TROFEO CARRANZA. Ambiente enrarecido el vivido en la previa de la LXIX edición del Trofeo Carranza, con la Bahía pendiente del incendio en Las Canteras de Puerto Real y muchos pidiendo su suspensión y lamentando la “poca empatía” del Cádiz CF con el sufrimiento de los vecinos. Pero el Nuevo Mirandilla (con el césped mejorable) se abrió tras las ‘vacaciones’, y el veterano y resistente, nunca mejor dicho, Trofeo de los Trofeos, se jugó, con los amarillos persiguiendo su décima copa, y conquistándola.
De cuadrangular con solera que en sus mejores momentos traspasaba lo meramente deportivo convirtiéndose en una fiesta más en el calendario estival de la capital gaditana, a mero partido con nivel dudoso de presentación de los anfitriones frente a un equipo sin cartel en la antesala del inicio liguero, planteado y presentado a última hora; casi un trámite para no terminar de enterrar un Trofeo Ramón de Carranza, que se quiera o no admitir, lleva años en vía muerta.
Y este verano, para más inri, el mismo Ayuntamiento que aporta 56.000 euros para costear parte de los gastos de la cita, ni se ha molestado en organizar actividad paralela alguna, quedándose el esfuerzo en unas vacías palabras del nuevo alcalde del PP, Bruno García, agradeciendo a su predecesor izquierdista el poner fin a las barbacoas en la playa, y animando a “disfrutar de la maravillosa hostelería, tanto en intramuros como en extramuros”.
“VA A DEJAR, DIRECTA O INDIRECTAMENTE, 2 MILLONES DE EUROS”
Un Trofeo que se presentaba formalmente en la misma mañana del domingo en el salón de plenos del Ayuntamiento, con el periodista Roberto Gómez como ‘pregonero’ “feliz y contento por estar en esta maravillosa ciudad para ensalzar, valorar y reivindicar lo que es el Trofeo Carranza, el mejor del mundo”.
En este mismo acto, el presidente cadista, Manuel Vizcaíno, incidía en que “siempre hemos intentado mantener el Trofeo, patrimonio de la ciudad, dentro de la élite nacional a pesar de ser algo que ya no se lleva y que no es rentable”, y todavía así, calculaba que la presente edición “va a dejar, directa o indirectamente, 2 millones de euros”.
A esta recta final de la pretemporada, el Cádiz llega con diferentes bajas (como las de Bongoda, Choco y Pacha), renovaciones y ampliaciones de contratos, y sólo tres caras nuevas: el lateral izquierdo brasileño Lucas Pires, el jerezano Javi Hernández, también lateral zurdo, y el extremo venezolano Darwin Machís, un viejo conocido. Las tres incorporaciones, tres cesiones.
EL CÁDIZ, DE MENOS A MÁS EN LA PRIMERA MITAD
Ante unas 16.000 personas en el estadio (los abonados entraban gratis), el Cádiz se presentaba ante los suyos con un once conformado por: Ledesma, bajo palos; Iza, Fali, Momo y Javi Hernández, en defensa; San Emeterio y Alcaraz, en el centro del campo; Alejo y Machís, por los extremos, y Roger Martí y Chris Ramos, como delanteros.
El eléctrico conjunto italiano (que la pasada campaña también peleó en la Calcio por no descender), salió de inicio con una marcha más, y en el minuto 12 se ponía por delante en el marcador con excesiva facilidad, con cinco toques, y gol de Almqvist. Con el Lecce sintiéndose superior, los de casa no inquietaron, más o menos, hasta el 23, con un tímido remate de Roger, desperdiciando el buen pase de Javi Hernández.
Y poco más que contar, hasta la recta final de la primera mitad: con el encuentro a trompicones, entre faltas e interrupciones, el mismo Roger Martí, asistido a la perfección por Iván Alejo, establecía el empate de vaselina; y el Cádiz se venía arriba con más ímpetu que juego, hasta el ecuador de la partida.
LOS PENALTIS DECIDEN
La segunda mitad se reiniciaba igualada, aunque en el 50, los de negro estaban a punto de marcar el segundo, con un disparo de Strefezza salvado por la estirada de Conan Ledesma. En el 60, Zaldua sustituía a Iza, y el Lecce continuaba con las ideas menos espesas que los de casa. Pero todo estaba demasiado impregnado, en el verde y en la grada, por el ambiente y la tensión propia de amistoso intrascendente de pretemporada, y encima con levante.
Para los últimos diez minutos, Sergio González refrescaba por completo al equipo (salvo a Zaldua, claro), entrado: David Gil, Carlos García, Luis Hernández, Lucas Pires, Álex Fernández, Bastida, José Mari, Sobrino, De la Rosa y Negredo. Y el pelirrojo tenía el 2-1 en la primera pelota que tocaba, a pase de Negredo.
Finalmente, con el 1-1 inamovible, el choque se decidió en los penaltis. Y aquí el gran protagonista fue el portero suplente David Gil, deteniendo dos lanzamientos de los italianos y rechazando un tercero. Por los amarillos, falló Álex al inicio de la tanda, pero sí cumplieron Negredo, Bastida y Pires. Y el Cádiz, con el ‘We are the champions’ por la megafonía, levantaba la copa de campeón. Un décimo Trofeo para las vitrinas de casa que, por lo futbolístico, no quedará para el recuerdo. DIARIO Bahía de Cádiz