“¡Cádiz! / no sabes cuánto tiempo llevo soñando este momento, / y hoy que estamos frente a frente, / tú y yo, mirándonos a los ojos / con el mantel recién puesto / y las velas encendidas / déjame decirte delante de todos / que te quiero,… ¡qué te quiero, vida mía! / Tú, voz de plata / piedra y agua / luz inagotable, / historia, muralla / fenicios, romanos / mojarras y caballas / ironía y pena / los Costus, Manuel de Falla / la del Tío la Tiza y Paco Alba / la Perla, Chano Lobato y Manolo Vargas. / Yo, chispa irónica / voz de nacar / fuego y barrio / caballa, taberna y fragua / el continuo aprendiz / con el alma de par en par / sin miedo, sin trabas / lleno de carnaval / licenciado en un lavaero / con un máster en compás. / Me arrodillo ante ti / para recibir la bendición / ya tocaba devolverle / todo lo que Cai me dio”.
Es parte del alegato final del pregón de David Palomar ofrecido en la noche del masificado sábado (y de levante) para dar inicio de forma oficiosa al Carnaval de Cádiz 2020, que oficialmente se abría el pasado jueves día 20 y que se prolongará hasta el domingo 1 de marzo; con la propina del carnaval de los jartibles una semana después, el domingo 8 (AQUÍ, la programación).
Palomar, gaditano y viñero, hoy día uno de los más afamados cantaores flamencos de Andalucía, pero también carnavalero (como componente con Tovar o Bienvenido, e incluso compartiendo grupo con el ahora alcalde, José María González ’Kichi’, y como autor), aceptaba este reto el pasado noviembre, tomando el testigo del jiennense Joaquín Sabina, último pregonero de la fiesta. Y entonces ya lo anunció: su pregón sería “muy flamenco y muy carnavalero”. Y no mintió. Profeta en su tierra, se le ha visto prácticamente todos los días en el Gran Teatro Falla durante el Concurso de Agrupaciones (que se cerraba en la mañana del mismo sábado tras una final de trece horas), donde ha recibido diversas letras en su honor.
Este primer sábado de Carnaval, aún con la resaca de la final de Falla, amanecía en la Glorieta Ingeniero de la Cierva, en extramuros, con actividades para toda la familia alrededor del pregón infantil, a cargo de Alejandro Aparicio Rodríguez, alumno de la Salle Mirandilla. Y ya en el casco antiguo pasadas las ocho y media, en el macro-tablao de la plaza de San Antonio (ante unas 70.000 personas, según la concejala de Fiestas, Lola Cazalilla), se desarrollaba el pregón de Palomar, con numerosos invitados sobre el escenario: más allá de agrupaciones (el cuarteto del Gago, el coro de los niños, la comparsa de Martínez Ares, la antología de Manolito Santander…), uno de los Morancos (César), Javi Osuna, Juan Villar, Anabel Rivera, Niña Pastori, Arkano, el Kanka, Riki Rivera, Tomasito…
“CON PASIÓN Y HUMILDAD, PREGONARÉ A MI MANERA”
El pregón, bajo el nombre de ‘Cuna de dos cantes’, lo ‘cuenta’ Paco (el Moranco), presentando, de manera guasona, quién es el pregonero: “un niño que nació en Cádiz y fabricó su vida con coplas de carnaval y flamenco. De pequeño se subía a su azotea y yo lo escuchaba cantar y me quedaba embobao. Qué dulzura, que temple, que compás y qué ange. Porque cantes hay muchos pero con el ange que se canta en Cádiz, no se canta en ningún lao. Y aquel chiquillo abría la boca y era Cádiz quien cantaba. Los caliches de la pared se tiraban al suelo esmorecíos. Las antenas parabólicas se ponían todas mirando pa él… Esa es la historia que yo les vengo a contar. La historia de un niño que es la historia de Cádiz. Enamorado por el carnaval y por el flamenco. Aún lo recuerdo subido en su azotea y hablándole a Cádiz. Soñando con los ojos abiertos que era su pregonero…”.
“Gracias, Cádiz. Gracias por hacer realidad todos mis sueños. Gracias por hacerme viñero, por hacerme hijo, hermano, compañero y padre. Gracias por hacerme cantaor y carnavalero. Y gracias, Cádiz, gracias por hacerme hoy, tu pregonero”, comenzaba Palomar (disfrazado de todo lo que rezuma su ciudad) su intervención, salpicada de sus propias actuaciones, las de otros y apariciones en los pantallones (Sabina, Sara Baras…).
“Sabina fue pregonero / y me cede su testigo / para que Cádiz conmigo / diga al carnaval sí, quiero. / Flamenco y carnavalero, / bisnieto de La Piconera, / coplas de chufla y solera / para Cádiz, mi ciudad / que con pasión y humildad / pregonaré a mi manera”.
Y en ese “a mi manera”, se encuentra don Antonio Martínez Ares (“me ponía solo en mi azotea a cantar una y otra vez la presentación de ‘Calabaza’. Qué pechá de calabaza, Antonio, estoy de vitamina C que me sale por la orejas. / No sabes la de veces que he fantaseado solo, desde mi azotea con cantar tus coplas”). Y llega ese momento.
El espectáculo avanza dándole a la palabra, con la participación de Arkano: “Cádiz, la patria de la libertad, / mejor sería que se liberase / de la máscara de la falsedad, / del paro y de la humedad que hace… / Cádiz afina en el tres por cuatro, / y en la belleza de un poeta cercano. / Arte de la calle, la prensa y el teatro, / como ese rapero que se llama Arkano”.
Y el piropaso a su Viña no puede faltar: “un barrio es una patria que te marca desde niño, / si ese barrio es la Viña, es que dios te ha bendecido. / En mi barrio de la Viña no hay más banderas, / que las sábanas blancas que ondean en las azoteas. / En mi barrio cuando sopla el viento, / aún resuenan los ecos del ‘himno de Riego’, / que entonaba Salvochea: ‘mi patria es Cai, mi familia los viñeros y mi religión las caballas con fideos y las croquetas del puchero’”.
“ME HE CASADO CON EL FLAMENCO PERO LE PONGO OJITOS A LOS CARNAVALES”
“¿Cómo se pueden querer dos coplas a la vez y no estar loco? –se pregunta en otro momento del pregón en esta azotea-. Yo me he casado con el flamenco pero le pongo ojitos a los carnavales. ¿Qué se llevaría usted a una isla desierta? ¿Qué se me ha perdido a mí en una isla desierta? Si yo tengo ya una isla llena de música y palabras. Que venció a un tsunami y a Napoleón, pero que perdió el resto de todas las guerras y el resto de todos los desastres. Una isla que habla como Fernando Quiñones y suena como Manuel de Falla. Una isla que no aísla porque cada día amanece llena con un popurrí de sueños”.
No falta el momento oración, además, antifascista: “Cádiz nuestro que estas en los bares / en los cañones de las esquinas, las azoteas, / las escolleras y las canas de mi mare… / Santa Cádiz todopoderosa, no nos dejes caer en el subsidio, / mucho menos en la xenofobia, / y el odio que es el peor de los vicios. / Santa Cádiz liberal de veras, / que no nos hagan cantar cara al sol / los enemigos de la primavera, / te lo ruego por favox. / Que no le den cuerda al reloj / los partidarios del ayer, / y que el Cádiz jamás caiga / en el pozo de la Segunda B. / Amén…”.
Ni los recuerdos a Juan Carlos Aragón y a Manolito Santander (también lo hubo para una leyenda viva, Antonio Trujillo ‘Catalán’): “Creo en lo mejor de Cádiz / por eso lucho contra lo restante: / la ojana y la resignación, / que se olvidó que América / forma parte de este rincón. / Yo que creo en el prójimo más que en sus dioses, / creo en mi hijo más que en el pasado / creo que tuvimos un rey / que se llamaba Juan Carlos. / Creo en el Cádiz peleón, / que no se rinde a sí mismo… / Si mi grupo sanguineo es RH caletero, y mi presión arterial, / en la alta me da, taratachin, / y en la baja taratachero. / El mundo lo hace la gente, / tu gente te imprime el carácter, el sello / todo lo que soy hoy, / se lo debo a ellos. / Manolo del mes de mayo, / Manolo de la lapa negra / con él supe ser viñero / y defender a mi tierra”.
Y vuelve a aparecer Paco para cerrar este sueño…, “aquí termina la historia de un niño que es la historia de Cádiz. Una historia ligada al flamenco y al carnaval. Y lo mejor de esta historia es que aún no ha terminado… empezó con aquel niño que pregonaba a Cádiz desde su azotea y continuará con este grande que seguirá pregonando a Cádiz en Cádiz y en el mundo entero”.
“Que comience la juerga”, sentencia ya David Palomar sobre las 23 horas, para despedir con fiesta y jaleo su sentido y puro pregón de Cádiz para Cádiz y el mundo, y desear un “feliz Carnaval 2020”, y a seguir canturreando el “¡qué bonito está mi Cái cuando llega el carnaval…!”. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway