Ni con lluvia ni sin lluvia, este Cádiz empieza a dar la sensación de que no le puede ganar a nadie; no pudo sumar este domingo en casa ante un rival de su ‘liga’, el UCAM, su ansiada tercera victoria, y eso que la tuvo muy cerca, hasta los desastrosos minutos finales. Pronto, tras un inicio de partido esperanzador, se ponía 2-0. Los murcianos apenas dieron sensación de peligro hasta entrada la segunda mitad, cuando se sucedieron los cambios amarillos y la expulsión de Calvo. Los de Cervera no supieron ni pudieron defender los tres puntos, y, se veía venir, acabaron cediendo el empate, 2-2, en el descuento. Chaparrón.
Dos equipos de la misma ‘liga’, viejos conocidos de Segunda B y recién ascendidos, UCAM Murcia y Cádiz, se enfrentaban este domingo otoñal en el Ramón de Carranza con el mismo objetivo en mente: sumar los tres puntos y alejarse de la zona baja de la tabla. Una necesidad todavía mayor en el caso de los amarillos, que llevan cuatro partidos sin saborear una victoria, que se atraganta.
Con la baja obligada de Ortuño, por la tarjeta roja que veía en Tenerife, Álvaro Cervera confió para la delantera inicial en Gorka Santamaría. Así, en el once: Cifuentes; Carpio, Brian Oliván, Aridane y Sankaré en defensa; Abdullah, José Mari y Rubén Cruz en el centro del campo; y Álvaro, Carlos Calvo (consolidándose en la titularidad) y el vasco, en la delantera. Pese a la lluvia, más de 10.000 personas no faltaron al coliseo gaditano; ni tampoco los cánticos desde Brigadas Amarillas, pese a que había anunciado una huelga de animación por los estrictos controles que sigue recibiendo el colectivo esta temporada.
No pudo empezar mejor el choque, con los de casa llevando la iniciativa y marcando pronto: en el minuto 8, Calvo sacaba un córner y Aridane, sin excesiva oposición acertaba a abrir el marcador. Y ni cinco minutos después subía el 2-0, obra de Gorka, tras una buena combinación en la que Rubén Cruz terminaba dejando la pelota al vasco, que probaba con éxito desde la frontal del área.
Con la tranquilidad que daba el resultado a favor, el Cádiz daba un innecesario paso atrás y se olvidaba del balón, y los murcianos, noqueados durante muchos minutos, hacían el amago de acercarse a Cifuentes; un adelantamiento de líneas por parte visitante que hacía a los de Cervera encomendarse a las contras. Hasta que el ‘naderío’ se impuso en el verde, donde lo más reseñable fue la lesión de Brian, sustituido por Servando. Los católicos apenas generaban verdadero peligro y el Cádiz no terminaba de sentenciar.
La segunda parte arrancaba con el mismo desarrollo, el UCAM tratando de meter miedo sin lograrlo y los amarillos a las expectativa, asustando en jugadas rápidas, como la ocasión que pudo suponer el 3-0 en el minuto 7, culminada por el delantero cedido por el Athletic. Poco después era el isleño Servando el que rozaba ese tercer gol tras un saque de esquina, de nuevo de Calvo, de lo mejor del partido hasta entonces (sobre todo a balón parado), junto al francés Abdullah y sus detalles de categoría, quien fue relevado por Abel. Y se acabó el Cádiz. Pero ante, Alvarito, en una jugada personal, no marcaba de milagro.
Los de José María Salmerón aprovecharon los momentos de atontamiento local, y primero avisaba con un cabezazo Juanma, en el minuto 30, que casi sin esperarlo se estrellaba en la madera. Cinco minutos después, Imaz sí lograba ese 2-1 desde dentro del área, para imprimirle tensión a la recta final del aguado partido, en la que además el Cádiz se quedaba con un hombre menos por expulsión de Carlos Calvo, a quien se le mostraba su segunda tarjeta amarilla.
Los de blanco ni lo dudaron, atosigaron hasta el pitido final, y los de casa se defendían como podían, intentando amarrar, con poca cabeza, esos tres puntos que se complicaron cuando todos en Carranza lo daban por conseguidos. Mas en esta Segunda división no puedes despistarte ni dormirte. Y, se veía venir, cumplido el descuento, en otro barullo dentro del área, el UCAM marcaba el empate, gol adjudicado a Juanma. De la alegría a la decepción en tortazo de realidad. Aplausos y pitos tímidos, e indiferencia indignada, para despedir al equipo, que la semana que viene viaja a Lugo.
“No nos engañemos, así este equipo no puede competir en Segunda. Te puedes meter atrás pero también puedes atacar. No hemos tenido ideas, hemos rifado la pelota y así no se puede. Seguramente yo tenga culpa, pero así no podemos competir”. Son las palabras de Cervera, cada vez más cuestionado por una parte de la afición, tras el partido, que lo dicen todo. DIARIO Bahía de Cádiz
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