Más de 300 propuestas, unas más serias y otras menos, ha recibido el Ayuntamiento de Cádiz de cara al proceso participativo abierto para rebautizar el estadio municipal, el Ramón de Carranza, que dejará de llevar el nombre del alcalde franquista en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. Entre tanto, hay voces que argumentan que la ciudad tiene problemas más urgentes y otras que no saben (ni quieren saber) quien fue Carranza y por ello no ven mal que sigua llamándose así.
Entre los nombres propuestos están: ‘La Tacita de Plata’, ‘Jorge Mágico González’, ‘Bahía de Cádiz’, ‘Manolo Santander’, ‘Nuevo Mirandilla’, ‘Gadir’, ‘Michael Robinson’, ‘Ciudad de Cádiz’, ‘Mágico’, ‘Mirandilla’ o ‘Carranza’, que es la opción que prefiere el Cádiz CF, usuario principal de estas instalaciones municipales. Asimismo, también se han recibido otras propuestas “llamativas”, como ‘Wanda Metrobocuñano’, ‘Santiago Abascal’, ‘Francisco Franco’ y ‘Macarty’.
La mayoría de ellas han sido enviadas al correo electrónico habilitado en los cinco primeros días del plazo, y la última de las iniciativas, ‘Teo Stadium’, se hizo llegar a las 23:21 horas del lunes día 10, poco antes de cerrarse.
Dos semanas ha permanecido abierto el plazo para enviar preferencias e ideas para renombrar el actual Carranza. En total han sido recibidos 305 nombres diferentes que, ahora, serán analizados por una comisión creada al efecto para seleccionar un abanico final de hasta cinco alternativas sobre las que, posteriormente, se articulará un proceso participativo y abierto para decidir en última instancia la nueva denominación. Un debate, no sin controversias, que se retomaba semanas atrás, a raíz del fallecimiento de Michael Robison y de diferentes propuestas para dedicarle el estadio.
COMISIÓN DE TRABAJO
Esa comisión de trabajo está conformada, en principio: por el alcalde, José María González ‘Kichi’; los concejales de Participación Ciudadana, Deportes, Feminismos y Memoria Democrática; un técnico de la concejalía de Memoria Democrática, del Instituto Municipal de Deportes (IMD) y de la Fundación Municipal de la Mujer; una persona en representación de la Plataforma para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cádiz; otra en representación del Departamento de Historia Contemporánea de la Facultad de Filosofía y Letras de la UCA; una persona en representación del Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras de Cádiz; representación del Cádiz Club de Fútbol (aunque parece que va a rechazar su silla); de la Federación de Peñas Cadistas; del colectivo Brigadas Amarillas (principal grupo de animación cadista y entidad no federada); una persona en representación de la Asociación de Vecinos La Laguna-Manuel de Falla (zona donde se ubica el estadio); y representación de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha).
RAMÓN DE CARRANZA, UN ALCALDE FRANQUISTA
El concejal de Memoria Democrática, Martín Vila, firmaba días atrás un decreto que activa este proceso de cambio de nombre, y en que se explican y argumentan los motivos. En el mismo, se recuerda que Ramón de Carranza participó en el golpe de Estado de 1936 (que truncó la legalidad de la Segunda República y dio inicio a la Guerra Civil y a la posterior dictadura franquista), y fue colocado, tras ello, a la Alcaldía de la ciudad, participando en la represión a gaditanos con simpatías al Frente Popular o afiliados a organizaciones afines al gobierno republicano legítimo. Por todo ello, ya el Ayuntamiento aprobó en pleno en 2017 la retirada del nombre de una avenida de la ciudad a Ramón de Carranza (actual avenida 4 de diciembre de 1977).
Ahora, en esa misma línea y también en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica y de la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía, el Consistorio gaditano va a proceder a renombrar el estadio municipal.
Las citadas leyes recogen que las administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura, y que tienen la obligación retirar cualquier simbología franquista existente en el espacio público y equipamientos oficiales.
Igualmente, en el Catálogo para la retirada de la simbología de la ciudad, aprobado en Junta de Gobierno Local en abril de 2019, se dictaminó la retirada de simbología franquista existente y vinculada a dicho alcalde franquista.