El concejal de Patrimonio del Ayuntamiento de Cádiz, Paco Cano, ha supervisado recientemente el estado de la controvertida pérgola de Santa Bárbara, una vez que la infraestructura ha pasado a titularidad municipal, puesto que hasta el momento era competencia del Instituto de Fomento, Empleo y Formación (IFEF).
En compañía de la Policía Local y de técnicos municipales de diferentes concejalías (Urbanismo, Medio Ambiente y Mantenimiento Urbano), ha podido comprobar in situ el estado de la pérgola, con vistas a trabajar en su adecentamiento y en la licitación de un proyecto para su reforma parcial, según se ha informado a DIARIO Bahía de Cádiz.
La infraestructura, inaugurada en los prolegómenos de las elecciones municipales de 2015, considerada uno de los últimos “mamotretos” de los gobiernos de Teófila Martínez (supuso una inversión de 1,7 millones de euros, principalmente fondos europeos), sufrió un “aparatoso” incendio en julio de 2020, que se saldó sin daños personales, pero generando una importante humareda visible en toda la ciudad al arder gran parte de los lucernarios de policarbonatos translúcidos.
La estructura de la propia pérgola no sufrió daños de consideración, así como tampoco se vio perjudicada la estructura auxiliar. Desde entonces, este mirador permanece cerrado; y la oposición denuncia regularmente su ruinoso estado y demanda su arreglo. Un equipamiento que desde su apertura apenas ha servido de mofa y de crítica; y con el paso del tiempo varios de sus bajos estaban siendo usados como ‘hogar’ por sintechos.
“La intención es realizar próximamente una actuación de adecentamiento en la pérgola para posteriormente sacar a licitación las obras, mediante la colaboración de las delegaciones de Urbanismo y Patrimonio”, ha avanzado Cano.
Es por ello que el concejal insiste en que ha llevado a cabo esta visita, “para valorar su estado actual y concretar las actuaciones de mantenimiento que se deben realizar para adecentarla”. De ellas se encargarán Medio Ambiente y Mantenimiento Urbano.
La pérgola-mirador y sus bajos como locales han ido degradándose con el paso del tiempo, ante la indiferencia municipal. Finalmente, hace meses, se les buscaba un posible uso, con la opción de ceder esos bajos a la Universidad de Cádiz (una vez fueran adecentados) para que los dotara de contenido universitario, cultural y ciudadano. Todo quedó en el aire con la incierta situación de la estructura a raíz de aquel fuego.