“Si en un futuro tengo que volver a decantarme por una decisión impopular, pero responsable, lo haré sin la más mínima duda. Porque entre los votos o la vida, yo elijo la vida. Y porque no vinimos aquí para políticas de cartón piedra ni para perpetuarnos en el poder, sino para poner en el centro el interés de la gente. Es lo único que nos mueve”. Es parte de la reflexión en redes sociales del alcalde de Cádiz, José María González ‘Kichi’, una vez que se confirma que la ciudad, Andalucía y España están soportando una nueva ola de contagios por Covid-19, notificándose cada día un número importante de positivos, aunque afortunadamente -y ahí se demuestra el efecto de la vacunación masiva- sin colapsar de momento los hospitales.
En este punto, el primer edil pone en valor la cuestionada e incomprendida decisión del Gobierno local de aplazar excepcionalmente el Carnaval de 2022 a finales de primavera (en concreto, del 2 al 12 de junio -una semana antes del Corpus-, mientras el inicio del Concurso del Falla se mantiene en torno al 25 de abril), aunque asevera que “este mensaje no lo escribo ahora para que nos den la razón tras tanta crítica despiadada”. Mientras otros ayuntamientos vecinos de la Bahía han optado por mantener sus carnavales -en gran medida, dependientes del de la capital- a finales de febrero y principios de marzo.
“Fascistas, autoritarios, dictadores, incompetentes, vagos, malos gestores… Esos fueron muchos de los adjetivos que nos acompañaron cuando decidimos retrasar la fecha ante el riesgo real de una nueva ola de Covid y como medida de prevención por la pandemia. Esos adjetivos acompañados de una solicitud de dimisión. La mía, por supuesto, y la de mi compañera, concejala de Cultura y Fiestas, Lola Cazalilla”, recuerda el primer edil de Adelante Cádiz; que incide en que “entonces lo dijimos, ahora lo repetimos: podremos estar equivocados, pero sólo nos mueve un motivo: la salud de nuestros vecinos”.
En el escrito publicado por González Santos en su cuenta de Facebook, recogido por DIARIO Bahía de Cádiz, sostiene que “el tiempo, por desgracia, nos ha dado la razón, y aplazar la fecha del Carnaval era lo más sensato y la mejor decisión posible”.
Reitera el alcalde que se tomó esta controvertida decisión por dos motivos: “la primera, la salud. La segunda, que a menos de un mes de que comience el concurso, y pese a que aún no se ha celebrado la Navidad, la posibilidad de que se pudiera celebrar el Carnaval en su fecha se antoja prácticamente imposible. Sería una temeridad. Y retrasarlo a junio nos da un atisbo de esperanza, aumenta las posibilidades y nos regala la oportunidad de no quedarnos otro año sin nuestra mayor expresión popular y todo lo que conlleva para tanta gente”.
Además, aprovecha para afear a toda la oposición su “afán permanente de acoso y derribo a este Gobierno”, al presentar meses atrás una moción -promovida por el PP- para tratar de obligar al Ejecutivo a recular y que el Carnaval del año que viene se quedara en sus fechas habituales: “han actuado de una manera negligente, forzando, presionando e insistiendo para que pusiéramos en peligro a la ciudad con un principio de las fiestas en enero. Si este año Cádiz cuenta con un Carnaval oficial será sin su festivo por la sinrazón. Lo decidieron en pleno. Lo decidieron todos, PP, Cs, PSOE y el concejal no adscrito y sus ideas felices. Tendrán que rendir cuentas”.
Y finalmente, el alcalde de Cádiz lanza una amarga queja, repetida en estos tiempos de pandemia: “los ayuntamientos, el municipalismo, seguimos afrontando esta crisis muy solos. La Junta ni está ni se le espera. Guarda silencio y sólo se pronuncia cuando se le obliga a hacerlo. No asesora ni sobre cómo afrontar estas fiestas navideñas, ni tampoco sobre ninguna celebración popular. Ponerse de perfil en un contexto como este y con muchos más recursos que las administraciones locales no puede ser una opción”.
“NO NOS RELAJEMOS, AUNQUE CUESTE”
El primer edil gaditano cierra su escrito haciendo una llamada a la responsabilidad: “no nos relajemos, aunque cueste. No nos dejemos engañar, que la libertad no es tomarse una caña en un bar, eso es mentira. La libertad es que todas y todos, hasta los más vulnerables, puedan enfrentarse a esta pandemia con garantías y eso se consigue con responsabilidad colectiva y servicios públicos dignos”.
“Ahora, en este momento, lo primero que se me viene a la mente es aquella cita de Daniel Bensaïd: ‘Nos hemos equivocado a veces, incluso a menudo, y sobre bastantes cosas. Al menos no nos hemos equivocado ni de combate ni de enemigos’. Cuidemos y cuidémonos. Más en estas fechas. Que haya felicidad y, sobre todo, salud. Y que nunca, absolutamente nunca, nos equivoquemos de bando”, remata José María González.