Los gaditanos lo intentaron, más o menos, pero apenas pusieron en verdaderos aprietos a un Mallorca que se adelantaba pronto, y que pasaba a hacer su partido aguantando atrás. Un 1-0 que certifica la permanencia de los hombres de Javier Aguirre y que enreda más todavía al Cádiz en la pelea por no bajar.
JORNADA 34. El estadio Son Moix abría en la noche del viernes una nueva jornada liguera de Primera, tras el parón por la final de la Copa, enfrentando a Mallorca y Cádiz. LaLiga 2022/2023 afronta su último arreón con cinco choques por delante, con vistas a la despedida en el primer fin de semana de junio.
“Estamos en la posición en la que estamos con los puntos que tenemos y hay cinco finales. Dependemos de nosotros. Debemos olvidar todo lo demás porque tenemos que preocuparnos de nuestro camino”, subrayaba Sergio González en la previa del encuentro, dejando caer que como mínimo este Cádiz necesita dos victorias para amarrar la permanencia.
En este envite en el que el Mallorca buscaba no caer en la zona complicada de la tabla a estas alturas, y el Cádiz, seguir fuera de descenso, los amarillos saltaban al verde con un once reconocible y se supone que descansado: Ledesma, en portería; Iza, Pacha, Luis Hernández y Fali, en defensa; Escalante y San Emeterio, en el centro del campo, con Sobrino y Alejo en los extremos, y Sergi Guardiola y Chris Ramos como hombres más adelantados.
El partido comenzaba casi igualado, con los dos conjuntos muy metidos, pero tras varias acciones de cierto peligro de Iván Alejo y de Sergi Guardiola, los de casa fueron tomando las riendas y empezaron acercarse al área gaditana con insistencia.
En el 14, Conan desviaba a córner un remate forzado de Muriqi, tras una pérdida de balón y una contra con su fuera de juego que no vio ni el árbitro ni el VAR. Y a raíz de ese saque de esquina, subía al marcador el 1-0: gol de Pablo Maffeo de cabeza adelantándose al rechace del portero/larguero.
Tras el varapalo y minutos de incertidumbre, los amarillos empezaron a mostrar más ganas de querer irse arriba, sin embargo hasta el descanso su ataque se convertía en un quiero y no puedo, y apenas se puede contabilizar como ocasión un cabeceo de Chris Ramos a centro de un activo Alejo. Dos minutos antes, el delantero gaditano reclamó penalti, para nada.
OTRA BALA PERDIDA
La pelota se mantenía más tiempo en los pies del Cádiz tras el descanso, aunque persistía la sensación de que los de Aguirre, cómodos sin balón, no sufrían apenas. En el 52, Iza Carcelén asustaba con una falta directa que se iba cerca del poste; y en el 56, Chris Ramos cabeceaba, desviado.
Con el Mallorca sacando un poco la cabeza, Sergio González pasaba a mover el banquillo, apostando por Rubén Alcaraz, Bongonda y Negredo en lugar de San Emeterio, Alejo y Sergi Guardiola. Empezaba a apretar y a arriesgar un poco más el conjunto visitante, y la estrellaba en el minuto 70 en el larguero, aunque la jugada quedaba invalidada.
Diez minutos después, y ya con el Choco Lozano en el campo por Sobrino, un disparo con intenciones de Alcaraz lo rechazaba la defensa local casi bajo palos. Y con el Cádiz más desesperado que a la desesperada, Muriqi estaba a punto de hacer el segundo de cabeza.
El árbitro señalaba seis de añadido, Arzamendia reemplazaba a Fali, y el Mallorca lograba que no se jugara a nada. Y con los gaditanos ya persiguiendo la machada, demasiado tarde, y Conan de delantero, el Mallorca marcaba el 2-0 a placer en una contra. Tanto anulado por un ajustado fuera de juego. Y se acabó. Otra derrota que complica la existencia en la elite a los de la Tacita, mientras confirma otra temporada en Primera para los bermellones.
“Quitando los primeros quince minutos, que creo que el Mallorca ha salido mucho mejor que nosotros, no puedo reprocharle nada a mis jugadores. Me voy orgulloso pero triste por el resultado. Lo hemos intentado e intentado, pero no hemos sido capaces. Hemos perdido una de las cinco balas que nos quedaban para conseguir el objetivo”, se sinceraba el técnico catalán tras el choque. DIARIO Bahía de Cádiz