JORNADA 5. Tras el parón por los compromisos de las selecciones, vuelve LaLiga. Y el Cádiz regresaba a la competición “con mucha confianza” tras su esperanzador inicio liguero este sábado en un escenario impresionante como San Mamés, aunque en la hora anti-fútbol por antonomasia, las dos de la tarde.
En la previa del choque, Sergio González reconocía que el Athletic Club “es el rival que peor se nos ha dado” desde que él está en el banquillo amarillo: “hemos encajado muchos goles. Tenemos esa espinita clavada. Es un rival muy completo, muy equilibrado, muy físico, sus registros son muy buenos, y jugar en su casa les multiplica las virtudes. Seguro que vamos a competir ante un gran rival”.
Y para enfrentarse a los leones de Ernesto Valverde, apenas cambios en el once, salvo la entrada de Rubén Sobrino en la banda de Darwin Machis, convocado estos días por la selección de Venezuela. Así, los de la Tacita repetían con Conan, bajo palos; Iza, Javi Hernández, Fali y Luis Hernández, en defensa; Alcaraz y Escalante en el centro del campo, con Alejo y Sobrino por los extremos; y Chris Ramos y Roger Martí en la delantera.
Pasó el primer cuarto de hora de juego sin apenas ocasiones de peligro en una y otra área. Tras minutos de tanteo e igualdad máxima a nada, los vascos fueron tomando la iniciativa ante un Cádiz bien cerradito atrás pero inoperante arriba.
Hasta que los visitantes perdieron esa concentración inicial, y se dedicaron a dejarse hacer, sufrir y rezar ante un conjunto vasco volcado: en el 23, Guruzeta remataba a placer una falta lateral ante un despierto Ledesma; en el minuto 27, un cabezazo de Sancet se estrellaba en el larguero; en el 35, Berenguer probaba desde lejos, algo desviado; y ya en el 42, otro palo de Sancet tras moverse en el área sin oposición defensiva y encima el rechace lo ganaba Berenguer aunque se topaba con el portero.
Los bilbaínos, sin estar especialmente bien sobre el verde, se iban al descanso mereciéndose ya ir por delante en el marcador, y el Cádiz y su afición con pintas y cara de derrota anticipada, pese a ese 0-0 parcial.
GOLEADA PREVISIBLE EN EL SEGUNDO TIEMPO
Derrota que se fue confirmando en el segundo tiempo, que arrancaba con varios acercamientos de Iñaki Williams y Paredes, y otra acción decisiva con Iza Carcelén sacando bajo palos el primero de los locales.
Sergio González trataba frenar la preocupante dinámica con cambios, incorporando presunta calidad contrastada, a Maxi Gómez, Darwin Machis y Robert Navarro, por Roger, Alejo y un Sobrino muy perdido; y en el 65 el Cádiz gozaba de su primera ocasión, un centro raso del debutante Robert tras jugada personal y un remate de Maxi a las manos de Unai Simón.
Sin embargo, se trataba de un destello fugaz, una ilusión: en el minuto 66 Guruzeta abría la lata, y dos después Villalibre hacía el 2-0, cuando San Mamés todavía estaba celebrando el primero. Álex Fernández y Álvaro Negredo relevaban a Alcaraz y Ramos, Iñaki Williams sentenciaba en el 90, e Iza estaba cerca de hacer un gol ya innecesario en el descuento en un disparo lejano con intenciones. Y para casa con cero punto y peores sensaciones.
“Hemos estado mal, un Cádiz irreconocible, no hemos competido, hemos estado lejos de lo que somos. Encajamos este golpe como un aprendizaje. Han sido mejores, era cuestión de tiempo que nos metieran el gol”, reconocía sin paños calientes Sergio González en el postpartido; reflexionando que “en este inicio de campeonato quizá ha habido demasiada azúcar y nos empachamos, nos hemos creído más de lo que somos”. DIARIO Bahía de Cádiz