El Getafe empató en el Nuevo Mirandilla en el minuto 105. El 2-2 quizá podría ser hasta justo si se descartan “factores externos” aludidos por un mosqueado Sergio González: sus goles llegaron de penalti tras chivatazos del VAR, y el segundo con el generoso descuento consumido. El cadismo, una vez más, se siente robado.
JORNADA 25. Estrenando la jornada liguera de Primera en la noche del viernes, el Nuevo Mirandilla se preparaba para vivir un duelo (casi) vital en la lucha por la permanencia. El Cádiz, con el reto de seguir fuertes en casa, recibía al Getafe, un punto por abajo en la tabla; algo triste por la lesión de Brian Ocampo que le deja fuera de juego lo que resta de campaña: “dejamos de tener un arma muy eficaz, pero estas son las cosas del fútbol”, sonaba resignado Sergio González en rueda de prensa.
“Va ser muy pero que muy complicado -avisaba en la previa el técnico catalán sobre los madrileños-. Llegan en un gran momento y saben que se va a encontrar a un buen Cádiz. Debemos tener paciencia en el césped, picar piedra y sacar provecho a todo ese trabajo”.
Los de amarillo, arropados por unas 16.000 almas en la grada, salían al verde con Conan en la portería; Pacha Espino, Iza, Luis Hernández y Fali (recuperado del susto del último partido), en defensa; Alcaraz y Escalante, en el centro del campo; Bongonda y Sobrino, en los extremos; y como hombres más adelantados, Roger Martí y Sergi Guardiola.
Con dos acercamientos tímidos del Geta, de colorao, arrancaba la partida; aunque con el paso de los minutos era el Cádiz el equipo que amasaba más la pelota y que buscaba la portería, con más intención y voluntad que precisión, también es verdad. Y en el 16, el belga-congoleño probaba a disparar desde la frontal, rebañando un balón que un rival había despejado de aquella manera.
Poco a poco, el encuentro-frontón iba haciéndose denso, sin dueño, sobresaliendo los fallos sobre los aciertos. En el minuto 31, Conan Ledesma salvaba en el mismo área grande, tras una mala salida, una jugada enrevesada. Y poco después, abortaba otra ocasión clara en las botas de Maksimović. Los de la Tacita se estaban perdiendo entre tanta espesura, y los hombres de Sánchez Flores apretaban, o algo parecido.
Sin embargo, cuando más fatiguita estaba pasando el Cádiz, subía al marcador el 1-0, gol de cabeza de ¡Rubén Sobrino! asistido por Iza Carcelén. El tanto animaba por instantes al equipo, y a la afición, ya que en el descuento se sufría otro susto gordo: el guardameta argentino evitaba el empate ante un trallazo de Munir. Lo mejor era que acabara ya este raro primer tiempo.
“¡DIEZ MINUTOS HA SIDO UNA PUTA BARBARIDAD!”
Un remate acrobático de Roger, sin consecuencias, ponía en marcha la segunda mitad. Poco después era Pacha Espino el que disparaba muy desviado desde lejos; y a continuación Théo Bongonda, culminando una jugada ensayada, la mandaba a la azotea del bloque más próximo a fondo norte.
Y llegó el minuto 57, el árbitro paraba el partido chivado por el VAR, se acercaba a la pantallita, y decretaba penalti a favor del Getafe gracias a una actuación teatral magistral de Enes Ünal dentro del área. El turco no fallaba desde los once metros, y se igualaba el marcador, ante el cabreo del Nuevo Mirandilla.
Sergio González perseguía la reacción de los suyos moviendo el banquillo: entraban Chris Ramos y Alejo por Roger y Bongonda, y Sergi Guardiola estaba cerca de hacer el segundo en el 67. Los madrileños, por su lado, activaban si modo-fullero, y a perder tiempo, ante un Cádiz ya con prisas.
Los amarillos apretaban entre el “¡a por ellos, a por ellos!” del estadio, y Hernández Hernández lo veía claro en el minuto 79, sin VAR que valga: pitaba otro pena máxima, en esta ocasión en el área del Getafe por manos de Domingos Duarte, que además se llevaba la segunda tarjeta amarilla, y a la calle. Rubén Alcaraz batía a David Soria desde el punto de penalti.
Fede San Emeterio sustituía a Guardiola a falta de cinco minutos para el 90. Y el roteño José Mari reaparecía, tras sus meses de lesión, por Alcaraz. Con Fali brillando atrás, cortando y despejando balones, se alargaba la desesperación local, la tensión y la incertidumbre: diez minutos de tiempo añadido, hala.
Y en el último suspiro, con el más que generoso tiempo extra cumplido, una mano inocente del Pacha y de nuevo tras la intervención del rollo del VAR, otro penalti. El Getafe empataba con gol de Ünal en el minuto 105, o cerca. Tangana final, expulsión de Iza… pero el reparto de puntos ya no lo movía nadie, ni la amarga sensación de robo e impotencia en el Nuevo Mirandilla.
Sergio González no escondía tras el choque su cabreo y frustración: “si hablara de los árbitros, me sancionaban. Nos estamos jugando la vida, el futuro, pero los árbitros, no. ¡Diez minutos ha sido una puta barbaridad!”. Para el técnico cadista, “cosas que tú no puedes controlar no han quitado la victoria, un factor externo, contra eso no puedes pelear. En lo deportivo hemos hecho un gran partido, mis jugadores se han vaciado, podemos estar orgullosos de ellos”. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway