El pasado lunes 3 de junio, Antonio fue encontrado muerto en los bajos de Capuchinos, en Cádiz; además tras un fin de semana conflictivo en este punto del barrio de La Viña, que ha motivado que el Gobierno local del PP en el Ayuntamiento haya respondido optando por el vallado de estos soportales usados durante años por personas sin hogar para pernoctar.
“Y es que la insuficiencia de recursos y de políticas integradoras por parte del Ayuntamiento obligan a decenas de personas a supervivir como pueden en la calle. Pero la calle no es un hogar, la calle no es un techo, la calle mata como estamos comprobando”, lamenta una vez más la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, que en la mañana de este jueves, en el mismo lugar, ha celebrado una concentración en memoria de este vecino, en la que se ha guardado un minuto de silencio.
“Antonio, a quien venimos a recordar, era una persona tranquila, con enfermedades crónicas importantes, que se acogió en algunas ocasiones al albergue municipal pero del que fue desalojado, sin tener en cuenta su precario estado de salud y a pesar de que se medió para su readmisión y lo que ha llevado a su muerte en esta escalera de Capuchinos, el más que precario refugio al que fue relegado”, se ha denunciado en el comunicado leído en este acto de solidaridad y reivindicación.
El movimiento de Personas sin Hogar también ha llevado a cabo estos días una concentración en su memoria junto al mismo Ayuntamiento. Es más, exigen la dimisión del responsable del albergue municipal.
Para la Apdha y los colectivos y personas anónimas que han secundado este nuevo acto, “es intolerable que esta realidad siga existiendo entre nosotros sin que las administraciones den un paso decidido para erradicarla. Es notoria la insuficiencia de recursos existentes para atender a estas personas y la falta de sensibilidad para buscar soluciones radicales e inmediatas”.
“LA CALLE MATA Y NINGUNA PERSONA DEBE TENER ESTE FINAL”
Más allá del “vergonzoso sistema rotatorio de ocupación” de las veinte plazas del albergue, esta asociación repara en la “persecución” que sufren estas personas sintecho “al ser expulsadas sucesivamente de los distintos espacios de la propia calle donde intentan acomodarse y que supone su último recurso”. La más reciente expulsión “es precisamente de la escalera de Capuchinos, colocando un vallado para impedir su entrada. Es esta una política agresiva y estéril pues no soluciona el problema e implica sufrimiento evitable añadido”.
La Apdha ha aprovechado para insistir en las actuaciones “necesarias y urgentes” que las administraciones deben realizar “para proporcionarles una vida digna que las ayude a salir de la marginalidad”, como son: dotar a estas personas “de manera inmediata de un techo digno al tiempo que se trabaja con ellas en su recuperación”; el “desarrollo progresivo y continuado” del programa Primero Vivienda (Housing First) que proporciona vivienda a las personas y acompañamiento profesional adecuado para recuperar su autonomía; la creación de un equipo de calle de Salud Mental; y dotar a la ciudad “de un amplio parque de vivienda pública en alquiler social”.
“No podemos tolerar este rosario infinito de muertes en la calle. La calle mata y ninguna persona debe tener este final”, subraya el manifiesto.