Un grupo de cristianos de base de la ciudad de Cádiz ha trasladado a los partidos en el Ayuntamiento una petición instándoles a “que dejen de utilizar la religión como herramienta política”. Una exigencia que surge sobre todo tras los hechos de las últimas semanas con la controvertida concesión de la medalla de oro a la estatua de la virgen del Rosario. “¡Qué importa el que gobierne, lo que importa son las personas! Es lo que haría el Nazareno hoy; luchar contra el desempleo, contra los desahucios, acoger a los refugiados, a los emigrantes… Así es como se demuestra el verdadero amor, y no en el metal de una medalla, y menos si esta va cargada de espurios intereses”, reflexionan.
Un nutrido grupo de cristianos de base de la ciudad de Cádiz ha trasladado a los distintos partidos en el Ayuntamiento (PP, Sí se puede, PSOE, Ganar Cádiz en Común y Ciudadanos) una petición instándoles a “que dejen de utilizar la religión como herramienta política”. Una exigencia que surge sobre todo tras los hechos de las últimas semanas con la controvertida concesión de la medalla de oro de la ciudad a la estatua de la virgen del Rosario, al cumplirse este año el 150 aniversario de su proclamación como patrona; con el único voto en contra de la coalición Ganar Cádiz, en coherencia con su “compromiso con la laicidad”.
El pleno aprobó esta medalla a finales de mayo –y enseguida la noticia trascendió a medios nacionales, intentando dar a entender que era una decisión exclusiva de “un alcalde de Podemos” y no de todo el pleno-; y el pasado día 21 se desarrollaba un discreto acto en el salón de plenos en el que se le entregó dicha medalla al prior de los dominicos, Pascual Saturio. Un evento con representantes de PP, PSOE y Cs y sin la presencia del primer edil, que delegó en su edil de Economía y Hacienda, David Navarro, para presidir el mismo. Nada más acabar el acto, la derecha ya estaba despotricando de José María González ‘Kichi’ por no haber estado presente.
Ahora se sabe además que la asociación Europa Laica ha interpuesto un recurso potestativo de reposición para que el Consistorio anule la concesión de esta medalla a la patrona “por no cumplir los requisitos que establece el vigente Reglamento de honores: la medalla podrá concederse a personas físicas o jurídicas, en consideración a los méritos o circunstancias singulares que concurran en las mismas”. Una estatua no puede cumplir este requisito básico, se evidencia. “Ya va siendo hora de que esas prácticas, que algunos políticos las enmarcan -torticeramente- como populares y tradicionales, e, incluso en el caso de la medalla de Cádiz de ‘actos laicos’, modifiquen su actitud y caminen en la senda constitucional, reclama este colectivo.
“QUE PAREN ESTE SINSENTIDO”
Ante todos estos hechos y otros en meses anteriores durante el presente mandato –la no presencia de concejales del actual Gobierno local en procesiones, por ejemplo-, este grupo de cristianos de base ha consensuado un comunicado rematado con dos párrafos muy contundentes: “señores concejales, menos medallas, menos religiosidad barata, menos enfrentamientos y crispaciones plenarias y extra plenarias, menos entorpecer las labores gubernamentales, porque cada frenada repercute negativamente en la ciudadanía, y más colaborar y arremangarse los brazos para sacar a Cádiz de los muchos problemas que sufre la gente”.
De este modo, se pide a las fuerzas del pleno municipal “que, por favor, paren este sinsentido. ¡Qué importa el que gobierne, lo que importa son las personas! Es lo que haría el Nazareno hoy; luchar contra el desempleo, contra los desahucios, dar un techo a las personas que viven en la calle, atender a los mayores sin recursos, a los enfermos cada vez más desasistidos, acoger a los refugiados, a los emigrantes… Así es como se demuestra el verdadero amor, y no en el metal de una medalla, y menos si esta va cargada de espurios intereses”.
El cerca de medio centenar de firmantes de este comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz reflexiona sobre que “hay quienes todavía piensan que la Iglesia debería imponer sus normas morales a la vida, incluso por medio de la coacción de las leyes civiles, como regla de comportamiento y convivencia para todos los ciudadanos”. Tales pretensiones, añaden. “no están de acuerdo con las enseñanzas actuales de la Iglesia acerca de la libertad religiosa y de sus relaciones con la sociedad secular, tal como ha sido reiterado por el magisterio pontificio, por el Concilio Vaticano II y expresado últimamente por el Papa Francisco”.
Sin embargo, a pesar del pensamiento de la Iglesia y de las aseveraciones del Papa actual, a decir de estos cristianos de base, “algunas” formaciones políticas gaditanas “se obstinan en introducir la doctrina y comportamiento religioso en la vida pública, llegando incluso a utilizarlo sibilinamente como un arma arrojadiza contra aquellos ‘herejes’ políticos que defienden una justa laicidad, una sana independencia y una necesaria libertad religiosa, tal y como pregona la propia Iglesia. Esta mezcolanza perjudica a la política y a la fe cristiana. Y sólo favorece a los interesados políticos que quieren aprovecharse de ella”.
“Es curioso observar –se afirma- cómo determinados políticos, sin convicciones cristianas algunas, emplean un importante tiempo en acudir a todos y cada uno de los actos religiosos que se celebran en la ciudad, incluso sintiéndose protagonistas en algunos de ellos, como vergonzosamente ocurrió en el Corpus Christi del pasado año. Son estos mismos los que utilizan el hecho religioso como una oportunidad de aumentar su ‘simpatía’ con determinado sector de votantes y conseguir, al mismo tiempo, el descrédito de los que apuestan por una higiénica laicidad”.
Y se agrega que “la excesiva exposición de imágenes por la vía pública, como estamos viviendo últimamente, en nada favorecen la estimulación a una verdadera vida de fe cristiana, si confunden al cristiano, como manifiesta el Vaticano II, e inundan los sentimientos de libertad y rabia de los ciudadanos agnósticos y laicos. Hasta el sano sentimiento del pueblo andaluz, expresado en la tradición de su Semana Santa, se está banalizando cada vez más, de tanto sacar los titulares a la calle sea cual sea el motivo”.
“También nos parece que la concesión de dos medallas, casi consecutivas, una a la virgen del Rosario y otra al sacerdote que la custodia, más responde a una interesada estrategia política del partido que las propone que a un acto de reconocimiento en sí. Lo cual evidencia su falta de escrúpulos cristianos y ciudadanos”, se interpreta en este comunicado. Y es que el PP lleva al pleno de este mes de junio una moción pidiendo que el padre dominico Pascual Saturio, guardián del convento de Santo Domingo, sea nombrado Hijo Adoptivo de Cádiz.
En definitiva, estos cristianos de base de la ciudad consideran que “en estos momentos de inhumanidad que vivimos, hace falta menos piedad y más vida cristiana, plena de valores evangélicos. Ese sí que era el verdadero sueño de Jesús el Nazareno: la fraternidad e igualdad entre todas las personas y la solidaridad con los que más sufren”.
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