A agentes de la Polía Nacional que pasaban por las cercanías de la Jefatura Provincial de Tráfico les extrañaba comportamientos de personas junto a un coche que se quitaban y ponían prendas. Al cachearlos se les encontraba dinero, cámaras ocultas en las ropas y auriculares. Desde Tráfico corroboraban que uno de ellos acababa de examinarse.
La Policía Nacional ha desarticulado en Cádiz una trama dedicada a realizar exámenes para la obtención de permisos de conducir de manera fraudulenta. Los identificados utilizaban receptores y cámaras de alta tecnología ocultas en su ropa para utilizarlas en el momento del examen y asegurarse el aprobado.
Un equipo de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) localizaba días atrá en la plaza Escritor Ramón Solís, cercana a la Jefatura Provincial de Tráfico, a un hombre que tras percatarse de la presencia policial se quitó rápidamente una prenda que llevaba y la lanzó al interior de un vehículo que estaba estacionado en la zona.
Igualmente, los agentes observaron que una mujer estaba vistiendo a una joven con una chaqueta vaquera a la cual le entregaba un objeto sospechoso.
A partir de ahí, los policías interceptaron al hombre y procedieron a identificar a las dos mujeres al objeto de descubrir que pasaba, así como al resto de personas que estaban en el coche.
De este modo, según se expone en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, los agentes identificaron a un total de siete personas, y en el cacheo realizado localizaron en poder de tres de ellos las cantidades de 3.000, 2.200 y 1.400 euros respectivamente. También se intervinieron dos camisas de franela con un dispositivo de grabación de vídeo adosada al bolsillo, una chaqueta vaquera de color azul con cámara de vídeo oculta en un ojal, dos teléfonos móviles, dos módem tp link y dos auriculares.
Los agentes se entrevistaron con los responsables del aula de examen de tráfico, el cual confirmó que uno de ellos se había examinado del permiso de conducir, corroborando las sospechas de que habían realizado el examen “de forma fraudulenta”, utilizando una cámara que llevaba oculta en la chaqueta para transmitir las imágenes del ordenador del centro de exámenes. Las personas que se encontraban en el exterior recibían las imágenes y le comunicaban la respuesta correcta a través de un pinganillo-auricular diminuto.
Los hechos se han puesto en conocimiento de la Jefatura de Tráfico de Cádiz para realice el correspondiente expediente administrativo sancionador.