“Podemos respirar con más de tranquilidad pero queda trabajo por hacer”. Es la reflexión que hace el colectivo Calle Viva tras la aprobación del cambio del PGOU para “evitar la excesiva turistificación”. Insiste en que este paso debió darse hace más de dos años, pero toda la oposición “se puso de lado de los inversores”.
El colectivo Calle Viva, que desde hace unos años lucha contra la turistificación en la capital gaditana, se ha congratulado por la reciente aprobación definitiva en pleno de una modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para “evitar la excesiva turistificación”, con el voto en contra del PP y la abstención de Ciudadanos.
A partir de ahora, en suelo residencial en el centro histórico sólo se podrán situar pisos turísticos y VFT (viviendas con fines turísticos) en fincas catalogadas como 0 y 1, mientras que en extramuros sólo se podrán habilitar en planta baja, primera y segunda.
Con todo, Calle Villa pone el acento en que la medida “ha llegado tarde y se ha retrasado en el tiempo”, provocando que exista actualmente un registro de 2.248 viviendas con fines turísticos en la ciudad.
“Ahora podemos respirar con un poco más de tranquilidad pero aún queda mucho trabajo por hacer y pensamos que el equipo de Gobierno debería seguir apostando por esas medidas agrupadas en cuatro bloques, que ya propusimos, como fue la modificación de la tasa de Residuos Sólidos Urbanos, la de una tarifa específica de agua para las VFT o la de crear un mecanismo de control para dicha actividad turística además de la tasa turística”, expone este colectivo en una nota remitida a DIARIO Bahía de Cádiz.
“tan sólo hay que darse un paseo por el casco histórico y ver cómo ha cambiado con fincas rehabilitadas con licencias para ser alquiladas en modalidad turística, o recordar el pasado y el presente verano para darse cuenta que Cádiz está turistificada”
“Después del fallido pleno de julio de 2020, donde el PSOE votó en contra de la propuesta del Gobierno local, y que fue un chasco para quienes peleamos por evitar la expulsión de vecinos de nuestros barrios, la situación se fue complicando y tan sólo hay que darse un paseo por el casco histórico y ver cómo ha cambiado el mismo con fincas rehabilitadas con licencias para ser alquiladas en modalidad turística o recordar el pasado y el presente verano para darse cuenta que Cádiz está turistificada”, reflexionan desde esta plataforma ciudadana.
En este punto se afirma que si en agosto del 2021 la capital había vivido, según el propio Ayuntamiento, “un verano con calles abarrotadas, bares y restaurantes completos a una semana vista y saturación de servicios en distintas zonas”, dando por hecho que era “una evidencia más de la deriva hacia la turistificación que está viviendo la ciudad”, ahora “no entendemos como la concejala de Turismo, Montemayor Mures, ha negado hace escasos días esta afirmación, sustentada por el PP y Cs públicamente”. Así lo hacía ante la Mesa de Turismo y Comercio, donde se daba luz verde repensar la viabilidad de una tasa turística, siempre y cuando el sector cambie de opinión, porque de entrada la rechaza.
En esa línea, de negar la turistificación local, Calle Viva señala a quienes votaron en contra en el último pleno (el principal partido de la oposición y el edil no adscrito Domingo Villero), “ya que van a seguir riéndose de los gaditanos con el fomento un discurso que alienta la precariedad, que alienta a construir viviendas de lujo en barrios obreros, que alienta un pensamiento ideológico para los suyos, excluyente con los vecinos, a los que les da igual que los expulsen de sus hogares de toda su vida. Una pena que esto ocurra pero prefieren abrir la puerta al ladrillazo, a la especulación que a la protección social de la ciudadanía”.
Y se insiste en que mirar al pasado “ya no sirve para nada” pero los tres partidos de la oposición (las dos derechas y el PSOE), en el pleno para abordar la turistificación hace dos veranos, “se pusieron de lado de los inversores, del lado de la expulsión de vecinos y dejaron de lado los intereses de la ciudad de Cádiz”. Meses después, la posición de los socialistas giró a favor de la ciudadanía, mas “se perdió mucho tiempo entre el primer pleno y el segundo y mucho más desde aquellos votos en contra de 2020 hasta septiembre del presente año, donde se han registrado 504 viviendas turísticas más y donde los problemas de la ciudad con respecto a esta materia han ido creciendo sin ninguna solución real y efectiva que nos protegiera de acabar como un parque temático”.
“se ha perdido mucho tiempo entre el primer pleno y el segundo y mucho más desde aquellos votos en contra de 2020 hasta septiembre de 2022, donde se han registrado 504 viviendas turísticas más”
Así, se repasa que sólo entre enero y septiembre de 2022 se han registrado 282 VFT, que son casi los mismos registros que los producidos en el mismo periodo del año 2020 (288) y del 2021 (276). Con estos números, para Calle Viva “algo no cuadra” cuando el concejal de Urbanismo, Martín Vila, habla de “ralentización” y de “paso importante” cuando lo realmente sucedido ha sido un “pasito”, porque el número de pisos turísticos en Cádiz “ha ido creciendo pese a ser una medida, en el fondo, proporcionada y que no va en contra del turismo pero sí que defiende los derechos de la ciudadanía”.
Una vez aprobado de forma definitiva este cambio puntual en el PGOU, se confía en que el trabajo de Vila (al frente de Urbanismo), de Eva Tubío (concejala de Vivienda) y de Montemayor Mures (de Turismo) “no debe quedarse aquí”. Se les exige que se apuesten por más medidas (como las planteadas por la propia Calle Viva), y se les propone “que sigan escuchando a los colectivos frente a quienes quieren llenarse los bolsillos, frente a quienes apuestan por un modelo de turismo para huir, un turismo que explota a los trabajadores, un modelo que dificulta el acceso a la vivienda, un modelo que es insostenible, que agota el día a día de la ciudadanía, que se merece y necesita un modelo de ciudad inclusivo, sostenible y que ponga en el centro políticas para los vecinos de nuestros barrios, que van perdiendo su idiosincrasia por culpa de las administraciones públicas que se embarran en debates absurdos”.
Todo ello “unido a realizar una política de vivienda que cubra las necesidades de la ciudad y que, al no fomentar la misma, aumenta la desilusión de quienes vivimos o de quienes quieren vivir en nuestra Cádiz”.