CRÓNICA J-14. Partido muy igualado el celebrado durante la sobremesa del domingo en el Arcángel cordobés, aunque por esos caprichos del destino, terminaron los tres puntos en la bolsa de los visitantes. Es el cuarto partido liguero consecutivo que el Cádiz acaba ganando, y esta dinámica positiva consigue que todo lo que hace un mes llamaba a la derrota, sopla las velas de los amarillos a favor.
El duelo entre Córdoba y Cádiz es todo un clásico del fútbol andaluz, aunque lamentablemente siempre tiene lugar en categorías distintas a la primera división. Había bastante público en el graderío, y el equipo gaditano saltó al terreno de juego con la misma configuración con la que había logrado sus últimos éxitos. El triple pivote de gusto defensivo ha sido sustituido por la presencia de Manu Vallejo en posición un poco retrasada, complementando al balcánico Lekic en la delantera.
Con esta alineación, la primera parte del partido se convirtió en el habitual encuentro de de patio de colegio que se suele degustar en LaLiga 123. Hay tanta igualdad entre todos los equipos que muchas veces los partidos se asemejan más a partidas de ajedrez. Todas las plantillas tienen jugadores equiparables en calidad, y todos los entrenadores emplean básicamente los mismos planteamientos. Y de esta forma, cuando se enfrentan, todos conocen las virtudes y los defectos de los demás, que son básicamente, las virtudes y defectos propios, y los partidos se resumen en una lucha continua por acercarse al área rival a trompicones mientras se guarda la propia con uñas y dientes.
Con este decorado, la primera parte acabó con el consabido 0-0. Sin olvidar que Sandoval se veía obligado a realizar dos cambios por lesiones en el primer cuarto de hora: Jaime salía en el minuto 7 y Jovanovic en el 13.
La segunda fue un poco más agradable a la vista. En el minuto 50, el canterano chiclanero perforó la portería local tras una acción de Lekic. Este gol hizo despertar a los locales, que empataron en la siguiente jugada gracias a una acción de De las Cuevas.
Acto seguido cogieron la manija del partido ante un Cádiz que se empezó a mostrar un poco retraído ante el empuje cordobesista. No en vano, los locales tuvieron el 2-1 en su casapuerta cuando estrellaron un lanzamiento de falta al larguero de Cifuentes.
Álvaro Cervera reaccionó y puso en el campo a dos de sus armas secretas: Álex Fernández y Aketxe. Estos cambios hicieron reaccionar al equipo, que en el último cuarto de hora se deshizo del dominio local y comenzó a estar más relajado sobre el campo y a acercarse al arco rival de manera inofensiva.
Y entonces en el minuto 90, bajo un importante chaparrón, uno de estos inofensivos movimientos atacantes acabó en un córner que fue botado por el vasco directamente a la cabeza de Marcos Mauro, que batió al portero local. Sin mucho merecimiento, los cadistas se ponían por delante. El Córdoba intentó el empate a la desesperada, pero se encontró con que al dejar su defensa desguarnecida, en un largo contraataque amarillo termina con la pelota extrañamente rematada de cabeza por Aketxe casi en la línea de gol. Era el 1-3 con el que terminó el partido, y que sirve a los gaditanos para seguir sumando de tres en tres.
Y nadie sabe por qué, puesto que este mismo partido hace un mes hubiera acabado con una derrota. El destino quiere que los de la Tacita ahora vayan hacia arriba, y con cuatro victorias consecutivas se acercan a los puestos de honor de la clasificación, y lo que es más importante, se alejan de la patulea de equipos que se jugarán el descenso a los infiernos. Una categoría tan igualada como la segunda división no tiene más explicación que, como cantaba Dylan, A simple twist of fate. DIARIO Bahía de Cádiz