“Y si sangran tus heridas y los males te someten, sigue mi filosofía, píntate dos coloretes”

DÍA 8 (8ª CLASIFICATORIA)

Con el Bienvenidazo coleando todavía por el Falla y alrededores, toca nueva ración de tresporcuatro, la octava función de las clasificatorias del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (el COAC 2025). ¿Se ha marchado ya el ministro Óscar Puente, o sigue con el chalequito amarillo bendiciendo obras?

Un jueves, casi viernes, sin exagerar. Cumplen las comparsas ‘¡Payaso!’, de Nene Cheza y Zampi, y ‘La majadería’, de los hermanos Santander, ambas con su tono vitalista. Y en modo ecologista, el coro de Chiclana ‘Ley natura’ alecciona a tanto amante del hormigón.

“El Carnaval de Cádiz es una fiesta de libertad donde, afortunadamente, la prohibición se prohibió hace muchos años, pero esto no es óbice para que este Ayuntamiento se posicione totalmente en contra del botellón”, remarca la declaración institucional aprobada hace un rato en pleno. Juan, qué prosa, qué literatura, deja en pañales el “si no te gusta, lo siento, pero no consiento hacer un botellón, de mis carnavales”, de Juancarlo. Maripili, consiénteme, tira de la palanca y que haga castillos en el aire este cronicón a su ritmo. Y si te sobra un anuncio, este es tu escaparate.

‘Ley natura’, O2

Las 20.07 horas. Va telón. Dioniso, te quieren. Amanece en este bosque, que estaba aquí antes que tú te hicieras un chalecito ilegal en esa parcela no urbanizable. “Tú, me viniste a conquistar, no me supiste escuchar… si tu vida es oscura, piensa siempre en natural… oye el susurro de mi ser…”. Con aires pausados se presenta el coro ‘Ley natura’, desde Chiclana, con letra de Álvaro García y la música y dirección de Jesús Rivera. Metatango al tipo desde lo más profundo de este bosque, “que mientras yo pueda, volveré a cantarte para convertir tus otoños grises en primavera”. La maldad de los humanos en una segunda letra en la que estos árboles ofrecen su corteza como escudo a quienes sufren…, “y me quedaría desnudo, toma mi coraza, para ti mi vida, que sirva para salvar a los niños que están matando en Palestina”. Asesinando, Juan, asesinando. Suenan sin estridencias. Un cuplé mezcla chorizo y Blablacar y otro, se busca en la entrepierna el “palillo de dientes”. No hay más. “Te diré mis cositas muy claras, que este árbol de Chiclana, al cantarte no se anda por las ramas”. El mensaje todos-contra-el-fuego embadurna ese popu buenista, ecologista y con sus ratos de percusión…, “yo siempre te ayudaré a vivir y a respirar, siempre te esperaré para cantar en cada loco amanecer”. ¿Ha dicho loco? Tanto oxígeno me hace dudar, Juan.

‘Los plumeritos’, no vea la alergia

“Dame compás, está todo sin limpiar…”. Condenados a limpiar el polvo del carnavá de por vida. Es el concepto (¿no?) de la comparsa mayordomo-sevillana ‘Los plumeritos’. Juan, no me mires asín, que me intimidas. David Campano firma la letra, y Jesús Bou, la música. El autor seco sin inspiración, pensando en no salir este año trágico, cambia de idea motivado por la imaginación de la niña, por la sonrisa de la niña. Parte de la intrahistoria del primer pasodoble. Qué presión para la cría, joé. “La perra de Andalucíaaaaa” protagoniza el segundo, cuidao cómo se rebele ante tanto maltrato. Algún chascarrillo con el Pellejo, y un pene con pena, para los cuplés, de antología. Aro. “Cuando canta un gaditano este plumero se vuelve humano, late mi pecho por carnaval”. “Canta, plumero, canta…, yo no soy un gran poeta, solo quiero ser un plumero en carnaval”, se confiesa en el popurrit. Vaya condena retorcía, Juan.

‘Martín el encantador’, nopor amateur

El primo de Merlín ya pisa las tablas, junto al rey Arturo aquel. ‘Martín el encantador’, chirigota local, plana y lacia, con Isaac Lavi Márquez detrás de música y letra. “Al mundo le hace falta un encantamiento para tanta desgracia…”. Hipnótico holaquéhay. Bueno, no. Juan, que se te escurre la barba. Arturo muere por ser chirigotero, en el primer pasodoble. Y lo tieso que están los capirotes, ¿qué? ¿Eso no se valora? “Es una pena cómo se dan pasos para atrás, la lacra del fascismo en la juventud vuelve a aflorar… es tiempo de evitar otro holocausto…”. Lo advierte la otra letrilla. Dos cuplés “sin maldad”: croquetas y huevos-pegados-al-culo. La ración. “Y ten cuidao con el balcón”. Arturo, no te meta en ná. Ahí queda el consejo desde el gallinero. “Se sale, de ser de Vox también se sale… Andorra, eres como el Río San Pedro pero de los Pirineos…”, y otras perlitas van brotando de ese inenarrable popurrí aficionado, diletante, inocente en las formas, pero ambicioso y antifascista en el fondo, oye.

‘¡Payaso!’, jaja

La pena va por dentro, ya ya, pero vitalista saluda la comparsa de Nene Cheza y Zampi, dicharachera de toda la vida. Acordeón y al lío. “Y así en el vaivén de mi pena y mi canto, la risa y el llanto son danza infinita, me muero y revivo de nuevo pintando nariz colorada, mejilla encendida… y si sangran tus heridas y los males te someten, sigue mi filosofía, píntate dos coloretes… me he enganchado al vicio de reírme de este mundo…”. Se presenta ‘¡Payaso!’, y van de ¡¡payaso!!, con sombrero sobre sombreros. José Luis Zampaña se encarga de la letra y José Antonio Cheza de la música. Un primer pasodoble mirándose al ombligo, del resquemor y el ñiñiñí pasados al jajajá pese al “odio y la frustración de otros”…, “qué trabajito me costó tirar palante… que esto ya es una familia, y no hay quien pueda con nosotros… ojalá sentir la fiesta, con la magia, la pureza y la inocencia de mis niños”. “Protejamos nuestra esencia verdadera, porque no se salva nadie, todos somos responsables, si se muere la cantera”, argumenta la otra letrilla, saltando entre autores y componentes que mamaron el carnaval desde la base. El Nene recurre a sí mismo para sacarle punta a los dos cupleses, de altura, de comparsa. “Y en este cajón, está el corazón, que late que late en febrero”. Dejando atrás la oscuridad, buscando ser una cura de esperanza, por ahí navega un popurrí auto-ayuda con lluvia de papelillos, “con mi gente, que son mi paraguas, yo me río de los chaparrones”, y efectista baño de globos al patiobutaca…, “y ojalá que mi comparsa haya sido para ti, una cura de esperanza y de ganas de vivir, si consigo que derrames tu alegría a cada paso, que suerte que me llames, payaaaasooo”. Juan, te veo, te veo con ganas de vivir… donde se ponga Krusty…

‘Los que tienen el cielo ganao’, gracia divina

“¿Puedo pedir una excedencia?”. Tú ángel de la guarda te canta también en el Falla. ‘Los que tienen el cielo ganao’, chirigota sevillana de La Rinconada. Jesús Martínez Mestre se adjudica letra y música. Las cucarachas no deberían volar. Ajá. Bautismo de papelillos para empezar, donde se untan en la misma tostadas sacramentos y carnaval; y “nuestra sanidad es un infierno donde manda Lucifer”, para avanzar. Por ahí quedan esos pasodobles alados. Vuela vuela, no te hace falta equipaje, vuela, vuela, nadie controla tu imagen… Po no me acaba de venir a la mente Magneto. “Si se me cae el cabello, voy a una confitería”, sentencia el estribillo, resultón por inesperado. De verdad, Juan, de verdad. Los cuplés aplatanaos de dos en dos, y “estamos tos de acuerdo en que Vinicius es gilipollas”. Que rima con cebolla. Cebollón, el repertorio, también el popurrí, que acaba con, ¡oh, sorpresa!… po no: “al Edén que le den, yo me quedo en Cádi… no sabes la de veces que me salvas, porque eres tú, mi ángel de la guarda”.

‘La majadería’, chalá

Y la última aceituna del plato se la come ‘La majadería’. “No te lo pienses, dale a tu mente alegría”, Ma-ca-re-ne, aaaaii. Invitando a entrar en este paraíso de corgaos, la comparsa-aguda de científicas chalás y sus pócimas de los hermanos Santander, Palmira y Manolín, con el refuerzo en la letra de Manolo Cornejo. Los ojos saltimbanquis, Juan, no me dejan oír el bosque. O es que soy el único sordo en el teatro. Lanzando el primer pasodoble de medida para reivindicarse como carnavaleras, que han mamao esto pese al machismo imperante, y aquí te traen su comparsa “a que se cuele en tu alma, pa los restos de los días, y así vuelva tu cabeza, loca perdía loca perdía”. Y con sus voces dan voz a quien está silenciado, llegando a la orilla de las “mujeres afganas”, ya que “no tienen cojones de matarme”. Echando cohone. Breves esos cuplés, para pasar antes el trámite, reincidiendo en la web de Bacantix. F5 F5 F5. “Y me está dejando el coco, loco loquito loco”. El tono alborozado se mantiene en un popu de conjuros y magia negra, y rebuscada majadería: “por Cádiz, loca”. Hay club de fans ahí, qué levantera…

Las 23.36 horas. Baja el telón. Otra función que se escurre casi en horario infantil. Juan, no te duermas, que con los 9 grados que hace ahí fuera está la noche para salir a curiosear el montaje del alumbrado extraordinario carnavalero, con tecnología Ecogreenlux. Pero antes, ración de frase célebre, que estos señores querrán cambiar de canal para ver la segunda semi del Benidorm Fest ese, a ver si canta Karina: “Ser payaso es asumir el absurdo de la existencia y aún así seguir bailando”, dicen que dijo el dramaturgo italiano Dario Fo. Bailar pegados es bailar… DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway

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