JORNADA 9. El equipo revelación en este inicio de LaLiga 2023/2024, el Girona, visitaba el Nuevo Mirandilla este sábado, de calor y levante, a las dos de la tarde, horario anti-fútbol donde las haya, para medirse a un Cádiz con pretensiones de mantener su feudo como campo complicado para cualquier rival.
“Va a ser un partido de alto voltaje. El Girona tiene mucha movilidad, mucho dinamismo, lo maneja todo bien”, avisaba en la previa Sergio González, el técnico local, añadiendo no obstante que “estamos capacitados para ser un equipo serio, fuerte. Tenemos que dar gasolina para que la afición nos dé energía y nosotros lo devolvamos con un gran partido”.
De entrada, los amarillos salían al verde con Ledesma, en portería; Iza, Javi Hernández, Fali y Meré, en defensa; Alcaraz y Escalante en el centro del campo, con Alejo y Machís por las alas; y arriba, Chris Ramos y Maxi Gómez.
Un inicio trabado de encuentro, con unos 16.000 aficionados en las gradas, despertaba al borde del minuto 10 con una primera oportunidad de cabeza de los catalanes, una jugada de pillo de Ramos en la otra área que desaprovechaba Darwin Machís, y, en la siguiente acción, la roja directa para el venezolano por una supuesta entrada peligrosa en zona de nadie sobre Yangel Herrera, tarjeta que tampoco retiraba el VAR.
El Cádiz se quedaba con diez hombres con casi todo el duelo por delante. Y parecía resignarse a dejarse hacer: con el paso de los minutos, el conjunto de Míchel iba acumulando cerca del 80% de posesión, eso sí, estéril, sin probar apenas a Conan Ledesma, ante un rival que no cruzaba su campo pero mantenía cierto control sobre el aburrimiento a más de treintaipico grados que se desarrollaba sobre el verde.
Ya en la recta final del primer tiempo (ante de señalarse diez minutos más de propina), en una contada acción ofensiva de los gaditanos, se le quedó un poco alto el balón a Maxi Gómez para rematar de cabeza. Y en la siguiente, se volvió a parar el choque por la revisión de una acción de Fali sobre Dovbyk: el VAR tampoco vio penalti.
LA REACCIÓN CADISTA, MUY TARDE
Se repetía el panorama en el reinicio del encuentro, con un Girona lento buscando el gol sin hacer daño y el Cádiz, aguantando sin sufrir. Hasta que en el 58, la clavaba dentro de la red Aleix García, un derechazo imparable desde fuera del área.
El 0-1 subía al marcador, y minutos después, Conan salvaba el segundo. Los de Sergio González, en inferioridad numérica, ya no tenían nada que perder ni excusas para al menos intentar dar un pasito adelante ante un Girona crecido.
Y se movía el banquillo para buscar alguna reacción: Kouamé y Lucas Pires entraban por Escalante e Iza Carcelén; también Sergi Guardiola por Maxi Gómez; y para el remate, Negredo y Sobrino por Ramos y Meré. Pero seguía más cerca la sentencia de los gerundenses (como podría haber llegado con la acción de Eric García en el 76) que la igualada de los gaditanos, que hasta entonces apenas habían contabilizado contados cabeceos de Chris.
En el 81, el Nuevo Mirandilla se animaba algo tras una pelota rozando el palo rematada entre Rubén Sobrino y un defensor. Pese a exponer algo más y meterle bulla al balón, la siguiente media ocasión de peligro local no llegaría ya hasta el tiempo extra (ocho minutos más), un lanzamiento lejano y desviado de Javi Hernández; y el mismo jerezano la mandaba a las nubes desde dentro del área ya en el suspiro final.
Se confirmó la primera derrota de los amarillos en su feudo en la presente campaña, condicionada, sí, por competir casi todo el partido con un hombre menos, pero de la misma manera, no se puede jugar desde entonces sólo a no perder. DIARIO Bahía de Cádiz