La Asociación Gaditana para la Defensa y Estudio de la Naturaleza (Agaden) ha alertado de que en los meses de verano, en la ciudad de Cádiz, la combinación de una fuerte insolación, tiempo atmosférico estable y una fuerte emisión de gases contaminantes “provenientes en su mayoría del tráfico motorizado”, están dando como resultado el aumento de los niveles de ozono troposférico (O3) o también llamado ozono malo (“por perjudicar gravemente a la salud”), superándose en algunos días los valores permitidos, como constatan los datos recogidos por la consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía (en la estación de la avenida Marconi).
La normativa vigente exige no superar durante ocho horas la media de 120 µg/m3 (microgramos por metro cúbico) de ozono troposférico; sin embargo, apuntan desde Agaden, en la capital gaditana se están registrando superaciones de niveles de Protección a la Salud, el denominado “umbral de información a la población”, establecido para el ozono por la normativa europea y española en 180 ug/m3 como promedio.
El umbral de información a la salud en la directiva europea establece un umbral de aviso a la población cuando se den promedios horarios superiores a 180 μg/m3, y un umbral de alerta a la población cuando se den promedios horarios superiores a 240 μg/m3. En ambas situaciones, las administraciones están obligadas a proporcionar información sobre la superación, datos de previsión para las próximas horas, sobre el tipo de población afectada, y recomendaciones de actuación, “planes que por lo general, brillan por su ausencia y acción”.
En este contexto, Agaden asegura que ha enviado escrito al Ayuntamiento de Cádiz explicando esta situación y solicitando una mayor información a los vecinos y visitantes y la toma de medidas “drásticas y rápidas” que implique atajar “este serio problema”.
En una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz, este colectivo ecologista propone una disminución de la velocidad del tráfico rodado en la ciudad, así como la limitación de la entrada de vehículos al casco antiguo, o medidas como limitar el uso de coches en días y por matrículas (como ya se hacen en otras ciudades españolas y europeas). “Dado que el tráfico y la generación de energía son los principales problemas, es ahí donde deben centrarse las actuaciones a corto, medio y largo plazo”, se anota.
El ozono troposférico afecta al desarrollo de la capacidad respiratoria de las personas, dolor de cabeza picor en la nariz, tos, etc. Afectando también al crecimiento de las plantas y a la productividad de los cultivos. Es un gas constituyente natural del aire que respiramos, aunque se puede convertir en peligroso para la salud humana a concentraciones elevadas. Los efectos dependen de la concentración de ozono en el aire inspirado, del tiempo de exposición, de la sensibilidad individual y del grado de actividad física que realiza. Son personas especialmente sensibles al ozono, aquellas con enfermedades respiratorias crónicas. Los niños, ancianos y personas que realizan actividades físicas al aire libre en exteriores, también se ven afectados en mayor medida.