JORNADA 1. La Primera división del fútbol español, la rebautizada LaLiga EA Sports, comenzaba este fin de semana, cuando agosto se acerca a su ecuador. Y al Cádiz CF le ha tocado arrancar el curso, su cuarta temporada consecutiva en la elite de la presente era Vizcaíno, casi rematando la jornada en lunes (ni los lunes ni los viernes están hechos para esto del fútbol, pero cuando casi lo único que importa es el negocio, ya se sabe…). Y en frente, un Deportivo Alavés recién ascendido que, a priori, jugará la misma liga que los amarillos: la de pelear por la permanencia.
Los de Sergio González llegaban a este primer capítulo liguero con la plantilla, en principio, más hecha que hace un año (gracias a los acertados refuerzos invernales), pero es verdad que con solo tres caras nuevas (las de Machís, Javi Hernández y Lucas Pires), a la espera de algún fichaje de nivel (que quiera jugar en la Tacita), y bajas notables como las de Bongonda, Pacha Espino o Choco Lozano.
Y hasta tres gaditanos en el primer once de la campaña 2023/2024: el portuense Iza, el jerezano Hernández y el gaditano Ramos. Un equipo titular conformado por: Conan bajo palos, parece que ya “reconocido por el club” con su aumento de sueldo; Iza Carcelén, Javi Hernández, Fali y Luis Hernández, en defensa; Fede San Emeterio y Rubén Alcaraz en el centro del campo, con Iván Alejo y Darwin Machís en los extremos; y como hombres más adelantados, Roger Martí y Chris Ramos.
Con ganas de competición recibió el Nuevo Mirandilla, con unas 19.300 personas en la grada (y alrededor de 300 aficionados vascos), el inicio del partido, con los de casa llevando la iniciativa. Y en el minuto 7, San Emeterio cabeceaba con todas sus ganas en el área chica una acción a balón parado y hacía el 1-0. Un tempranero primer gol del curso.
Y en el 12, Roger estaba más o menos cerca de meter el segundo, rebañando una acción del incansable Ramos, no dejando morir una pelota en la línea de fondo. Los de Vitoria-Gasteiz intentaban desperezarse tras un arranque pasivo, sin embargo el Cádiz se mantenía cómodo tanto esperando y corriendo como con la bola en los pies.
Acercándose el minuto 30 y la innecesaria pausa de hidratación (26 grados en el verde), el venezolano reclamaba más protagonismo, chupaba, y ponía en aprietos desde lejos a Antonio Sivera. Y en el 41, en la otra portería, era Duarte con un disparo cruzado el que inquietaba a los cadistas y obligaba a trabajar a Ledesma. Los vitorianos presionaban con poca fe, y las interrupciones y el juego bronco iban dominando la tarde. Ya en los cinco de tiempo extra, Roger Martí volvía a tener una ocasión clara, repelida por la defensa.
“ES IMPORTANTE EL FÚTBOL CON BALÓN Y SIN BALÓN”
Tras el descanso, se reanudaba el encuentro formalmente, aunque en tardó en arrancar en la práctica. Los veintidós jugadores deambulaban por el campo, sí, mas sin mucho criterio. El Alavés parecía querer buscar la igualada en el marcador, y el Cádiz se mostraba serio evitándolo.
En el 65, Sergio González movía el banquillo: entraban Sobrino y el debutante brasileño Lucas Pires, y se retiraban Alejo y Javi Hernández. Y cinco después, con los visitantes evidenciando más urgencias, era Escalante el que se colocaba en el lugar de San Emeterio para darle consistencia al centro del campo. Por poco tiempo…
Encarando la recta final, el Alavés probaba con un disparo lejano de Guridi que se iba por encima del travesaño, Alcaraz era atendido por una herida en la cabeza y reaparecía con un aparatoso vendaje, y Meré y Álex Fernández sustituían a Machís y Roger. Los gaditanos entraban ya en fase ultradefensiva (“disfrutar defendiendo”, como diría el Titán) y los nervios se palpaban en el Nuevo Mirandilla, con Gonzalo Escalante expulsado de forma merecida en el 88 por una entrada peligrosa a Kike García, y con el asistente marcando nueve minutos de tiempo añadido.
Nueve, sí, el Cádiz con un hombre menos y el Alavés crecido. Tocó sufrir, más por el miedo a perder los tres puntos en el último suspiro (como tantas veces la pasada campaña) que por el peligro real del rival. Así, el atronador grito de alivio celebrando el pitido final del árbitro lo decía todo: los amarillos, con hechuras aceptables, comienzan LaLiga con sonrisa y puntos. Y las aficiones de uno y otro equipo mostrándose sus ánimos y respetos.
“Hemos salido muy bien al campo, hemos dado frecuencia, intensidad, ha contagiado bien al público. Hemos sido mejores al comienzo. En el segundo tiempo ha sido un ejercicio de supervivencia. Con la roja de Escalante tuvimos que achicar aguas”, resumía el choque Sergio González en la rueda de prensa posterior, incidiendo en que este equipo “tiene muy claro cómo tiene que jugar, cómo tiene que defender, cómo tiene que sufrir. Es muy difícil llevar la batuta en todo el partido. Siempre va a haber fases en las que tienes que sufrir. Es importante el fútbol con balón y el fútbol sin balón”. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway