DÍA 2 (2ª CLASIFICATORIA)
Segundo round de treinta y cuatro, casi ná. Y ya está Juan cerca del KO. El Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz (el COAC 2025) saluda al fin de semana con la segunda noche de preliminares, un viernes de Cádi Cádi, con seis agrupaciones gaditanas en el potaje.
Una función de clasificatorias con nivel y casi todos sus avíos que dejó al Falla con cara de ¿ya?, ¿esto es todo, amigos?, cuando antes de la medianoche empezaba a desalojarse el teatro. El ‘Ku Klux Klan Klan’ del Gago, ‘Los inhumanos’ de los bipolares, ‘Cuando tú vas yo vengo’ de Carlitos Pérez o ‘Los wonderful’ de Fran Quintana; cada uno a su manera y diciendo cositas, dejaron satisfechos al aficionado.
Po se va a quedar el Kouamé sin salir este año en el coro de Longobardo, ya va el indómito de Mali volando a la liga estadounidense… un mediocampista que era pa ponerlo en un rinconcito cortando queso. Juan, saca unos picos, ye-ye, y avisa a Maripili, que no se coma todos los chicharrones y tire ya de la palanca que este cronicón sordo tiene ganas de hacer el pasacalles, ¡¡tipo tipo!! Pero no olvidarse: se busca mecenas para el bombo.
‘Cuando tú vas yo vengo’, el mañana con salitre
Las 20.03 horas. Arriba telón. Unos gachones del Cádi del futuro estrenan sesión, la chirigota de Carlitos Pérez con el plus de Iván Romero: ‘Cuando tú vas yo vengo’. Y lo de dar veinte vueltas pa aparcá, eso no cambia en el año 3000. Estilo y soniquete reconocible, pum pum. ¿Dicen que la chirigota se está muriendo?, se pregunta el primer pasodoble, con respuesta esperable, tras repasar nombres de quienes pisarán este febrero las tablas, que “la chirigota de Cádiz, está más viva que nunca”. Consejo desde el futuro, en la otra letra auto-ayuda: “el presente es un regalo, el futuro no existe, el pasado es un legado que no hay que olvidar… no esperes a los tanatorios, que yo he visto el futuro y esto dura muy poquito”. Como Juan en la cama. Tanda de cuplés con temas random para lanzar pildorasos a la Mirian omnipresente y a los dolores de cabeza del Martínez Ares, a guantás con el Waxi. “Que yo vengo del futuro, y tú allí sigues igual de gordito”. Eso va por ti también, Juan. En el próximo siglo, AndyLucas todavía no se han separtao. Lo apunta un popurrí potable a pelú comparativo y visionario, hasta que acaba la historia enfilando la Viña…, “cuando tú vas, yo vengo, cuando tú vas, yo vengo… vengo de los compases de aquellos tiempos, vengo del futuro por ti, pero si tú quieres me quedo”. No hay sorpresas, exprimiendo el limón de lo añejo, el buen rollo y el Ivanromerismo.
‘Los wonderful’, paseíto a la conciencia
Abre el paraguas, que se viene el chaparrón de Fran Quintana. Cádiz, la única maravilla del mundo, aro. Una vida en colores tan bonita como falsa. “A ver quién me puede decir, que no se puede ser feliz en este lugar”, sentencia con ironía el holaquéhay de una comparsa ‘Los wonderful’, forzadamente colorista-descoloría, que pone ante el espejo al “gaditano cerrado”. “Ser gaditano es una empresa muy difícil, es la ilusión y el desencanto, único en su especie para lo bueno y para lo malo”, subraya una primera letra paradójica, que sigue tratando de definir al humano que habita esta ciudad, para acabar con un repasito al carnaval irreverente, que “reírse de la vida es lo más sano”. Fran, illo, no me metas tanta letra en dos minutos que no vea pa seguirte, ni el Carl Lewis de Loreto. Juan está con la lengua fuera. De segundo, una crítica deslumbrante al alumbrado navideño desmesurado del Bruno: “te quiero Cádi… no te hace faltan los maquillajes, los excesos, a Cádiz hay que lucirla como es, que ya es bonita”. Un perro okupa y una novia de Tinder, también okupa, en esos cupleses ajín que tienen su aquel por el enchampelamiento. “No se te ocurra mirarme, que si se trata de amores, se vienen abajo mis penas y se me suben los colores”. El popu sigue indagando en ese concepto de gaditano que debe ser feliz por el hecho arbitrario de haber nacido donde ha nacido, pese al ruinaso que le rodea, con su oda al conformismo en esa cuarteta en el sofá. “La vida en positivo es una estafa de cohones, voy a sentir, voy a cantar, y lloraré, y reiré, y venga lo que venga, aceptaré que esto es la vida… gaditano, deja de ser esclavo de tu risa, y a luchar porque es tu vida”, remarca la moralina del remate de los tomates. Aliñaos.
‘Los inhumanos’, era el desfibrilador
Pocavergüen desde el primer chascarrillo. Entra la chirigota, la de los bipolares, a liarla como la lían los de más allá de la autopista que confunden el Carnaval de Cádiz con un macrobotellón con licencia para destrozar una ciudad trimilenaria a la que quieren tanto…, “vamos a mearnos en Cádi, que pa eso Cádi es vuestro… que somos todos andaluces, mu buenos hermanos, menos los putos gaditanos”. Presentación sin desperdicio la de ‘Los inhumanos’. En la autoría, Miguel Ángel Ríos y Víctor Jurado. Con wáter portátil a cuestas. Un pasodoble sentido de consumo interno, pero con guasa infinita, para acordarse de compañeros que ya no están, que la chirigota parece gafada. En Cádi ya no nacen niños, anota la otra letrilla hastiada de este sistema. Capitalista. Eso último lo añade Juan. No pillan lo de los géneros fluidos, la gente es que se complica demasiado para comerse aquello o lo otro, túyajabe; “y votemos a quien votemos, vamos a comernos un coño o una polla”, remata el otro cuplé, que acaba como el primero. “A ver si barremos pa fuera”. Retumba el Falla con los altavoces, niña. No falta el nota con el disfraz de vaca, no. La escenificación de la botellona en la plaza de la Catedral en sábado de carnavá llena el popu, con mucho cachondeo irónico, y hasta su “balada etílica… Qué a gusto me siento haciendo un botellón, en tus carnavaaaaales”. Pero no, “que el Carnaval de Cádiz, se vive de otra manera”, culmina potito potito el celebrado repertorio. Mamarracho grande, como debe ser, Juan.
‘Ku Klux Klan Klan’, una fran-quicia
Ojo, que entra el cuarteto del Gago (con letra de Miguel Ángel Moreno), no reírse. Y menos en el carnavá. ‘Ku Klux Klan Klan’, en esta ocasión quinteto, con el regreso al equipo titular de Emilio, que tras echarse unos cuplesitos en la calle al inicio de la parodia teñidos de humor negro, “y pase lo que pase yo no me voy a autocensurar”, recibe el reproche popular y la visita inquisitorial de esta secta de la (su) moral que impone el humor blanco “como las plantas de los pies de Iniesta”, ese que es como el pescaíto de hospital, que no daña a nadie y menos al poderoso, o a Joaquín, “con lo gracioso que es”. Esta “fran-quicia” patria del KKK estadounidense trata de castigar al hereje aunque al final lo capta para su causa tras “retractarse, aclarándose”. Para entrar en esta sociedad supremacista, eso sí, “hace falta el carné de manipulador”, jejeje. “En las redes somos miles los que decimos cómo tiene que ser el carnaval gaditano, aunque el noventa por ciento somos sevillanos”, deja dicha esta parodia rebosante de ingenio, ironía y maldades, y rima, por supuesto, a modo de puesta en situación: “se acabó el humor negro, sólo el blanco, porque el blanco es white”. Juan eso lo ha pillao. La nariz del “señor Potato” del Andy de AndyLucas y “nadie se cree que el año pasao fuéramos un segundo”, ejem, en los cupleses, adobados con un “se acabó ya el cachondeo, los desfases, el critiqueo y la burla del que canta, pa eso está la semana santa”. Este tratado sobre el humor domesticado avanza en el tema libre apopurrinado, sobresaliendo la cuarteta que repara que “el machismo gaditano se está perdiendo y es una pena”. El colofón lo dice todo: “que muera el humor, que dice, desdice, que piensa, que expresa, que alivia, que iguala, que cala, que ofende, trasgrede, subvierte, se ríe de mí, que nunca se calla, valiente y canalla… A menos, a meeeenos, el Carnaval de Cádiz ha ido a menos, con chistes sacados de internet, y borderíos en los cuplés, y los nuevos sin decir nada por miedo a ofender… Viva el humor, que siempre se dio, en este rincón”. El Falla está tan abducido por este ratazo que se queda con ganas de más Gago en vena. Blam Blam.
‘Comparsa: Los calaíta, fuimos a por tabaco, una chirigota de toda la vida’, de Wisconsin
Saben aquel que diu… Un puñaíto de Eugenios resucitaos, con su cigarro, su cubata y su taburete, dan vida a ‘Comparsa: Los calaíta, fuimos a por tabaco, una chirigota de toda la vida’, chirigota firmada por Alejandro Pérez. Con alegría contenida. “No estaba muerto, había ido a por tabaco… me modernizo y te traigo mi comparrrrrsa, chimpón”. Interpretando el repertorio metidos en la piel del peculiar humorista, o eso buscan. “Lo que no debéis tolerar es que en el Falla os gane un miarma, si eso algún año pasa, ahí os vendrán a conquistar”, sentencia el primer pasodoble en el que Cádi es mezcla de civilizaciones pero ya no quiere a naide de fuera. El absurdo explota, todavía más, en el siguiente, y “un pollaso en defensa propia” amarga al protagonista. Juan no sabe qué opinar, qué sentir, qué hacerse esta noche de cena, quizá unos alcauciles. Dudas existenciales en los cupleses, de dos en dos, con un ritmo y cadencia que no ayuda. “Cádiz, parece un chiste pero no”. El popurrí es un poco más de lo mismo, con el surrealismo y la esencia soterrada y pausada del personaje (que sonreía por dentro) tratando de imponerse. Se les agradece el intento de hacer algo distinto, pero hay algo que no, que es un sí pero no. Mas el “qué le gusta un tiroteo, a un chiquillo de Wisconsin”, triunfa. “No olvides que aquí, el color se lleva en el interior”. Apúntalo, Juan, los calzoncillos coloraos, por dentro. Pa la Rambla se van.
‘La mala’, malvada
Y cerrando el portón de la función, una comparsita con Roberto Fabio Gómez en la letra y la música de José Juan Pastrana. Adelante ‘La mala’. Mujeres “malas” por ser ellas mismas, “por decir a boca llena lo que todas se callaban pa seguir siendo la buena…, yo soy, fui, seré, la malaaaaa”. El primer pasodoble propone nombre para el puente Carranza, que ya toca que cumpla las leyes de memoria histórica, que hoy día “nos da la entrada un fascista… Sólo se puede llamar, para honrar a un pueblo entero, el puente de los obreros, el de los obreros”. Y pidiendo educación sexual en los colegios para prevenir al mundo de “tantos violadores”, que, consideran, crecen mal-aprendidos con tanto porno. Un reloj inteligente controlador en uno de los cupleses, ajín. “Y olvidaremos los males, si pasamos toda la noche haciendo maldades, haciendo maldades”. “Para muchos fuiste mala, para mi sólo mi madre, tan libre como el carnaval, mi madre, la mala”, remacha ese popu que navega brumoso sin muchos sobresaltos hacia ese homenaje materno. Juan se abstiene.
Las 23.46 horas. Baja telón. Sube la luz y el gas. Juan, ¿te apetece escuchar los últimos éxitos de Camela mientras echamos un parchís? Es lo que tiene salir prematuramente del submundo fallero. Pero antes, desenfunda ese libro de frases célebres, que estos amigos tendrán que irse a la cama: “La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano”, dicen que dijo Víctor Hugo, un francés romanticón. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway
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