DÍA 25 (3ª CUARTOS DE FINAL)
Sueño. Pereza. Domingo. Y mañana lunes… Pero ahí se mantiene imperturbable arrastrando los pies el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (el COAC 2025), encendiendo ya la hoguera de la tercera función de los cuartos de final. Sopla, sopla, a ver si se aviva el fuego después de casi un mes de coplas sin pausa…
Sesión fatigosa, a paso de tortuga, reanimada por momentos por ‘La tribu’ y ‘Los Pimpinela de la plaza Fragela’, cada uno a su manera y con sus armas; y por los dos coros: ‘Cádiz, el show’ de Luis Rivero y ‘¡Qué barbaridad!’, pero barbaridad gorda, del Chapa.
Amigo, si un seudoperiódico ultrafacha de más allá de Despeñaperros le da bola a tu pasodoble populista acordándote de to las castas del Pedro Sánchez que refuerza su relato de mentiras, inquina y odio, háztelo ver, aunque te desvincules de esa pocilga. Una cosa es cuestionar el poder y otra hacerlo en base a lo que te dicta y machaca a cada rato la Ana Rosa, la Susana Grisso, el Vicente Vallés y el Pablo Motos. Pon orden, Juan, que el Falla subversivo y revolucionario se nos va por el sumidero… Maripili, reacciona, y tira de la palanca, que se movilice este cronicón en diferido atrincherado forever en el bando de los ¿buenos? Pero pa bueno bueno, el Yuntamiento de Cádi, que bebe Casera. Y si no hay Casera, nos vamos…
‘Cádiz, el show’, es nuestra forma de ser
Las 20.06 hora. Va telón. Se viene meneo espectacular…, “tres mil años de puro show, siglos jugando a hacer malabares, y haciendo acrobacias sobre los mares… bienvenidos a otra función, tres mil años para renacer con cada nuevo amanecer…”. ‘Cádiz, el show’ ya consume calorías sobre el escenario, el coro de Luis Rivero y Moreno Gandul. El posición coro-coro, y a los tangos. El Congreso de los Diputados, ¿cómo un circo más?, parecería que sí, pero va a ser que no…, “no te equivoques, no es como un circo donde el oficio se hace con honores… lo del congreso es un timo, de los mediocres”. Y como segunda letrilla, un palo gordo a esos jueces rancios juzgando casos de violencia y abuso contra las mujeres…, “con tu poca vergüenza, con tu discurso odioso, tan autoritario cuando dictas sentencia, no tienes conciencia del daño que estás causando… has conseguido con tu machismo que las que no se atreven a denunciar no vayan a atreverse nunca… el miedo crece y se normaliza, y matarán más mujeres, y ahí seguirán los jueces que nos humillan”. Salud Responde, “pero poquito”; y dale la pantallita al niño y que deje de darpoculo con el bombo. Por ahí involucionan esos cuplés de andar por casa. La magia de tu hechizo no hay show que lo iguale, si vive en el tanguillo de un estribillo por carnavales. La cotidianidad de este rincón hecho show con voces de categoría para redondear ese pupurrí para los oídos y la vista: “qué pasa pisha, bienvenidos a Cadi… puñales que vuelan por esta ciudad, mientras que pasan los años y sigues igual… Cádiz danza sobre el mar, desafiando la gravedad, y hace de sobrevivir su forma de vivir… que Cádiz no da tregua, y de forma infinita entierra sus tragedias, con palas de sonrisas… para que tu ciudad pueda fabricar su porvenir, lucha y no te rindas, cree en ti, siente que eres capaz de hacer que show final no tenga fin, lucha y no te rindas, cree en ti, cree en tiiii…”. Juan, cree en mí, cucha: let it be, let it be, let it be, let it be, there will be an answer, let it be…
‘Los Pimpinela de la plaza Fragela’, y que las guerras sólo sean de papelillos
“De una murga me copié… ¿se habrá despegao ya los huevos del culo?”. Ahí queda eso introduciendo la batalla de coplas entre comparsa y chirigota, salpicada de topicazos a pelú, del tándem Molina-Melli, ‘Los Pimpinela de la plaza Fragela’. Pum pum. ¿Todas las abuelas hacen pucherito de forma incansable? “Y aunque sé que en mi memoria sigue viva… en esa casa ya no huele a puchero”, remacha el primer tragi-pasodoble, echando de menos a la abuela. Y al puchero. Sigue la cosa familiar, ahora un niño de conversación existencial con su padre: “ay, papaíto, otra vez me han dicho tonto… eres especial porque tienes algo que ellos no tienen, alégrate de ser lo que seas que eres… y entrégales tu corazón, que cada uno da lo que más tiene”. Un cuplé comparsil falto de un agüita ahí abajo y como el menudo, más bueno de un día pa otro; y unas cupletinas chirigoteras con to la boca llena de arena. Para paladares exquisitos, va a ser que no. Quillo, que te va a partí el frenillo… quillo, po yo me parto el frenillo. “¡Eso es un peo!… no vea la picha que tenía el abuelo, por cuatro deos no le llegaba al suelo…”: poesía fina y segura en un pupurrí que mantiene el diálogo enfrentado e impostadamente callejero y ordinario entre comparsistas endiosados y chirigoteros mamarrachos, hasta el chimpón: “que nos peguemos pero un abrazo, y que la vida siga siendo un carnaval… que las batallas sean batallas de coplas, y que las guerras sólo sean de papelillos”. Juan, en estas circunstancias, ¡qué te gusta un coro!
‘Las perras’, tú eres mi deseo
La fuente ya está su sitio. Podéis lanzar moneditas y pedir deseos. Pisa las tablas la comparsa ‘Las perras’, … “somos limosna, somos chatarra… ven conmigo y lánzate, que tu suerte está en tus manos”. Narran, para empezar, un hecho localista, ocurrido en la provincia vecina, unas desafortunadas declaraciones del delegado territorial de Educación de la Junta en Sevilla minusvalorando la educación especial, y al que terminan llamando “maleducado”. Qué oportuno, aunque más pertinente soltarlo en el concurso de Alcalá de Guadaira. El otro pasodoble mosca parece un ajuste de cuentas por algún veto que la mitad del Falla desconocemos, pero en esencia remarca la hipocresía de los grupos con pasodobles feministas que al tiempo recurren a chistes casposos “que ya no tienen ninguna gracia”. Un paquete chino de Shein se entrega en un cuplé, en una tanda barata barata. Es mi cruz y mi castigo que me lances a la fuente… y me brilla la carita sólo con verte, sólo con verte. En el pupurrí un camarero se inrrita si haces ruidito con la moneda para llamarlo. Eso ha quedado clarinete. El resto es relleno divagante que suena bien…, “porque tú eres mi deseo”. Quieto ahí, Juan.
‘¡Qué barbaridad!’, la la la la la la, Cádiz necesita juventud
Dos milenios después, entra el Chapa en modo bárbaro, y con unas luces y unos humos ideales para hacerles una foto decente (modo ironía, nótese, porfavó)…, “hay una ciudad que se queda sin aliento, que vivió mejores tiempos, con pasado y sin presente, que se apaga lentamente, con un porvenir cada año más oscuro, quién te ha visto y quién te ve… yo quiero soñar que pa darte nueva vida, tus hijos como bárbaros traerán, un gran huracán de salvaje rebeldía… Cádiz agonizando, con el censo bajando, Cádiz necesita juventud”. El coro ‘¡Qué barbaridad!’ saluda salvajemente. La siniestralidad laboral, a primera plana en un tango: “cada vez que se mata un obrero subido a un andamio buscándose el pan, qué invisible este genocidio… y por lo visto toda esa sangre ni al empresario ni a los inspectores va a salpicar… de esa sangría nadie quiere hoy hablar… asco y vergüenza, que si en el tajo muere un obrero, la muerte suya vale por dos”. La segunda letra viene con aviso, que “algún tonto dirá que soy facha”, dándole caña al autodenominado gobierno más progresista del mundo mundial, de “falsa izquierda” e “izquierdita de dulcinea”, con ciertos argumentos: ·presidente de palo y cartón, yo te acuso por alta traición a los saharauis, que ante Bruselas y ante la OTAN, vas arrastrando tu condición, caudillo de la mentira que a tus propias bases has traicionado… la posmoderna sonrisa, la mariposa con el veneno del escorpión, liberal reprimido, quién maneja tus hilos… tú no eres ni has sido nunca la izquierda mía, mi izquierda grita revolución, y tú sólo eres un mentiroso, un miserable y un impostor”. Me parece que va por Pedro, Juan. Pepe y Pablo enfoscan los cupleses, el segundo con bastinaso rebuscado al tercer intento. Qué barbaridad, qué barbaridad, esto no es normal… el precio de la hora extra que cobra un guardia municipá… si no te gustan los toros, pa qué caraho te mete en ná. Mejor que pase ese popurrinaso energético de denuncia y compromiso que te deja al borde de la conmoción, soñando con un Cádiz de tanatorio que renace…, “Cádiz hundiéndose, hace lo mínimo, ya no es metrópolis, ni en lo económico, ni en lo urbanístico… Cádiz geriátrico, Cádiz raquítico, decrepito, jurásico, diabético, protático, afónico, escuálido, y es tan estrambótico, es tan dramático, como no pongamos pronto pie en pared, pobre Cádiz la vejez que va a tener… si hay una esperanza, esa es tu generación, porque sólo está en tus manos el futuro de esta tierra, mi tierra, mi tierra… que vuelva el Cádiz salvaje, echando coraje, sin miedo y heridas, que la juventud nos devuelva la vida… únete a este grito libertario, por la gente, por mi tierra, que las calles hoy son nuestras, son nuestras”. ¡Que este mundo es de la gente! Juan, qué barbaridad.
‘Los cenadores rumanos’, cobre cobre, caballito
¡Jefe, qué alegría, jefe! Turno de esta incomprensible orquesta rumana entre terrazas, o argo. Glup glup glup. ‘Los cenadores rumanos’ te saludan, AVE, la chirigota de Diego Letrán. El Carnaval de Cádiz es de interés turístico internacional…, “carnavales son seguro, de interés para todo el mundo, para todos menos para el gaditano”, opina el primer pasodoble entre botellones foráneos. A capela parte de la otra letrilla, criticando a los que critican las cabalgatas y festejos varios con tramos/horas sin sonido, “por los niños y las niñas con autismo”. Con tanto aplauso me despertáis a Juan, verá tú. Cantidad versus calidad, el eterno debate: cupletinas, de tres en tres. “Que yo sepa las estrellas se mueren todas de sobredosis”, deja caer uno de ellas. Yo me cago en los muertos del que ha inventado el PVC. Con acento de Georgia o cerca, ¿por qué? “Cobre cobre, caaaballito”. Hit de ese popurrí desenchuao de la realidad…, “pero que sepas Tacita, yo estaré siempre a tu vera”. ¿Han dicho Vera?
‘La tribu’, si tú no luchas, quién coño lo hará
Nos vamos a la isla de Bohórquez y compañía. “Llegó del cielo un barquito, más típico no lo hay, más colgao ni más bonito, y que se llamaba Cadi, y para siempre, la vida de este salvaje, cambió… y fue el regalo más grande que nos hicieron los dioses, porque dentro de ese barco encontramos un tesoro, letras, músicas y coplas, de una cultura remota de la que aprendimos todo… ya no hay timbales en la selva, están sonando están guitarras en la niebla… Cádiz, tribu caliente, dile a la gente cómo curar sus heridas… tribu de la libertad”. Con garra, más de la acostumbrada, saluda ‘La tribu’, la comparsa post-colgaera del Chapa y Raúl Cabrera. Jueces que hacen sentir a mujeres inocentes que son culpables. Por ahí se desarrolla ese pasodoble primero…, “temblando en el juzgado número siete, enfrente de un gorila que lleva toga, Támara ya no sabe qué es lo que siente, respondiendo preguntas que son nudos que le ahogan… y cuántas veces dijo no, y si lo dijo fuerte y bien claro… por miedo a este sistema patriarcal y reaccionario, cómo no va a haber mujeres que se callan y prefieren no pasar ese calvario”. Coincidiendo con el tango de Luis Rivero de hace unas horas. Y con dribling el complementario, de lo potito y sentimental al tracatrá borbónico: “mi padre siempre ha sido un hombre honesto, y aunque no ha sido nunca un hombre perfecto, nunca desertó de la trinchera de ser padre… pero tú cómo perdonas a un canalla con corona, como ha sido el padre tuyo, di Felipe, tú que sientes, por un viejo despreciable… como tu padre”. Bellaco, putero y corrupto, ladrón, bribón y embustero, entre la retahíla de adjetivos que se insertan en el puuumba. La Audiencia Nacional ya condenó a Barroso, entonces alcalde de Puerto Real, a pagar 6.000 leuros por decir lo mismo, Juan. Han pasado más de quince años. Google fotos recordando imágenes pasadas; y Pepe, “un secreta pero más bien un secreto a voces”, en esa tandita de cuplés-excusa para soltar el estribillón: tres flechitas te doy con los colores más bonitos, la primera flechita el compás, la segunda la guasa y la sal, la tercera un disfraz, pim pum pam, te soplo y te lanzo tres flechas, y ya tienes dentro, chiquilla, el veneno del carnaval. Estos indígenas gaditanizados a base de coplas, ya saben distinguir poniente y levante…, “pero vemos que los gaditanos se dan golpes de pecho cantando, y aunque dicen que aman su tribu, luego pasan sus vidas tragando, tragando, qué penita es tener una tierra que merezca tu lucha y tu sangre, pero si tienes que defenderla, tus entrañas no te arden, qué penita ser ante tu gente un cobarde… mira mis brazos, mira mis palmas, hoy quieren ser tu conciencia, tribu que canta, despierta y levanta, si tú no luchas, quién coño lo hará…”. Casi se salen del escenario en el remate, acercándose peligrosamente la borde del precipicio. ¿Más pasión, más puntos, Juan?
‘5 minutitos más’, me cago en tus vivos
Con el alma demacrada y el Falla de recogida se despide la ya madrugada en la morgue de ‘5 minutitos más’, chirigota con formol carnavalero, y la autopsia hecha. Son tantas cosas por las que merece estar vivos que pa qué morirse, Juan: te lo cuenta el primer pasodoble, que acaba “dejándose los hue-vos” por el amor libre sin prejuicios ni palizas. O va por ahí, o me lo he inventado. “Por lo visto ahora todo el mundo entiende de carnaval… cuánta gente criticando, esa mancha de cabrones el carnaval de Cádiz se lo están cargando”, advierte a navegantes un tanto ajin la segunda letra reglamentaria. ¡Po aquí tiene fiambre! De dos en dos los cuplés, con hueco para foto-nepe y autopenetración anal. Eso sí que me ha dejao muerto. El absurdo se hace pupurrí de neverita, pero “tengo un tanatopractor amarillo”. La cuarteta a cerebro descubierto es un uno, eso no lo discutas, Juan. “Esto es sólo un aviso para decirte que Cádiz, que Cádiz es el paraíso”. ¿Ha visto? Al final esto tenía sentido.
Las 00.56 horas. Baja el telón. Arremángate, Juan, que Macron ha convocado para el lunes una cita urgente entre líderes de la UE para diseñar la estrategia europea en Ucrania, frente al compadreo de Trump y Putin. La gente no respeta ni que estamos en carnaval, blam blam. Abre el libro de las frases célebres y dispara, que estos señores tendrán que buscar refugio: “La revolución es algo que se lleva en el alma, no en la boca para vivir de ella”, dicen que dijo el médico y guerrillero argentino Ernesto ‘Che’ Guevara. Sí, sí, el de las Brigadas Amarillas. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway
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