El alcalde gaditano en funciones ha expresado sus condolencias a toda la familia marianista por la pérdida de una persona tan recordada y querida, destacando su implicación y entrega durante sus años de servicio en la ciudad en el ámbito escolar y también el cofrade. Fue reconocido por el Ayuntamiento como hijo adoptivo en 2013.
El Ayuntamiento de Cádiz ha decretado un día de luto oficial por el fallecimiento del sacerdote marianista Feliciano Ruiz Gainzarain, hijo adoptivo desde el año 2013. Como señal de duelo, el pendón de la ciudad ondea a media asta en la fachada del Consistorio. El religioso ha fallecido en Madrid a los 100 años de edad.
En un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, el alcalde en funciones, José María González ‘Kichi’, ha expresado sus condolencias a toda la familia marianista por la pérdida de una persona tan recordada y querida, destacando su implicación y entrega durante sus años de servicio en la ciudad en el ámbito escolar y también el cofrade.
Feliciano Ruiz nació un 23 de enero de 1923 en Argote, enclave burgalés en Álava donde transcurrió su infancia. Su primer destino como sacerdote marianista fue Cádiz, donde ejerció como profesor en el colegio San Felipe Neri de extramuros hasta 1953. Después fue destinado a Valladolid y Madrid, donde en 1959 obtuvo la licenciatura en Filosofía. Continuó su tarea pastoral como marianista en Ciudad Real y Segovia. En 1966 regresó a la capital gaditana al colegio de Puerta de Tierra en donde permaneció hasta 1976.
Tras estos años de intensa labor apostólica, los superiores lo enviaron a Roma en donde vivió una experiencia de formación y reciclaje. A su regreso en 1977 fue destinado nuevamente a Cádiz, donde fue destinado tanto al Oratorio de San Felipe Neri, como al colegio San Felipe en Puertatierra.
Este religioso estuvo también presente en la vida de las hermandades y cofradías de Cádiz, siendo director espiritual de la Archicofradía del Pilar durante los años en que dicha corporación tuvo que desplazar su sede de San Lorenzo a San Felipe Neri y también de la Hermandad Marianista del Santísimo Cristo de las Aguas mientras tuvo sede canónica en el Oratorio. Antes de trasladarse a Madrid vivió un tiempo en la ciudad ya jubilado.