El Carranza se vistió de gala para recibir a todo un Real Madrid, sin sus estrellitas, en la ida de los dieciseisavos de la Copa. Y el Cádiz no era menos y sacaba un once sin muchos de sus fijos en liga, siendo consciente de que lo importante ya está hecho, llegar hasta aquí y hacer la taquilla de la temporada. Ni tres minutos tardaban los merengues en ponerse por delante, aunque la primera mitad estuvo igualada… y enrarecida en cuanto empezaban los rumores de una posible alineación indebida de los de Primera, la de Cheryshev. A partir de ahí, el cachondeo llegó a la grada –también hacia Benítez-, y la segunda parte sí se convertía en un mero trámite, que dejaba el marcador en 1-3. Todo decidido para ¿la vuelta en el Bernabéu? O en los despachos, lo que haría que los gaditanos se vean en octavos sin esperarlo.
Diez años, diez, han tenido que pasar para que el Real Madrid vuelva a visitar el Ramón de Carranza en partido oficial. El bombo de la Copa del Rey quiso que el Cádiz, tras superar al Murcia, Mensajero y Laredo, no sin sufrimiento, obtuviera uno de los dos premios gordos: el medirse a un equipo que, sí o sí, supone una verdadera inyección económica –taquilla, televisión, publicidad…-, y más para un Segunda B.
Ambiente de gala en el estadio gaditano, estrenando sus nuevos videomarcadores –pantallas led del mobiliario urbano reconvertidas, algo pequeñas-, con incontables medios y periodistas acreditados, y cerca de 20.000 personas en las gradas –que han pagado entre 60 y 100 euros, no se colgó el ‘no hay entradas’-, para olvidar durante un rato la triste realidad y las penurias del Grupo IV.
Y sobre el césped, dos onces no titulares, lo que denota cómo afrontan Barragán y Benítez este partido de ida de los dieciseisavos del torneo del ko: los gaditanos saben que, deportivamente, es casi imposible la machada, toca competir y disfrutar, sin la presión, ni los pitos, de la liga. Los merengues minusvaloran, como era de esperar, a un “histórico” al que dicen respetar, y menosprecian a los mismos aficionados madridistas de toda la provincia que en algún momento soñaron con ver de cerca a estrellitas como Bale, Benzema, Modric, Kroos o Ronaldo. Todos se quedaron en casa.
Pol Ballesté; Cristian, Aridane, Josete, Tomás; Garrido, Mantecón; Lolo Plá, Salvi, Pávez; y Wilson Cuero, por parte de los locales; y Kiko Casilla –muy pitado-, Arbeloa, Pepe, Casemiro, Nacho; Marcos Llorente, Isco, Lucas Vázquez, James, Cheryshev; y Jesé, por parte visitante, jugaron de entrada.
Ambos equipos se han cruzado ya en cuatro eliminatorias coperas. Los blancos se clasificaron en todas ellas con un balance de cinco victorias y tres empates. Dicen que a la quinta va la vencida… Y ni se había cumplido el minuto 3, y Denis Cheryshev marcaba el 0-1, para arruinar el ambiente festivo; que casi anima un poco un activo Salvi cinco minutos después con una buena jugada personal y el pase a Cuero, que estrellaba la pelota en el portero.
En los primeros compases olía a que el Madrid iba a hacerse dueño y señor del partido y que lloverían goles, pero no, el dominio de la pelota alternó durante la primera mitad, y no pocas veces cuando los de Barragán se ponían a crear, lo hacían bonito… para lo que están acostumbrados a ofrecer cada domingo. Acercándose la media hora, Plá y James gozaban de interesantes ocasiones a uno y otro lado. Y comenzaba a extenderse por el graderío una supuesta alineación indebida de los visitantes, del ruso Cheryshev, y cánticos irónicos de “¡Benítez mira el twitter!” y “¡Benítez quédate, Benítez quédate!”. De confirmarse, el Real Madrid debería quedar eliminado. Y el presidente cadista, Manuel Vizcaíno, ya ha advertido de que se recurrirá.
Precisamente el segundo periodo comenzaba con el cambio del señalado Cheryshev por Kovacic, y el cachondeo de la grada entonando el “¡saca a Cheryshev… Cheryshev, Cheryshev te quiero!”. Se mantuvo el juego sin mucha historia, sin dominador claro y sin ocasiones, con un conjunto de Primera, que a diferencia de los de Segunda B, dejaba de vez en cuando tocar y tocar. Y en un lance aislado, Isco, al borde del minuto 20, marcaba el segundo; y en el 28, él mismo, el tercero.
En la diluida recta final, el Cádiz intentó, sin demasiada convicción, el gol del honor, cuando el conjunto de Florentino Pérez quitó el pie del acelerador. Y lo lograba Kike Márquez en el minuto 43, para alegría del Carranza, que además se regocijaba con las últimas buenas intervenciones de Ballesté bajo los palos, y la oportunidad de Salvi. Un 1-3, honroso, que deja la eliminatoria muy decidida de cara la vuelta en el Bernabeu el miércoles 16 si llegara a jugarse. Querría decir que el club amarillo habría perdido la batalla que ahora comienza en los despachos: toca aprovecharse del error garrafal de todo un Real Madrid, y pasar directamente a octavos de final de la Copa. Pero que a nadie se le olvide que lo único importante es la liga y subir. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway
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