos, los catalanes empezaban a dar menos pases y a tratar de sumar alguna ocasión real. Pero el Cádiz se mantenía a lo que sabe, impecable. Augusto, Alejo y Adekanye, por Jonsson, Perea y Jairo, refrescaban a los amarillos en el último arreón. En una contra en el 81, daba un sustillo Iván Alejo, y en el 85 era Bobby el que no acertaba a culminar otra contra. Un instante antes, Jeremías Ledesma salvaba otra más, y casi en el 90, frustraba un disparo de Griezman.
Y cinco de tiempo añadido y tensión, con Negredo probando desde lejos en un contragolpe en el que se vio solo. El Barcelona iba ya a la desesperada, buscando a Lionel Messi para que se inventara algo.
Pero el astro del fútbol mundial se fue de la Tacita sin marcarle al Cádiz, que celebró, hasta con Cervera eufórico sobre el verde haciendo piña con el equipo y técnicos, otra noche para la intrahistoria del club, que duerme quinto clasificado con 18 puntos, en zona europea. “Hemos salido a defender para poder ganar”, sentenciaba el entrenador en la rueda de prensa, incidiendo en que “nosotros acabamos de subir y estamos jugando con muchos jugadores del pasado año y nuestro techo es mantener la categoría”, y recordando, para que no se le olvide a nadie, que hace sólo cuatro años el rival era el Jumilla… DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway