CRÍTICA. La banda gaditana Detergente Líquido tuvo el pasado 28 de abril su puesta de largo y completó el rito de presentación en sociedad -a lo grande-, con la invitación a participar en el programa ‘Disco Grande’ de Radio 3. Un hito importante, que no será único, en una carrera musical sin muchas celebraciones hasta ahora, pero que la tenacidad de sus componentes les ha llevado a un punto de partida formal, tras la publicación de su primer disco LP, Ponte en lo peor. Llámame el lunes, con su presencia en salas nacionales.
Una carrera musical que se inició hace tres años, y que movió a Detergente Líquido a publicar su primer EP Las obras de la Catedral en 2013, y luego su Antología inacabada de canciones sin acabar (2014) compuestas con piezas que se quedaron en el camino, un disco compuesto de retales -no me entiendan mal, un disco con piezas que sólo puede entenderse como un patchwork artístico- del que han salvado la canción Perraguarra para su largo Ponte en lo peor. Llámame el lunes; una obra publicada a primeros de este año 2015 compuesta con piezas que sintonizan bien con el indie pop, en sus variantes más energéticas y rítmicas -una cortapisa si se pretende estimular la variación, pero que asegura la fidelidad de adeptos y evita sorpresas-.
Personalmente, hubiera agradecido la inclusión en el disco de algún tema tipo balada indie para sacudirse la monotonía rítmico-melódica del LP. De eso se encarga, sin embargo, el falso tema Yo lo que quiero es ser DJ…, que puede entenderse como un breve gag cómico-musical, a modo de pausa intermedia entre sus canciones propias; pero que en el disco funciona como un haiku musical, un resumen de los tres elementos básicos en la propuesta de este disco, significativos en el quehacer musical de Detergente Líquido: letras, música y denuncia.
En su disco grande, Detergente Líquido destaca el poder de sus letras, que complementa la musicalidad de sus canciones, no siempre brillante en la fusión de ambos elementos, esenciales en la canción. La música es el envoltorio de su visión de la vida, en general pesimista, que difumina en los trazos fantásticos de la cotidianidad. Son canciones con letras íntimas, en primera persona, que ofrece resquicios y ventanas para compartir su mirada sobre los problemas cotidianos; una mirada fría y distante, como sedante a la desilusión, que apela a la complicidad y empatía del oyente. En las letras se canta –Todo es tan fantástico como el cartel de una farmacia, el libro Guinnes, Perraguarra– sobre todo al amor imperfecto, cercano al desencanto permanente y frustración; pero también a la falta de oportunidades y a la inconsistencia vital que ofrece la sociedad actual, marcado por la penetrante fantasía de ilusas promesas –Nueve días en coma, La pastilla azul, La historia interminable (asiáticas tetonas), Cinco euros no dan para tanto-.
La evolución musical del grupo es evidente, si bien persisten en componer sus canciones sobre dos niveles tonales con líneas melódicas simples, acompañamiento rítmico-instrumental en plano secundarios y con sabor a pop añejo, y la eventual inclusión de dúos parciales que a veces tienen efecto contrario al engrandecimiento de la pieza. No obstante, la novedosa aportación del teclado -vibrante, persuasivo e inteligente- y algunas modificaciones tímbricas, como la acústica similar al banjo en Perraguarra, han mejorado notablemente el sonido en acústico del grupo. Creo que no termina de encajar el registro elegido de sus voces, como en La pastilla azul donde la tesitura aguda de Lucía Torres reduce su dinámica hasta hacerla casi inaudible, al contrario de la voz de Alberto Rodway que resulta más agradable cuando abandona registros graves como el que exhibe en Todo es fantástico…
Nueve días en coma, la canción de apertura, marca la senda del recorrido musical elaborado en Ponte en lo peor. Llámame el lunes, con diez temas propios, que tienen en sus dos primeras canciones (Nueve días en coma y No sé qué hacer sin ti) y en las dos últimas (Perraguarra, Cinco euros no dan para tanto) el molde firme y sólido que aseguran las otras piezas, de distinto sabor y consistencia, pero en conjunto de menor nivel que las cuatro citadas, marca de la casa; si bien merece la pena prestar atención a En todos los polígonos hay un bar, donde afloran desahogos -a partes, ironía, causticidad y denuncia- de artistas:
¿Qué es eso de tocar por nada? Pero no te voy a pagar.
Tienes que vender entradas. Tienes que llenarme el bar
Y no regales tus discos. Ese no es el objetivo. Es el público borracho
que no entiende de arte.
Desahogos que complementan otras sentencia, de tono mayor, que hacen de las canciones de Detergente Líquido una guía para entender la razón de la desesperanza que anida hoy en día en los jóvenes:
Debes ser tú mismo, sin salirte de la raya.
Sigue a los más listos. No les lleves la contraria.
Ya ves que es muy triste, pero es lo que te ha tocado.
Dicen que eres libre y no te has enterado.
Y si te cansas del proceso, esto es lo que llaman vida
Que una vez que ya estás dentro solo tiene una salida…
¿Dónde cometí el error que no tiene solución? DIARIO Bahía de Cádiz Francisco Mesa
FICHA DEL DISCO:
Ponte en lo peor. Llámame el lunes.
Detergente Líquido: Lucía Torres, Ernie Rodríguez, Antonio Baizán y Alberto Rodway. Pistas: 1- Nueve días en coma / 2- No sé qué hacer sin ti / 3- En todos los polígonos hay un bar / 4- Todo es fantástico como un cartel de una farmacia/ 5- El libro Guinnes/ 6- La pastilla azul/ 7- Yo lo que quiero ser es DJ. Al carajo el grupo / 8- El ataque feroz de las albóndigas sin ojos / 9- La historia interminable (asiáticas tetonas) / 10- Perraguarra / 11- Cinco euros no dan para tanto.
Letra y música de Detergente Líquido, excepto la pista 6 (letra de Detergente Líquido y Hank Chinaski) y la pista 7 (Juan Antonio Mateos, Diego Pozo y Detergente Líquido).
Grabado y masterizado en Grabaciones Sumergidas (El Puerto de Santa María). Producido por Juan Antonio Mateos y Detergente Líquido.