DÍA 31 (2ª SEMIFINAL)
Diez millones de alemanes votando a nazis. Todo bien, eh. Pero nosotros a lo nuestro, a lo importante, que ya rugen los timbrazos en el Gran Teatro Falla que anuncian la segunda semifinal del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (el COAC 2025). Pero todo bien, eh…
Una sesión de lunes intensa, con ‘Los calaíta’, ‘Las ratas’, ‘Los hermanos del buen fin’ y ‘La valla’, pero también el coro de los niños y el de Luis Rivero, y hasta superándose el cuarteto de la cantera. No te podrás quejar de lunes.
Juan, si hoy no te has enterado de que han empezado a vallar la escalinata de la Catedral para que no se acomode allí el macrobotellón de cada sábado de carnavá, es que tú no eres de Cádi. Eso sí que es periodismo de investigación, y lo demás, yoquejé. Maripili, apostátame, y tira de la palanca, que deslice por el tobogán de febrero este cronicón en diferido, sazonado con Avecrem, de pollo. ¡Oye!, pero que el Bruno ha amenazado al mundo mundial remarcando que “si es para el botellón, mejor que no vengan”. Aunque si te atreves a venir, te habilitamos un botellódromo al laíto de la carpa…
“que nadie venga ahora a cachondearse con luces, fenicios y engaños”
Las 20.03 horas. Arriba telón. Arriba esas caritas. Tin tin tin tin tin… “Y es que Cádiz es como una guitarra que la artesanía colmó de belleza, a Cádiz no se le canta, a Cádiz se le reza… cuidaremos no verte desafinada… por encima de mí, tendrá que pasar quien quiera callarte…”. Ya suena, con ímpetu, ‘La desafinada’, el coro de los niños. Niños, aro aro. Luthieres, ¡¡a jugar!! con las cuerdas, vocales. “Cádiz ya tiene los tres mil años, para que nadie venga ahora a cachondearse con luces, fenicios y engaños”, le espeta el primer tango al Bruno “buena gente que yo lo sé”, con un repasito a sus primeros años en la Alcaldía de promesas incumplidas, calles igual de sucias, vivienda escasa y de lujo, mucho pan y circo y autopromoción. Y segunda letrilla para encontrar diferencias entre el carnaval antiguo y el moderno…, y elegir sin nostalgias el de ayer, que “el de ahora, va todo con prisas, como nuestra vida… prefiero a los canallas de hace años que a los correctos que escriben muy bien pero jamás se mojaron…”, apostando por decir cosillas y la sencillez “para que el carnaval de Cádiz siga por siempre, distinto al del resto del mundo”, frente a los grupos siderales que parecen buscar sólo alcanzar contratos en los grandes festivales. Lo dicen ellos, ehh. Un pertiguero en las últimas Olimpiadas abusando de pértiga colgante, caso verídico en uno de los cupletillos; y otro, más o menos efectista, combinando detalles de coros top del presente concurso, hasta toser las plumas del ¡¡gallineroooooo!! Bueeeno. Efusivo se desarrolla ese popurrí guitarrero…, “ay gaditano, tú no me llores, buscaremos mil soluciones, los que quedamos seguiremos luchando, y que la gente de Cádiz regrese a su tierra, y que comience la guerra… con el diapasón de mi corazón, hoy te canto, sigue luchando, sigue afinando… nunca dejaré de apretar el clavijero, Cádiz por siempre sonando a valiente, sin ti se acaba este sueño”. Juan quiere aprender a tocar la bandurria. No te digo ná, y te lo digo tó.
“a ver si viene pronto una ola”
Con overbooking en todos los recovecos del teatro y la afición pitosa, Eugenio se estrena en semifinales… con el hijo del mítico humorista catalán, el de verdad, dando la cara, y la entradilla, sobre las tablas. Saben aquel que diu… y aquí está el tíu… con guasa contenida, y el Falla revoleado a sus pies. Ya se fuma su cigarrito ‘Comparsa: Los calaíta (fuimos a por tabaco), una chirigota de toda la vida’, la sensación de la temporada, ganada a pulso, de Alejandro Pérez, ‘el Peluca’. Alargados esos pasodobles, rarunos y sarcásticos, que te obligan a estar enganchado hasta el remate. Partiendo de la lisonja para cuestionar tanto piropo manido y apenas letras comprometidas…, “si Cádiz fuera comida, sería unas papas aliñá… no entiendo que se le cante al gobierno, teniendo aquí la Caleta, que cantarle a otra cosa es perder el tiempo… y aunque no te haya dicho ná, es lo que escucho aquí repetío, un mensaje que está tan vacío, como tan lleno de verdad”. Y con fe irónica en Jesuscristo y su iglesia, el siguiente…, “pero no creeré jamás en vuestra palabra… ni existiría religión que dejara matar a otro hombre, aprovechándose en su nombre, por el invento de tu dios”. Las caladas, de dos en dos, en los cupleses, y vuelve a recurrirse a los siameses y al chiquillo de Wisconsi, que acaba haciéndose carne en un palco para apuntar al jurado, jeje, y es que “qué le gusta un tiroteo”. Entre medias, una mosca porculera dentro del coche, que termina con el conductor visco, cojo y manco, jejeje, y un viaje astral. “¿Presión? ¿Soy yo una olla?”. “Sólo queda combatir nuestras tragedias con la palabra y el humor… vive, tú que aún estás vivo, aprovecha cada segundo, recuerda que el color se lleva en el interior…”, remacha un consistente popurrí metido en el tipo que se eleva por el viento a favor. Con gritos generosos de ¡Eugenio, Eugenio, Eugenio! despide el respetable-forofo a estos Eugenios, que empiezan a creerse la que están liando este año, y casi desde el anonimato. Juan vuelve a tragarse sus palabras de preliminares, glup.
“no tenemos calidad, nosotros tenemos carnaval”
¡Mazón, caaaabrón! Saluda en el proscenio con el telón echado el cuarteto de la cantera con la autoría de Manuel Peinado e Iván Romero, ‘Un clásico nunca falla’, con el mosqueón, el güenagente, el triste y el jartible, en el menú. Una parodia para demostrar que en Cádi to el año es carnaval, y para soltar, principalmente, pullitas intracarnavaleras con menos y más maldad, y se cuelan en el museo…, “está vacío, entonces correcto, estamos en el museo del carnaval”. Y en semana santa, ¡carmaval!, que el mismo que te canta un pasodoble contra las cofradías, te sale en catorce procesiones. Y en verano, ¡carnaval! En navidad, ¡carnaval’. Y en carnaval, “un dj”. El “eutanasia, por favó” y el “mama COAC” no faltan como coletillas recurrentes tampoco en este pase. “Nosotros no tenemos calidad, nosotros tenemos carnaval”, sentencia uno de los chavale. El que lo coja, pa él. Tanda de cuplés respetable: un trío con dos gemelas, a lo 11 de septiembre, jajaja. Y “va a ganar en el Falla antes un catalán que un sevillano”, jejeje. Pero tengo el cayetano que me llega hasta el tobillo, blam blam. Sí, Juan, vuelven a repetir el popu de clasificatorias y de cuartos, confesando el porqué se hicieron cuarteteros, tras rajar de coros, comparsas y chirigotas, “haciendo amigos”. Hasta llegar a la modalidad de los dos palos e invitar a las tablas a cuarteteros de la cantera. Con arte y frescura, y sin necesidad de estridencias efectistas, se ganan al patiobutaca. Hasta Juan está deseoso de hacer la iguana…
“así tengo que pedir el perejil dentro de mi bloque”
Ya se menea el coro de Luis Rivero, y todavía están Los calaítas tratando de alejarse del teatro, acosados por los y las mojabragas y mojacalzoncillos. Son buenos, ehh. Tres mil años con la risa y haciendo malabares, como forma de vida, de ser. Da comienzo ‘Cádiz, el show’. Sonando de categoría. Tango en to la cara de fachas racistas y xenófobos ignorantes…, “buscan un nuevo cielo, la tierra prometida… pero hay quién prefiere pensar, que todos nos roban el pan, que tienen que irse… tú respondes, mételos en tu casa, ojalá no llegue el día que te hagan falta… y si pensabas que te robaban puede que llegue el día cuando esto sea un país de viejos, de comerte tus argumentos, cuando a ti te saquen tu pensión… y esta nación la salvemos gracias al esfuerzo del inmigrante”. Y justo al cumplirse un año de su fallecimiento, un homenaje a Adela del Moral y a todas las intrépidas que salieron en carnaval cuando todavía era, más, un coto reservado a los hombres…, “seamos valientes, como ellas fueron, y un antifaz por derecho, brille cada año en el pecho, de las mujeres”. ¡Qué coro más bonito!, grita una anónima fan. Cupletillo internacional, en alemán, japonés, italiano, polaco, francés e inglés…, “y es porque el turismo aquí se ha vuelto un disloque, y así tengo que pedir el perejil dentro de mi bloque”, jeje. Tiri-titrán. Y otro efectista, y es que Miriam, una de las componentes, canta también en un ratillo en la comparsa de Bienvenido, y en un anuncio de nosequé Crespillo de su padre el Love, “¡la que estáis formando, chiquillo!”. Qué cosas, Juan. El bailoteo te puede gustar más o menos en un coro-coro, pero este pupurrí, formalmente, es un delirio para los sentidos…, “Cádiz es el show, de renacer, donde la luz vuelve a encender, al sur del sur, para entender, nuestra forma de ser… lucha y no te rindas, cree en ti, cree en ti, el show de la vida, vive en ti, Cádiz no te rindas, cree en ti…”. Juan, te veo haciendo equilibrios para reconocer que quizá hasta te regusta que te lancen cuchillos.
“obrero de la salud, David de la sanidad”
Expectación jaleosa y un Falla con pide quedarse inconsciente. Sí, llegó la plaga de Bienvenido: “aquí no mando yo, en mi barrio ya no mando yo, aquí manda cualquiera… somos los que sobran, dentro de esta ganga, los que están fuera de esta ley de la oferta y la demanda… los que vivíamos en las casas que ahora tú tienes vacías, los que alquilamos tus migajas, pero a precio de oro… has comprado un atrezzo de torres miradores, una ventana frente al mar, pero sin alma, porque el alma te aseguro que soy, y a mí no me compra nadie… donde te sobran la rata tata, tata, tatatá, somos la ratatatatá, ratatatá, ratatatatá, somos las ratas de esta ciudad…”. Cuidao con ‘Las ratas’, Juan, que muerden en lo más jondo. La sanidad pública acribillada para empezar…, “un estado terrorista es aquel que causa terror y pánico entre su gente… el terror de que en la sanidad se recorten sin piedad los derechos que nos quedan, del tanto tienes tanto vales…”, para acabar ensalzando a sus profesionales que la defienden y la mantienen con vida, “obrero de la salud, David de la sanidad… luchando contra este estado terrorista… benditas sean vuestras manos, vuestros huesos sobrehumanos, que nos libran del terror, bendita marea blanca”. En el otro pasodoble, se insiste en profundizar en la decadencia de esta ciudad-maternal…, “parió de gaditanas maneras, a un gaditano cualquiera… y lo dotó de un acento, hecho de espuma de mar, y un saber natural, de reír para aguantar el sufrimiento… lo educó para nunca callar, no ser un cobarde… y marchó con la esperanza del regreso…”, y cuando vuelve…, “le duele verla tan sola y tan hundida, rodeada de gente extraña, su madre querida… la sombra de lo que fue, una madre muerta en vida”. Indiresta al Mazón y a su famosa comida en aquel restaurante “que no te enteras de ná, ni aunque te venga una Dana”; y nosequé nosecuántos para rematar que “al de AndyLucas también, le ha levantao un tabique”, su cuñao. Cuplés ¿bienvenidos? Y cómo me duele tanto ver que no sales a flote, si te pierdo, yo me tiro, que me tiro por los bloques. No te tires, Juan, todavía no que entra el popu frente a la especulación inmobiliaria y la invasión del turismo caníbal…, “se vende, mi Cádiz se vende, quién se lo quiere comprar, más que vender se regala, me lo han quitao de las manos… lo que para ti es un trozo de ciudad cualquiera, un capricho caro, un antojo, para mi es mi barrio… yo no sé de temporadas altas, solo sé que existe la marea, sé de un mar que a veces se subleva… volverá, volveré a vivir en tu gloria otra vez, y cuando volvamos, volverá a mi barrio el carnaval, y la primavera”. Toneladas de aplausos que le caen a los roedores. Y de esos pitos con la bandera palestina, ¿qué me dices, prima? En global, una obra de arte carnavalesca que se disfruta al tiempo que te empapas del grito de socorro por una situación que se va tornando en invivible. ¿Eso lo he escrito yo? Somos la ratatatatá, ratatatá, ratatatatá…
“y sí, voy a morir”
“Sigo a mi líder, líder líder líder, sigo a mi líder… él va a guiarnos a un buen fin, nos va a ayudar a despertar, aunque tengamos que morir para descubrir la gran verdad… qué derroche de felicidad, ya no necesito nada, sólo que se acabe todo ya y un poco de pomada…”. Ya estamos chupando el sapito con la secta del Bizcocho, ‘Los hermanos del buen fin’. Apúntate, es gratis el primer mes. Siguiendo la misma estructura rígida de los pasodobles, recurriendo al humor y la ironía para soltar cositas. Al menos en el primero: “las religiones son mentira, son otra clase de frontera para la humanidad… jamás osaría ofender, la fe de la gente en mi vida, pero en nuestra fraternidad estamos en contra de todo lo que nos divida… cualquier religión me molesta, y luego me dicen a mí, eso sí que es una secta”. En el segundo hay cierta variación…, “el carnaval… es lo único que no es mentira… y sueño con ser su poeta aunque digan que me han captao, y me han lavao el coco con agüita de la Caleta… y que luego me digan de mí… eso sí que es, un peaso secta”. Arriesgando con un cuplé mascaíto, calentito todavía o ya fresquito, no se sabe…, “el Papa Francisco ya huele… a ruina, el jefe lo está llamando para su oficina…”, jeje. Una nota desvelando chat subidos de tono con furbolistas, da para el otro cuplé, o argo. Ni idea de esta tal Claudia. Corgaera de popurrí al tipo extasiado de cuartetas breves y músicas reconocibles…, “ya tengo mi verdad bien aprendida, todo es mentira y el futuro ya está escrito… que la vida es como un cuento, y al final todo se acaba… será un buen fin si lo hacemos con el corazón, si acabamos cantando coplillas de los carnavales… y sí, voy a morir”. Tú también, Juan… y te reunirás con Manué. ¡No te vayas todavía!
“pero más gordo tengo el mollete”
Y en el ocaso de la función, la comparsa migrante de Marta Ortiz, malviviendo a uno y otro lado de la frontera, de esa “valla que es mi anhelo y mi desesperación… valla que es Europa, fascista y criminal”. Pisa las tablas ‘La valla’, drama-comparsa-realista. A partir de la historia de sus dos abuelas, Juana y Laura, ponen en valor a “ese motor siempre invisible” que no cotiza de esta sociedad, con su casa, sus hijos y luego sus nietos. Y política local en el otro pasodoble un poco rebujina, recordando el pufo que dejó la Teo en el Ayuntamiento, que logró sanear er Kichi, pero volvieron las gaviotas y con el Bruno…, “la deuda vuelve a brillar con las luces de navidad… qué podría esperarse de un señor alcalde que aumenta su sueldo… mientras, un Cádiz malvendido y arrasado, aprovechen y disfruten lo votado”. El espíritu más canalla y vacilón reluce en los cuplés, haciendo amigos entre los rocieros…, “el salto de la valla no depende de la fuerza, depende del número de rayas”, jeje. Y ante los que se meten con el físico, “mi cuerpo es gordo, pero más gordo tengo el mollete”, pumba. El relato casi documental del trasiego desesperado de África hasta Europa, te rellena un popurrí desgarrador, áspero, angustioso…, “y al final de este viaje, la vida quedará”. Es bueno, ehh. Tan bueno como demoledor.
Las 00.49 horas. Baja el telón. Y si bajan las audiencias, nada de hacer mejor periodismo, la solución es grabar un vídeo chungo intrascendente de 20 segundos con el móvil que “eso puede dar visitas”. ¡¡Qué venga ya el tsunami, Juan!! Así que aligera, saca el libro de las frases célebres y lee, que estos señores tendrán que irse a perder 20 segundos de sus vidas pinchando en ese video chungo intrascendente: “El humor es simplemente una forma divertida de ser serios”, dicen que dijo Peter Ustinov, británico de origen ruso con talento multifacético. Como la Minipimer. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway
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