El Cádiz consiguió una importante victoria en el Nuevo Mirandilla ante el Girona (2-0), rival directo, de una manera justa, efectiva y con cierta brillantez. Se mostró maduro y serio, conservando la alegría ofrecida por momentos en Bilbao pero abandonando los errores defensivos groseros. Los fichajes invernales, esta vez sí, están aportando aire fresco.
JORNADA 21. En una noche de viernes muy desapacible por el temporal de levante, los amarillos fueron muy superiores a los catalanes en la primera parte, y en la segunda contemporizaron y controlaron la situación con tranquilidad. Los nuevos fichajes se están adaptando y ya aportan goles y fuste a un equipo que duerme fuera de los puestos de descenso.
Porque de inicio Sergio González presentó sobre el campo a muchas de sus nuevas estampitas. Escalante acompañaba a Alcaraz en el centro de lo verde, y arriba Sergi Guardiola y Roger Martí conformaban una delantera inédita. En la parte de abajo, Fali volvió a su lugar natural dejando a Momo en el banquillo. Y con este plantel, los de casa empezaron el choque ejerciendo una presión pegajosa y agobiante sobre el equipo catalán, recuperando balones en zonas cercanas a la portería rival y causándoles problemas serios.
Tan serios como que en el minuto 5 un robo de los cadistas acaba en los pies de Ocampo que con un estético gambeteo logra centrar para que Escalante, a la segunda patada, remate y ponga el 1-0.
Y no cejaba en su presión el equipo local, que antes del cuarto de hora pudo haber marcado un par de goles más en lanzamientos de parte de Iza y de Guardiola. A eso del 30, el Girona había logrado sacar un par de córners, pero los gaditanos en realidad tenían el control del encuentro, gracias al trabajo común del equipo, que presionaba, robaba y salía corriendo, jugando y pasando hasta el área rival. Los entrenados por Míchel estaban anulados, y en el minuto 34 otra vez logró mangar la pelota la media amarilla, dejando a Bongonda todo el campo para correr y cedérsela a Guardiola que remata a puerta como debe hacerlo un delantero, logrando colocar el segundo en el marcador.
La primera parte del Cádiz fue muy completa. El tope de gama que se puede esperar ver a este equipo. Ideas en ataque, seriedad en defensa, fuerza en la presión y personalidad sobre el campo. Hasta metió dos goles, que pudieron ser más. Se logró empequeñecer a su rival hasta desquiciarlo y hacerlo desaparecer del terreno de juego. Ledesma casi no tuvo necesidad de mancharse las manos.
SEGUNDO TIEMPO SIN SOBRESALTOS
Ya la segunda mitad empezó con un conjunto local más conformista y ejerciendo menos presión. El partido se fue haciendo más aburrido así, porque no pasaba nada en ninguna de las dos áreas. Los amarillos no lo intentaban mucho, y los rojiblancos (horrorosa camiseta la suya, por cierto), no lograban crear peligro pese a pelotear con bastante más acierto que en el primer acto del encuentro. Con todo esto, fue Sergi Guardiola quien en el minuto 58 tuvo la primera ocasión clara tras el descanso, con un disparo cruzado con la zurda que podría haber sido mejor. Y no fue hasta el 67 cuando una jugada desde la izquierda el equipo gironés logró un remate de cabeza de Iván cercano al marco de Conan. Todo iba transcurriendo con placidez invernal a pesar el temporal de levante.
En el 75, Sergio decidió mover el equipo. Entraron Sobrino, Lozano y San Emeterio por Escalante, Guardiola y Roger Martí. Volvían los clásicos para sustituir a tres nuevos en la plantilla, que cumplieron con suficiencia. Escalante es todo pulmones en el centro del campo, robando, pasando y subiendo a rematar con soltura. Los dos delanteros atesoran la calidad suficiente para liderar el ataque de este equipo, sobre todo Guardiola, y además proporcionan visión de juego y capacidad de trabajo, principalmente, Martí.
También saltó en el 85 Iván Alejo, pitado desde parte de la grada, por Brian Ocampo. El uruguayo se está transformando en el jugador más importante de este Cádiz, con permiso de Ledesma. Tiene una electricidad muy atractiva para la grada a la vez que mortal para los rivales. Álex Fernández también salió en sustitución de Bongonda, que está presentando una gran mejoría en los últimos partidos.
Y tranquilamente, sin alegrías ni sobresaltos la segunda parte se fue acabando hasta dejar los tres puntos en el casillero gaditano. Esta victoria saca a los amarillos momentáneamente del descenso y acerca al Girona a los puestos peligrosos de la clasificación. Es el octavo partido seguido en casa sin perder, cosa que no ocurría desde 1992.
El equipo se mostró maduro y serio, conservando la alegría ofrecida en algunos momentos en Bilbao pero abandonando los errores defensivos groseros. Fali, si está en condiciones, debe jugar pero de central. Los fichajes están aportando trabajo, calidad y, puede que lo más importante, aire fresco.
Y hay que ser optimista, porque aunque la situación sigue siendo muy complicada, está claro que el Cádiz no es peor que ninguno de los de abajo, y la salvación es perfectamente alcanzable sobre todo si se es capaz de mantener el nivel mostrado en la noche de este ventoso viernes. DIARIO Bahía de Cádiz