JORNADA 37. Los gritos de “¡Vizcaíno, dimisión, vete pa Sevilla, no te queremos!” volvieron a escucharse en los bajos de tribuna, tras la pancarta “Nuestra pasión no es vuestro cortijo”, en los prolegómenos de otro partido en el Nuevo Mirandilla, como en el primer tramo de esta funesta campaña para un Cádiz recién descendido de Primera que a estas alturas sigue sin ni siquiera tener cerrada la permanencia.
Reflejo del desánimo y hastío de una afición que no entiende ni comparte qué está pasando dentro de un club que se va alejando de su masa social (y razón de ser), como en el reciente caso de la marcha de Salvador Chirino como delegado de campo.
Los amarillos, que incluso llegaron a soñar (ilusamente) con colarse en la lucha por el playoff de ascenso tras la llegada de Gaizka Garitano como revulsivo, han vuelto a caer en una racha gris ya demasiado larga (apenas 2 puntos de los últimos 15), de la que confiaban en salir en el duelo de este viernes ante otros histórico, el Sporting de Gijón. Y se consiguió.
“Anímicamente es cuando mejor tenemos que estar. Veo al equipo entrenando bien, fuerte y sabiendo lo que nos jugamos en esta recta final. Tenemos que estar lo más arriba que podamos de ánimo y de espíritu”, alentaba el técnico vasco en la previa de un choque en el que salía de inicio con: David Gil, en portería; Zaldua, Climent, Kovacevic y ¿Fali? (sí, Fali), en defensa; Alcaraz y Álex Fernández en el centro del campo (es curioso cómo ha desaparecido del titular Diakité, un fijo jornadas atrás…); Melendo y Ontiveros como habilidosos extremos; y arriba, Chris Ramos y Roger Martí.
Un cabezazo por encima del larguero de Chris y un disparo lejano de Ontiveros tras dejar sentado a un jugador asturiano, pasado ya el minuto 10, suponían las primeras acciones de cierto peligro de un Cádiz hasta entonces dueño de la pelota, no se sentía a disgusto con ella frente a un rival que se dejaba hacer.
Poco a poco se igualaba el dominio, y tras un sustito en el área gaditano, al otro lado a Chris Ramos le llegaba la inspiración, y con su dosis de insistencia y coraje, marcaba el 1-0, todo un golazo, cuando corría el 19 de juego. Y tras el alegrón de las 14.000 almas en las gradas, no faltaron, otra vez, los “¡Vizcaíno, dimisión!”. Por si acaso.
El partido se abría, la pelota iba de campo a campo, y en uno de los vaivenes de nuevo el delantero de Cádiz estaba cerca de marcar el segundo. Minutos después, en el 27, vaya mala suerte, se retiraba con molestias por un golpe y era sustituido por el comodín de Sobrino.
Los de Asier Garitano daban un pasito adelante buscando el empate en la recta final del primer tiempo, y los de Gaizka Garitano reculaban. Con todo, la mejor ocasión antes del ecuador de la partida la protagonizaban los de casa, un cabezazo de Rubén Sobrino a pase de Climent.

POCA SALSA TRAS EL DESCANSO
El coreado “vete pa Sevilla, no te queremos” resonando desde prácticamente todo el estadio se convertía en lo más reseñable de un inicio de segunda mitad competida (y sosa), sin acercamientos de peligro.
En el 66, por el bando cadista, entraban el inédito Carlos Fernández y De la Rosa por Roger y Ontiveros, bastante apagado una semana más; y ya en el último cuarto de hora se incorporaban Escalante y Diakité por Alcaraz y Melendo. Y seguía sin pasar nada del otro mundo: el Sporting trataba de penetrar entre los cadistas, sin demasiada fortuna; salvo en una acción de Gelabert repelida con paradón de Gil, aunque la jugada estaba invalidada.
Los amarillos iban poco a poco metiéndose más en su casa, y en el 82 David Gil debía estar de nuevo atento a otro disparo con intenciones, de Nacho Méndez. Cinco después, era Escalante el que apuntaba desviado a la portería de Yáñez.
Y con aficionados desfilando sin cumplirse los tres de un descuento con su dosis de agonía con los asturianos empujando, se terminaba certificando la victoria práctica y por la mínima, y el respiro de alivio entre el cadismo, que ahora sí puede olvidarse de estar pendientes de si el Eldense gana o no gana. Vaya tela…
“Hemos hecho el partido que teníamos que hacer”, terminaba celebrando Garitano. ¿Toca pensar ya en la temporada que viene, y no sólo en lo deportivo? DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway