JORNADA 13. Más de una semana después del alegrón que supuso para el cadismo la victoria ante todo un Barcelona, los de Álvaro Cervera visitaban en la noche del lunes Balaídos para cerrar la jornada liguera frente a un Celta de Vigo en su mejor momento después de un inicio malo y el relevo revulsivo de Coudet en el banquillo.
“Le hemos ganado al Barça, sí, pero que nadie piense que por eso somos un equipo consolidado de Primera y vamos a ir a los campos a hacer lo que queramos. Vamos a ver qué partido podemos hacer”, avisaba el entrenador amarillo en la previa de este choque, bajo la lluvia, en el que el Cádiz salía de inicio con Ledesma, bajo palos; Iza, Pacha Espino, Fali y Marcos Mauro, en defensa; Jonsson y Álex Fernández, en el centro del campo, con Iván Alejo y Alberto Perea en los costados; y arriba, los Álvaros, Negredo y Giménez.
No empezó bien el encuentro para los visitantes, a merced de unos gallegos enchufados y ágiles arriba, y en el minuto 5 se adelantaban en el marcador con gol de Nolito, asistido por Iago Aspas. Y en la siguiente casi tenía el segundo el sanluqueño.
Pese al tempranero 1-0, el Cádiz no se descompuso y daba un pasito adelante, generando varias ocasiones: un centro envenenado de Alejo que casi se cuela; un cabezado de Negredo al palo en un córner; un disparo demasiado acelerado del vallisoletano tras un despiste de la defensa… hasta que en el minuto 26, Ledesma abortaba una rápida contra, enmendando a un Fali algo perdido, cometiendo penalti sobre Santi Mina; tras un rato de suspense por aquello del VAR, Aspas no fallaba desde los once metros y hacía el segundo para los celestes.
El Celta seguía mandando en un partido demasiado alocado, y eso nunca es bueno para este Cádiz, que de tanto en tanto asustaba, como un remate con intenciones de Perea. Sin embargo, en los últimos suspiros de la primera mitad, la debacle fue manifiesta: golazo de Beltrán en el 43, desde fuera del área; y gol de cabeza de Brais Méndez en el 45 aprovechándose de una inexplicable salida de Conan.
Los de casa y su calidad ofensiva se iban al descanso con un 4-0 en cuatro disparos a portería: efectividad total frente a un Cádiz defensivamente irreconocible, mientras se mostraba arriba con cierta soltura.
Pombo entraba por Alejo y Jairo por Espino en el reinicio de la partida. Y el panorama oscuro casi negro para los intereses gaditanos se tornaba pronto en un suplicio, largo suplicio; un equipo amarillo incómodo atrás como casi nunca (vaya facilidades del rival para ganarle la espalda a la defensa) ante un Celta confiado, por el resultado y la dinámica de los últimos choques, que en cualquier momento podía seguir agrandando la goleada, y un Aspas temible para la zaga, con varios disparos, uno de ellos al palo, e incluso un tanto anulado.
Para los últimos veinte minutos (seguía sin pasar mucho más, salvo ver a los amarillos en muchos momentos correr sin sentido), Cervera introducía los cambios restantes, Garrido, Malbasic y Choco por Jonsson, Giménez y Negredo. Iza Carcelén tenía en el 80 el 4-1 en una buena falta botada desde la frontal, repelida por Rubén Blanco. En el 86, no subía el quinto al anularse el gol de Olaza (aunque medio gol era de Aspas). Ya en el descuento, Garrido cabeceaba una falta y se iba por poco fuera. Y todavía se le anulaba otro tanto a los de casa, el de Baeza en el 93.
Dura derrota que, como aquella ante el Atlético de Madrid, vuelve a recordarle a este Cádiz recién ascendido su objetivo primordial, la salvación, y que en la elite si eres modesto y no defiendes bien, es casi imposible.
“El partido que mejores números en ataque tenemos de la temporada, y cero goles; pero nos han marcado cuatro”: así de contundente se mostraba Cervera tras el partido, incidiendo en que “la primera parte ha sido todo lo contrario al Cádiz que debe mantenerse en Primera. La realidad es que nosotros no podemos jugar así a la mayoría de equipos, y si lo hacemos, perderemos”. DIARIO Bahía de Cádiz
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