El colista, en su 112 aniversario, le aguantó 55 minutos al reforzado Barcelona de Xavi. El Cádiz mostró seriedad pero, otra vez, incapacidad ofensiva. Y la calidad e insistencia azulgrana se impusieron por lógica, 0-4. Aunque todo quedó en segundo plano y enmudecido ante la urgencia de atender a un aficionado en paro cardíaco.
JORNADA 5. “Nos ha complicado los últimos cuatro partidos. Es un buen día para la venganza futbolística”. Con esta obsesión en la cabeza se presentaban Xavi y los suyos en el Nuevo Mirandilla en la tarde del sábado, en plena celebración del 112 cumpleaños del Cádiz CF, con Mágico González como invitado de lujo para hacer el saque de honor. Pero sobre todo para inyectar algo de esperanza a una afición amarilla que se ve muy colista, todavía con cero goles y cero puntos, y con un presidente obligado a pedir perdón por los errores para apaciguar la crispación; y a continuación, rogar “unidad”.
Unidad de todos los estamentos alrededor del club que también pedía el técnico Sergio González en la previa del complicado reto ante los culés (escocidos por no haber logrado ganar ni un envite a los de la Tacita en las dos campañas precedentes, aunque era otro Barsa…), incidiendo en que “queremos ser otro Cádiz del que hemos visto hasta ahora. Se tiene que ver un Cádiz alegre, que disfruta jugando al fútbol. Estamos en ese camino. Los principales culpables somos el cuerpo técnico y los futbolistas, pero todo lo demás suma para poder revertir la situación”.
Buscando darle otro susto a azulgranas, el técnico de Hospitalet sacaba de inicio un once conformado por Ledesma; Pacha Espino, Zaldua, Momo y Luis Hernández, en defensa; Álex Fernández y Fede San Emeterio en el centro del campo, con Sobrino más adelantado; Alejo y Ocampo de extremos, y Lucas Pérez en la delantera. Y en el otro lado del campo, nombres como Piqué, Bellerín, Memphis, Raphinha, Gavi o Ferrán Torres.
Con un disparo desviado de Rubén Sobrino en el interior del área que repelía además un cuerpo rival comenzaba con ganas la partida, ante más de 19.500 aficionados en las gradas. Y en la siguiente acción, Memphis se iba como quería entre defensores locales. Primer aviso en ambas porterías, con una pequeña diferencia en la calidad de los protagonistas.
En el 9, además, Raphinha la estrellaba en la madera. Era un aviso de un FC Barcelona que ya se había adueñado de la pelota, hasta casi el abuso. Los de amarillos se dedicaban a tapar huecos como podían y a correr mucho, por si caía algún robo o error. Ante este panorama, al público, acongojadito, no le quedaba otra que celebrar los contados córner, alguna falta a favor y hasta el mínimo derroche de esfuerzo infructuoso de los suyos.
El crono rondaba el 35, y Memphis tenía cerca el primero a raíz de un saque de esquina, e Iván Alejo jugaba con fuego en un agarrón a Balde dentro del área que el árbitro no consideraba tan grave como para revolearse por el verde. De nuevo Depay lo intentaba, de forma tímida ante Conan, y ya en el tiempo extra, Ferrán Torres buscaba colocarla en la escuadra. La insistencia catalana, sin asedio ni mucho menos, se había topado con un Cádiz limitado pero ordenadito, y se llegaba al ecuador con el 0-0 de partida.
LO EXTRADEPORTIVO MARCA LA SEGUNDA MITAD
Los de Xavi, quejosos con el de negro, reiniciaron el encuentro presionando arriba aunque sin apenas tirar a puerta. En el 52, San Emeterio la mandaba a las nubes, y tres minutos después abría la lata el Barcelona, tanto de De Jong. Aliviado, el entrenador culé movía el banquillo y metía en el campo a más artillería: Lewandowski, Dembélé y Pedri.
Al Cádiz le tocaba ahora no descomponerse y dar un pasito adelante, ya contando con Alarcón y Bongonda, por Álex y Alejo. Sin embargo, en el 64 entraba el 0-2, rebañado por el recién incorporado Lewandowski tras una primera intervención del meta argentino.
Los visitantes, sin urgencias, acumulaban ocasiones mientras los de casa no terminaban de reaccionar, y Sergio González introducía tres nuevos cambios: Alcaraz (ovacionado), Mabil y Negredo entraban a jugar por Ocampo (bastante perdido), Lucas Pérez (voluntarioso) y Sobrino (con más ímpetu que acierto).
Rondaba el minuto 80, y si ya pasaba poco sobre el terreno de juego, Del Cerro Grande detenía el partido por un incidente en Fondo Sur, al estar siendo atendido un espectador por la Cruz Roja e incluso por algún aficionado médico, un varón en paro cardíaco, y se hacía el silencio en el Nuevo Mirandilla.
Para el recuerdo de este ya raro partido quedará la imagen de Ledesma reclamando otro desfibrilador y corriendo con el aparato para lanzarlo al graderío; o la de José Mari ayudando a acercar una camilla al operativo. Entre la confusión e incertidumbre general en la grada y en el verde, el árbitro decidía mandar a los jugadores a vestuarios y “pausar” el encuentro. Y cuando se lograba reanimar al convaleciente tras varios intentos y era retirado para su trasladado a la UCI del Hospital Puerta del Mar, en Tribuna se levantaba el runrún por otra persona que requería asistencia, uno de los cámaras de televisión se desvanecía, aunque se recuperaba poco después.
A colación, el Cádiz CF ha emitido un comunicado agradeciendo “el comportamiento ejemplar de los aficionados, al igual que a los miembros de seguridad y Cruz Roja por su rápida actuación para que esta incidencia tuviera final feliz”.
Con el cuerpo cortado y pocas ganas ya de fútbol, salían de nuevo los equipos para un breve calentamiento, volvía parte del público desalojado, y se anunciaba el reinicio de los apenas diez minutos restantes a partir de las 21.05 horas. Los de casa regresaron con nervio y metiendo en su campo al Barça, un espejismo… los culés no desaprovechaban a la contra para hacer el 0-3, gol de Ansu Fati servido por el polaco; y ya en el descuento, el 0-4, firmado por Dembelé.
En la rueda de prensa postpartido, tanto Xavi como Sergio González coincidieron en subrayar que “la salud y la vida está por encima del fútbol”. En lo estrictamente deportivo, el entrenador amarillo reconocía que esta nueva goleada y quinta derrota consecutiva en este inicio liguero “es otro golpe importante, somos clavos, nos meten golpes por todos lados”. “Es difícil gestionar que tienes cero goles y puntos. La afición ha dado un paso adelante, nosotros no. Pero estamos convencidos de que cuando hagamos clik, volveremos a ser fuertes, a ser lo que fuimos. Todos tenemos que hacer un poquito más”, apuntaba el técnico antes de poner la mirada ya en el encuentro del viernes: “en Valladolid tenemos casi una final”. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway