“Este es un ejemplo claro de cómo una minoría totalitaria, y muy motivada, puede someter a la mayoría de la ciudadanía, pusilánime, a través de sus representantes políticos”. Con estas contundentes palabras ha lamentado Europa Laica-Cádiz la denominada Ruta Mariana de Ultramar que promueve la asociación Proyecto Ermita para la Galeona, que se propone convertir en capillas las garitas y escaragüitas (garitas que sobresalen) de las históricas murallas de la capital gaditana, unos elementos defensivos, “incrustando la huella del catolicismo”.
Se trata de una iniciativa inaugurada a finales del pasado mandato, todavía con el gobierno izquierdista en el Ayuntamiento, cuando se permitió que el restaurado mareógrafo de La Caleta se transformará en una capilla (con la instalación permanente de una talla de la virgen del Rosario), “consumando un despropósito patrimonial e histórico”, según palabras del historiador Alberto Ramos Santana en su blog.
Y ha continuado en el marco de la Gran Regata de Veleros 2023, a principios de septiembre, cuando contando con una dotación del buque escuela de la Armada mexicana ‘Cuauhtemoc’, presente en el evento, se ha ubicado dentro de una de las garitas de la muralla de San Carlos una talla de la virgen de Guadalupe (imagen que llegó a Cádiz a través del Juan Sebastián Elcano, que a su vez llevó a México una de La Galeona).
La nueva concejala de Cultura, Maite González, ya del PP, que arropó el acto junto a otros ediles de derechas, lo enmarcaba “dentro de las relaciones que ha tenido Cádiz con América a lo largo de los siglos y también desde el cuidado del patrimonio histórico de la ciudad y sus fortalezas”. En este sentido, previamente desde el Ayuntamiento se había adecentado la garita, “al igual que se quiere hacer con las otras que están en todas las murallas”.
“SE ABUSA, DESCARADAMENTE, DE LA ACONFESIONALIDAD QUE IMPONE LA CONSTITUCIÓN”
Tras estas “capillas” en el mareógrafo de La Caleta y en la muralla de San Carlos, “faltan 16 transformaciones más en distintas garitas y escaragüitas de las históricas murallas, según el proyecto de un lobby religioso, parece que asumido tanto por el Ayuntamiento actual como de la anterior Corporación”, denuncia Europa Laica en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz.
Y añade que “en pleno siglo XXI, en Cádiz se imponen símbolos religiosos en el espacio público a toda la ciudadanía, abusando, descaradamente, de la aconfesionalidad que impone la Constitución española”.
“En una sociedad heterogénea estas estatuas católicas serán muy venerables para una parte de los gaditanos, pero también representan la imposición confesional para otra buena parte. Además, se pervierte el conocimiento del histórico uso defensivo de este importante monumento de la ciudad, como relevantes especialistas han señalado”, insiste esta asociación, que avanza que ha cursado petición formal de información para conocer todos los detalles “de los que deriva este abuso”.
“La legalidad es aconfesional-neutral y basada en el respeto a las diferentes (no) creencias de la ciudadanía; esperamos que los responsables culturales de superiores instancias puedan corregir esta aberración en la conservación e interpretación histórica del mareógrafo y las murallas de Cádiz”, se sentencia.
ADELANTE NO ENTIENDE QUE SE CEDA EL PALACIO DE CONGRESOS PARA UNA SALIDA PROCESIONAL
Por su lado, Adelante Izquierda Gaditana ha reprochado que el Ayuntamiento facilite la salida de una procesión religiosa de un edificio público como el Palacio de Congresos, y critica que ni el nuevo alcalde Bruno García ni todo su equipo de Gobierno “respeten la laicidad de los espacios públicos”.
La coalición de izquierdas ha mostrado su sorpresa después de conocer una convocatoria pública de una salida procesional este sábado 23 de septiembre que partirá y se recogerá en el propio Palacio de Congresos, un inmueble de titularidad pública y gestionado por la empresa municipal Cádiz 2000. En concreto, se ha facilitado que la procesión de María Santísima de la Consolación salga de la antigua fábrica de tabacos “como si fuera un templo más de culto religioso en la ciudad cuando se trata de un edificio público”. Eso sí, se trata de una procesión de las considerada ‘ilegales’, fuera del amparo de la Iglesia, promovida por un colectivo ciudadano.
Adelante, que también cuestiona la pasada instalación de una imagen religiosa en una de las garitas histórica de la muralla de San Carlos, lamenta que el nuevo Gobierno del PP “esté dando pie a que espacios de titularidad municipal sean copados para actividades religiosas que deben impulsarse, en todo caso, desde el ámbito privado y nunca deben desarrollarse en espacios de una administración pública”.