Así, sí. Es el regusto que deja este sábado el Cádiz entre su afición, que por fin ve a un equipo que, con evidentes carencias, compite con intensidad y garra. Se rascó un punto (0-0) ante un Villarreal nada cómodo, en un partido con alternativas y en el que Conan Ledesma volvió a ser clave.
JORNADA 7. Tras el parón de selecciones, volvió LaLiga. Con la “liberación” que da haber arañado (sin merecerlo) antes de este descansito los primeros tres puntos tras un horroroso inicio de campaña, el Cádiz recibía en el Nuevo Mirandilla, en horario anti-fútbol y con viento de levante moderado, a todo un Villarreal que mira a Europa. Un exigente choque para tratar de demostrar que este equipo no es tan malo como reflejan sus números.
“Era importante ganar en Valladolid para quitarnos presión. Hemos entrenado con alegría, con ganas, nos ha liberado. El fútbol nos ha dado una oportunidad importante. Frente al Villarreal vamos con la idea de que no se sientan cómodos, que no tengan tiempo para pensar con balón. Debemos tener la capacidad de manejar la pelota y hacerles daño”, apuntaba el técnico Sergio González en la previa de este encuentro a las dos de la tarde del primer sábado de octubre.
Ante unas 15.500 personas en la grada (y como novedad, ambulancias presentes en ambas esquinas de los fondos con preferencia), el catalán recurría de inicio a Ledesma, bajo palos; Iza, Pacha Espino, Luis Hernández y Víctor Chust, en defensa; Rubén Alcaraz y Fede San Emeterio, en el centro del campo, con Alejo y Bongonda en los extremos; y arriba, Sobrino y Negredo.
Pasados ocho minutos de mucha pelea y estudio entre los dos contendientes, Conan salvaba la primera ocasión de peligro desviando a córner, con reflejos, un remate dentro del área de Baena. Poco después, una sucesión de indecisiones defensivas obligaba de nuevo al meta argentino a intervenir in extremis. Los amarillos presionaban e intentaban tener la pelota en su poder, no rifarla, pero haciendo poco daño arriba; todo lo contrario que el rival, que mostraba de tanto en tanto los dientes aprovechándose de demasiadas pérdidas de balón de los locales.
Y en el 18, el voluntarioso Rubén Sobrino estaba a punto de empujar en el área chica un buen centro de un activo Espino. La grada agradecía que los suyos al menos lo intentaran, y que no se dejaran superar sobre el verde, como parecería lógico, por los de Emery. Cuatro minutos después era un centro por la otra banda de Alejo, cabeceado también por Sobrino, el que forzaba al portero del conjunto castellonense.
Con el partido calentándose y enrareciéndose por un árbitro que no veía casi nunca faltas a favor del Cádiz, Lo Celso fallaba el 0-1 en el minuto 34 una oportunidad más que clara, a raíz de la enésima pérdida de pelota de los gaditanos. Con todo, y pese a esos fallos puntuales, se estaba viendo el encuentro más serio de lo que va de competición de los amarillos (hasta parecían un equipo de Primera), empequeñeciendo por fases al Villarreal, muy incómodo.
La segunda mitad arrancaba un tanto sesteante, sin que pasara nada reseñable, hasta que Pedraza la mandaba al palo en el 55 para despertar de golpe al Nuevo Mirandilla. Y Sergio González movía el banquillo: entraban Álex Fernández, Choco Lozano y Lucas Pérez por San Emeterio, Negredo y Bongonda.
El Villarreal, de lila, gozaba ahora de más tiempo de posesión y los de casa buscaban el robo o error, y correr a la contra. Y Ledesma salvaba un mano a mano con Jackson, en el 61.
El Cádiz respondía metiendo por unos minutos a los hombres de Unai Emery en su campo y Lucas Pérez tenía más o menos cerca el primero gol. José Mari reemplazaba a un ovacionado Alcaraz. Y a medida que avanzaba el crono, los gaditanos se iban más arriba, merodeando los dominios de Rull, y al fin llegaron las necesarias ocasiones.
Choco se colaba solo ante el portero, en el 80, sin acierto. Apretaban los de casa, el público se mantenía enchufado, se pedía penalti por unas posibles manos, otra oportunidad a la que no llegaba por poco Lucas, Iza la mandaba a las nubes… y cinco minutos de descuento: Zaldua entraba por un Iván Alejo con molestias, y el lateral portuense se ganaba la roja al agarrar a Danjuma que se escapaba hacia la portería. La peligrosa falta acabó en nada, y el entretenido empate sin goles no se movió del marcador.
En su valoración del partido, Sergio González reconocía que se va “contento con las sensaciones”, compartiendo sentimiento con gran parte de la afición cadista. “No empezamos bien, sus ocasiones han sido más por errores nuestros que méritos suyos pero salimos vivos. Y en los últimos veinte minutos hemos sido superiores. En general hemos transmitido que queríamos”, incidía en sus declaraciones el entrenador del Cádiz CF. DIARIO Bahía de Cádiz Dany Rodway