La planta de Industrias Gráficas Gaditanas (Ingrasa), en Puerto Real, propiedad del Grupo Joly –editora de Diario de Cádiz, entre otras cabeceras en toda Andalucía-, ha iniciado en la medianoche del miércoles al jueves, tras varias jornadas de movilizaciones en la capital, una huelga indefinida ante el decidido cierre de esta línea de negocio, con la idea de subcontratar estas labores a una empresa de impresión en Sevilla, Distasa –que se ha encargado ya de sacar los periódicos este jueves; IU entiende que esto vulnera el derecho constitucional a huelga, “una provocación a la plantilla y una torpeza por parte del Grupo Joly”-. Este varapalo, en plena celebración de los 150 años del periódico germen del grupo, implica el despido de 34 trabajadores y afecta a unos 30 puestos indirectos. Un conflicto laboral que sigue sin ser noticia en dicho medio de comunicación, ni curiosamente, en otros gaditanos.
En los últimos días, la plantilla ha recibido el respaldo directo de los ayuntamientos de Cádiz y de Puerto Real, y de diversos partidos y sindicatos en ambas localidades. Y en la tarde del miércoles también se sumaba a este respaldo, de alguna manera, el comité de empresa de Diario de Cádiz, a través de un comunicado, con el que además denuncia el “boicot” que dicen estar sufriendo ante esta maniobra empresarial.
Así, según recoge DIARIO Bahía de Cádiz, este comité -junto a los delegados de Personal de Europa Sur y de Diario de Jerez- dice no compartir “en absoluto” la decisión del Grupo Joly de cerrar su planta de impresión y expresa “su apoyo y solidaridad” con los más de treinta trabajadores afectados, “con quienes los miembros de nuestra plantilla hemos trabajado, desde este lado del puente Carranza, durante décadas con un fin común: ofrecer siempre el mejor de los periódicos posible a sus lectores”.
“Con el paro de las dos rotativas de las emblemáticas instalaciones del Polígono Industrial El Trocadero se cierran más de 40 años de trabajo de altísima calidad en el campo de las artes gráficas en general y más concretamente en la edición de periódicos, gracias al esfuerzo y el sacrificio de una plantilla técnicamente muy cualificada que difícilmente encontrará ahora recolocación en un sector en vías de desaparición como el de la prensa en papel”, añade este comité de empresa en su comunicado, al tiempo que respalda sus movilizaciones y espera “que el periodo de consulta abierto termine con un acuerdo que les permita sobrevivir dignamente”.
Y añade que con el apagón de las máquinas en Puerto Real tras la subcontrata de la impresión con una empresa de Sevilla “se acaba con una parte del proceso de edición que siempre hicieron manos gaditanas a lo largo de los 150 años de historia de Diario de Cádiz”.
Pero, y ahora viene la otra razón de ser de esta nota, el comité de empresa de Diario de Cádiz apostilla que este periódico “ni cierra ni se lo llevan a Sevilla, como se está difundiendo maliciosamente a través de una campaña que está alentando un boicot en las redes sociales, ajena a la representación de los trabajadores de Ingrasa”.
“A falta de un representante de la dirección del Grupo Joly que responda a este bulo malintencionado que pretende desacreditar la credibilidad del periódico ante sus lectores y, por tanto, la de todos los que trabajamos en él, el comité de empresa, en nombre de toda su plantilla, se ve obligado a aclarar que este periódico se sigue haciendo en Cádiz como en el último siglo y medio. Y que si en algún momento alguien decidiese lo contrario, será el primero en echarse a la calle como tuvo que hacer el otoño de 2012 ante un ERE que le costó el empleo a una parte de la plantilla que se dejó la piel en este periódico”, se asevera.
Y es que, se sentencia, “los puestos de trabajo no se defienden, ni en la Bahía de Cádiz ni en ningún otro sitio del mundo, alentando campañas o acciones que puedan derivar en la destrucción de otros puestos de trabajo. Lo contrario responde a otros intereses que atentan de pleno contra el ejercicio de la profesión periodística, tan maltratada en los últimos tiempos”.
Desde la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) ya han mostrado igualmente su aliento a los trabajadores de Diario de Cádiz “en estos difíciles momentos”, y han pedido –a través de sus redes sociales- que “se defiendan los empleos de las rotativas sin que las acciones pongan en riesgo el mantenimiento de los puestos de trabajo en las redacciones”. La Asociación de la Prensa de Jerez también ha trasladado públicamente su apoyo.
Ingrasa es el resultado de la evolución de la primitiva imprenta adquirida por la familia Joly en 1868 para la impresión del Diario de Cádiz, que recuperaba su actividad comercial en 1975. En 1990 la rotativa se trasladaba al polígono industrial El Trocadero, en Puerto Real, en unas modernas y amplias instalaciones que, se asegura, “permiten una producción de 50.000 ejemplares a la hora, y con un grupo de profesionales especializados en la impresión de revistas, folletos, periódicos, libros, memorias y cartelería”. Este negocio dentro del Grupo Joly llegó a contar con alrededor de 90 trabajadores, según la propia web corporativa, convirtiéndose “en uno de los principales centros de impresión de Andalucía”.