En una mañana de sábado brumosa, entre exageradas medidas de seguridad y numerosas autoridades civiles y militares (todos queriendo salir en la foto), Cádiz ha despedido al buque escuela de la Armada española, Juan Sebastián de Elcano, en el inicio de un nuevo crucero de instrucción, en concreto su nonagésimo séptimo periplo (XCVII).
Un “hasta luego” desde el muelle gaditano mucho más mediático y masivo de lo habitual cada enero, marcado por la presencia a bordo de Leonor de Borbón, la futura reina de España y Jefa del Estado sin que nadie la haya votado, en un país que se dice democrático.
La princesa de Asturias, que lleva desde el miércoles acaparando todos los focos pese a venderse desde la Casa Real y sus medios afines como “una más” de la dotación del buque, hará sólo parte de este crucero de instrucción como guardiamarina de primero para “experimentar de primera mano la vida en el mar y familiarizarse con las tradiciones marineras”.
“Este embarque representa un hito significativo en su formación integral como heredera al trono y refuerza su compromiso con las Fuerzas Armadas”, se asegura. Su padre y su abuelo ahora fugado en Abu Dabi, también se embarcaron en algún momento en Elcano, que en 2027 cumplirá su centenario desde que fue construido y botado en Cádiz, su ‘casa’, a la que volverá ya a mediados de julio.
EMOCIÓN, VÍTORES Y PITOS
Felipe VI y Letizia, los reyes pero también padres de Leonor, no han faltado a la cita, “emocionados”, llevándose los aplausos y vítores de muchos de los familiares y allegados de los embarcados, presentes en el blindado muelle. En contraposición, la ministra de Defensa, Margarita Robles, que llegada con algo de retraso, era recibida con gritos de “fuera, fuera” entre parte de ese educado público.
“A punto de zarpar para vuestro crucero de instrucción, la reina y yo queremos desearos buena mar, buenos vientos, pero sobre todo que aprovechéis esta etapa de vuestra formación como marinos, como militares y también en vuestra proyección en el mundo como españoles”, les ha dicho el monarca a la tripulación y especialmente a los guardiamarinas; insistiendo en que “lleváis el prestigio y la imagen de España sobre vuestros hombros. Que lo disfrutéis y que dejéis el pabellón bien alto en los mares y por los puertos a los que arribéis”.
Entre las autoridades, se han dejado ver: el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla; el delegado del Gobierno de España en Andalucía, Pedro Fernández; el alcalde de Cádiz, Bruno García; la presidenta de la Diputación, Almudena Fernández; y la presidenta de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, Teófila Martínez, entre otros políticos de PSOE y PP a nivel local y provincial; además del Jefe de Estado Mayor de la Defensa, Teodoro Esteban López y el Jefe de Estado Mayor de la Armada, Antonio Piñeiro.
La ceremonia empezaba temprano con misa en el Convento de Santo Domingo y la procesión de la imagen de la virgen del Rosario, La Galeona, embarcada como cada año. Y sobre el mediodía, y tras los protocolos rutinarios y los últimos besos y abrazos entre familiares y tripulación, el buque escuela soltaba amarras e iniciaba las maniobras para abandonar el puerto gaditano. Durante las primeras millas ha estado acompañado por embarcaciones pequeñas (convocadas por la asociación Cádiz con Elcano) y el buque Malaespina, con los reyes a bordo y otras autoridades.
MÁS DE SEIS MESES DE TRAVESÍA
Elcano acoge a 76 guardiamarinas (contando con la Borbón) y algo más de 200 personas de tripulación. El XCVII crucero de instrucción será un viaje de más de seis meses: este embajador del Estado español recorrerá el Atlántico y el Pacífico en un itinerario que lo llevará a doce puertos de diez países diferentes, combinando la formación de sus guardiamarinas con la representación diplomática en el extranjero.
Las primeras escalas incluirán Las Palmas de Gran Canaria y un cruce transatlántico hacia Salvador de Bahía (Brasil), para después visitar puertos como Montevideo (Uruguay) y Punta Arenas (Chile). La ruta continúa por la costa del Pacífico, haciendo escalas en Valparaíso (Chile), El Callao (Perú) y Panamá, antes de dirigirse al Caribe y el Atlántico norte.
Entre los destinos destacados están Cartagena de Indias y Santa Marta (Colombia), Santo Domingo (República Dominicana) y Nueva York (EEUU). En julio, el buque regresará a aguas españolas, con paradas en Gijón, Ferrol, y Marín, culminando su travesía el 21 de julio en ‘casa’, en la Bahía gaditana.
EL CENTENARIO SE ‘CELEBRARÁ’ EN CÁDIZ
El Juan Sebastián de Elcano fue botado el día 5 de marzo de 1927 y entregado a la Armada el 17 de agosto de 1928. Lleva, pues, casi cien años en la mar con más de un millón ochocientas mil millas náuticas navegadas por todos los mares del mundo y con recaladas en más de 70 países diferentes. Sólo ha dejado de navegar en los años 1937, 1938 y 1939 a causa de la Guerra Civil a raíz del golpe militar franquista contra la II República, y en 1956 y 1978 a causa de obras de gran carena.
En el reciente acto de inauguración de la colocación en la Punta de San Felipe de un antiguo mástil del bergatín goleta (el palo de mesana Nautilus, reemplazado en 2022) cedido por la Armada a la ciudad, el almirante jefe de Estado Mayor de la Armada, Antonio Piñero, en su intervención avanzaba que la capital gaditana acogerá en 2027 la celebración del centenario de la construcción y botadura de este barco: “celebraremos cien años de mar y vientos, de hispanidad; cien años en continua comunión con la ciudad de Cádiz”.
El buque escuela lleva el nombre del marino español que dio la vuelta al mundo por primera vez en 1522, completando el viaje que había comenzado bajo el mando del marino portugués (al servicio de la corona española) Fernando de Magallanes, fallecido a mitad de travesía. Carlos I otorgó a Elcano un escudo de armas con la leyenda ‘Primus circumdedisti me’ (El primero en circunnavegarme). DIARIO Bahía de Cádiz