El Espanyol a la desesperada hizo más que el Cádiz para quedarse con los tres puntos, sobre todo tras el descanso (dos palos y un gol anulado de Joselu), pero al final el 0-0 no se movió. Los amarillos ordenados de inicio, se vieron sobrepasados en la segunda, entre sufrimiento y paradas de Ledesma.
JORNADA 30. El RCDE Stadium estrenaba en la noche del viernes la jornada liguera con un partido caliente por la zona baja entre un Espanyol penúltimo tras encadenar seis derrotas consecutivas y un Cádiz cuatro puntos por encima confiado en como mínimo mantener las distancias en la tabla, antes de medirse con otros dos rivales de ‘su’ liga en una misma semana, Osasuna y Valencia.
“Para ellos es un partido vital, es la vida. Para nosotros no es la vida, pero está cerca. Tenemos que afrontarlo con la misma fe, la misma intensidad, la misma actitud que ellos. No hay ningún colchón para nosotros, tenemos un partido muy importante”, advertía en la previa Sergio González, el técnico amarillo que se inició en los banquillos precisamente con los periquitos.
Tras cumplir las controvertidas sanciones que deparaba el post-Getafe, Conan Ledesma e Iza Carcerlén volvían al once de los gaditanos: el argentino, bajo palos, y el portuense a la defensa junto a Pacha Espino, Luis Hernández y Fali. Por delante, San Emeterio y Alcaraz, con Sobrino y Bongonda en los costados; y como hombres más adelantados, Sergi Guardiola y Chris Ramos. Y en el banquillo, como gran novedad, José Antonio de la Rosa, extremo juvenil del Cádiz B.
Como era esperable, los hombres de Luis García salieron con urgencias desde temprano, mandando en cierta manera sobre el verde, aunque la primera ocasión de medio peligro la concretaban los visitantes, con un disparo lejano desde la frontal de Rubén Alcaraz. Cinco minutos después asustaba casi desde la misma posición pero en el otro lado del campo Nico, con un lanzamiento que tras impactar en un rival generaba un saque de esquina.
Y pronto, en el 17, los gaditanos se topaban con un notable contratiempo: la lesión en una acción fortuita de Fali, que llevaba semanas en gran forma; entraba Víctor Chust en su lugar. El Espanyol probaba en un córner a Ledesma, atento con los puños; y Sergi Guardiola fallaba doblemente el 0-1 en una ocasión que parecía imperdonable dentro del área.
El partido se iba nivelando y los amarillos, confiados a la hora de atacar, ya no solo se acercaban a los dominios de Pacheco a la contra. Pasada la media hora, Montes cabeceaba fuera por poco en el área cadista, y Chris Ramos hacía lo propio en zona barcelonista, mandándola por encima de la portería. Y a medida que se acercaba el ecuador, el choque se iba volviendo denso y espesito. Los catalanes ganaban en ímpetu sin criterio, y los gaditanos en orden y seguridad en sus posibilidades.
EL ESPANYOL SE VUELCA
Con el justo empate a cero comenzaba la segunda mitad en Cornellá-Prat, y los de casa se mostraban ahora mucho más metidos en faena. Así, en el 56, frente a un Cádiz adormilado el insistente Espanyol tenía cerca el primero de la noche, en una acción en la que Joselu la mandaba de cabeza al poste y en la continuación Ledesma repelía entre el barullo el remate de un rival. Y en el 62, el mismo Joselu culminaba una buena contra y marcaba ese 1-0, anulado de inmediato por un ajustado fuera de juego.
Ante la evidente debacle de los suyos, Sergio González movía el banquillo para tratar de frenar la caraja: entraban Álex Fernández e Iván Alejo por San Emeterio y Bongonda, respectivamente. En el 67 un cabezazo de Alcaraz a centro de Álex se iba fuera y en la siguiente el meta argentino evitaba otra ocasión rival con una buena mano.
Los pericos ahora sí creían y los de la Tacita dudaban a la espera del último arreón rival a la desesperada para tratar de pillarles al contragolpe. Alrededor del minuto 75, por si acaso, los de amarillo reclamaban en dos acciones penaltis, sobre Sobrino y sobre Ramos. Y otra madera de Joselu al borde del 80.
Con el descuento a las puertas (seis excesivos minutos extra), se iba Guardiola y entraba Roger Martí. El Cádiz sufriendo apenas podía/sabía salir de su campo con alguna carrera alocada y balonazos, y los catalanes presionaban pero la ansiedad les nublaba y casi no encontraban huecos. Y Conan Ledesma, soberbio, volvía a salvar a su equipo en el 92 ante un remate de, cómo no, Joselu. Un minuto después, Alejo tenía en sus botas también el gol en la portería contraria.
Con caras distintas en uno y otro bando, se confirmaba el reparto de puntos, insuficiente para los catalanes, satisfactorio para los andaluces. “Un punto que nos sirve de mucho, importante para nosotros para seguir manteniendo distancias. Ojalá nos salvemos ambos equipos”, apuntaba Sergio González en su rueda de prensa post-partido. DIARIO Bahía de Cádiz