JORNADA 9. El imponente Wanda Metropolitano, sin salsa, sin público, recibía en la noche del sábado la visita de un Cádiz hasta este momento intratable a domicilio. Un duelo entre dos conjuntos similares, salvando las distancias, de ligas dispares. Y que tienen pendiente la disputa del Trofeo Carranza del coronavirus, programado para el pasado septiembre y aplazado por positivos entre los colchoneros.
La lesión de José Mari durante la semana ha marcado la actualidad amarilla: “la noticia es mala, no sé si de la semana o del año. Le necesitamos en todos los aspectos”, subrayaba Álvaro Cervera –admirador del Cholo Simeone- en los prolegómenos del duelo.
Y la baja del roteño la suplía en el once inicial el veterano Augusto Fernández. El resto, los esperados: Ledesma, en portería; Akapo, Espino, Fali y Cala, en defensa; Jonsson acompañado por Augusto en el centro del campo; y arriba, Salvi y Álex Fernández abriendo el campo y Choco Lozano y Negredo moviéndose en la delantera.
“No creo que vayamos a sorprender a un equipo como el Atleti, estoy seguro que ellos saben cómo jugamos nosotros”, avisaba Cervera. Y no se equivocó. El Cádiz entró al partido –pese a la acción inicial, todo un espejismo- con dudas, sin intensidad, demasiado nervioso, demasiado fallón, demasiado a merced del conjunto madrileño, muy superior casi por inercia.
Y en el primer fallo gordo, cayó el primero: en el minuto 7 no se entendieron Fali y Ledesma -con una salida estrambótica-, Llorente cazaba la pelota para centrar y el portugués Joao Félix cabeceaba desde lejos sin portero. Ya en el 22, en otro error encadenado, llegó el 2-0; Pacha Espino sufría un cañito, Álex no era contundente, Llorente se quedaba con la pelota dentro del área y batía a Conan, que dejaba espacio en su palo corto.
Si ya con el primer gol se ponía todo muy cuesta arriba y desde pronto, con el segundo tocaba sospechar un partido más que largo para los gaditanos. Y en el 32, se le anulaba el tercero al Atleti, de forma justa, por fuera de juego de Trippier. En el capítulo ofensivo amarillo hasta el ecuador, nada o casi nada: un cabezazo de Fali y disparos lejanos de Jonsson y de Álex.
CarTras la mala y desconcertante primera mitad, Cervera movía el banquillo para afrontar y tratar de revolucionar los segundos cuarenta y cinco minutos, dando la oportunidad a Jairo y Álcalá por Pacha y Akapo. Pasaba a jugar el Cádiz con tres centrales y dos carrileros, Jairo y Salvi. Y al menos en el reinicio se vio a un equipo amarillo más serio y con más ambición… pero en el 51 marcaba Luis Suárez, y aunque en principio el linier pitó fuera de juego, el VAR concedió el gol, el 3-0. Mazazo total.
Pese al varapalo, los amarillos no bajaron los brazos del todo y mostraron mejor carita (no era difícil) que antes del descanso. Un Cádiz que completó pronto todos sus cambios, incorporando a Perea, Pombo y Garrido por Augusto, Choco y Jonsson.
Un buen disparo lejano de Jairo Izquierdo que atrapaba Oblak, otro de Garrido, una internada de Perea que cortaba Koke en la frontal, cabeceos de Pombo y de Negredo… entre lo más destacado arriba de un Cádiz más Cádiz, más reconocible; sin embargo, la diferencia de nivel entre unos y otros era más que patente. Y en el 90, se confirmaba la dura goleada con otro tanto de Joao Félix, el 4-0 en el marcador. Un serio aspirante al título le recordaba al cadismo que esto es Primera división.
“No es que no se pueda perder. Es la manera cómo se pierde”, sentenciaba Cervera tras el choque, con un enfado creciente: “no se puede regalar la primera mitad, esos errores no se pueden cometer. No me gusta perder 4-0. No se puede perder el respeto a la categoría y a los rivales”. DIARIO Bahía de Cádiz
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