“Les he ofrecido mi verdad, la mía y la de mi gobierno”. Con esta sentencia ponía punto y final a su intervención el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy (previa a un amago de coloquio) durante su participación en el llamado Foro Joly Andalucía, celebrado el viernes en el emblemático Oratorio de San Felipe de Cádiz (sí, ese templo que la Junta de Andalucía rehabilitó para la efeméride de 2012, y que la Iglesia recuperó como nuevo un año después para su ‘uso’ exclusivo), como colofón al 150 aniversario de Diario de Cádiz, que dicho periódico ha estado festejando desde el pasado año con diferentes actos y actividades (también se logró traer meses atrás al rey para la foto en un macro-ágape en la desaprovechada antigua estación de trenes, y poco después cerrar la propia imprenta, Ingrasa en Puerto Real, externalizar el servicio en Sevilla y dejar en la calle a una treintena de personas).
Y si dentro del Oratorio abundaban las chaquetas, corbatas y la laca, lo más selecto y representativo de la sociedad gaditana (según este periódico a la hora de repartir invitaciones), cerca (pero bien lejos con su correspondiente cordón policial) se desgañitaba un grupo de pensionistas, trabajadores, parados, feministas y diferentes mareas para recibir, y no darle precisamente la bienvenida, a Rajoy y su séquito. La calle protestando por sus políticas y las de sus socios presentes y futuros, la que las sufre. La calle, al menos una parte de la “realidad” ignorada, ante esa “verdad” de quien defiende tanto a España, y pasa de muchos de los españoles de a pie. Salvo si le piden hacerse un ‘selfie’.
El presidente del Ejecutivo se ha dejado ver por la provincia tanto el viernes como el sábado, en este acto institucional (aunque uno nunca sabe cuando acaba lo institucional y comienza lo partidista), y en otros ya de campaña electoral (en Jerez o El Puerto), pensando en las municipales de 2019.
En el Oratorio, donde fue recibido por el alcalde, José María González ‘Kichi’; la presidenta de la Diputación, Irene García; el delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz, Juan Luis Belizón; y por el presidente de la Fundación Unicaja, Braulio Medel (se ve que este banco costea este tipo de foros del Grupo Joly), Mariano Rajoy, durante su discurso, como era previsible, trató de ligar la mitificada Constitución de 1812, que se debatió y proclamó en este templo, con la vigente de 1978, esa surgida para un tiempo concreto y en unas tensas circunstancias históricas (el supuesto paso de una larga dictadura a la democracia) que ningún español con más de 58 años ha podido votar y que este año cumplirá 40 años en vigor (otra cosa es pensar que se esté cumpliéndo al pie de la letra).
A partir de ahí, para este conservador la “transformación que se ha producido en España” ha sido “increíble”. La España constitucional “ha llevado progreso y bienestar a la vida de los españoles de un modo antes desconocido en nuestra Historia”, repetía. En su opinión, esa transformación ha llegado a todos los ámbitos: en la economía (“somos una de las economías más competitivas del mundo”), en el Estado del bienestar (“nuestras pensiones, sanidad, educación y prestaciones sociales son de las mejores”) y en el peso que el Estado español tiene en la escena internacional (“somos un país cuya voz cada vez tiene más eco en el mundo”). El argumentario habitual para incidir en que, a su juicio, “somos un gran país” y “lo hemos conseguido juntos. Los españoles, los partidos políticos que han gobernado, los que han ayudado a gobernar, los agentes sociales y la sociedad civil”, por lo que es “bueno que estemos orgullosos todos los días de la España que entre todos hemos construido y de la que estamos construyendo”.
Más allá, centró su perorata en los dos “desafíos” que, asegura, ha tenido que enfrentar su España en los últimos tiempos: la crisis-estafa y Catalunya. Y, en su opinión, el país “ha salido fortalecido” de ambos. Del primer asunto, ha repetido que “logró evitarse el rescate” gracias al “esfuerzo de los españoles y con una política económica acertada”, la suya, claro. Según “todas las previsiones”, añadía, durante los próximos tres años, “España seguirá creciendo a una media de 2,5% y creando medio millón de puestos de trabajo al año”. De la precariedad y temporalidad de ese empleo, ni palabra, con la ministra competente, Fátima Báñez, entre el respetable.
Y sobre la cuestión catalana, a su entender, el Gobierno del PP “ha dado una respuesta constitucional”, actuando con “prudencia”, “moderación”, “responsabilidad” y “determinación” al aplicar “el artículo 155 por primera vez en nuestra historia”. De los cientos de catalanes apaleados por votar, de los millones que reclaman otra relación con el Estado central y de los políticos presos por hacer política, ni una línea en su discurso. Es más, para Rajoy, hoy Catalunya (actualmente intervenida y sin autonomía), “está mejor” debido a que se han puesto “en marcha todas las medidas para defender la unidad, la libertad y la igualdad en España”. “En España se pueden defender todas las ideas, absolutamente todas, sean cuales sean, pero han de defenderse dentro de la ley”, remarcaba. Aunque si vistes de amarillo…
Para el jefe del Ejecutivo, según recoge DIARIO Bahía de Cádiz de fuentes de la Moncloa, “todos debemos hacer un esfuerzo para superar con grandeza y madurez el episodio separatista” y “la mejor forma de hacerlo es seguir hablando y dialogando sobre los asuntos que nos harán mejores en el futuro”. Y básicamente, negociando un nuevo modelo de financiación autonómica.
“EN UNA DEMOCRACIA LA INFORMACIÓN ES SAGRADA”
Pero durante su intervención en la capital gaditana, Mariano Rajoy también encontró hueco para hablar de “libertad de imprenta”, teniendo en cuenta además de la excusa por la que estaba invitado. Así, recordó que precisamente las Cortes de Cádiz por primera vez en la historia de España, “reconocieron” esa libertad, tan en cuestión y en peligro desde hace tiempo.
El Gobierno central del PP sólo debe mirar qué está pasando con la radio-televisión de todos los españoles, RTVE, y cómo sus periodistas y trabajadores denuncian día tras la manipulación en sus informativos y programas. Sin sonrojarse, el presidente, en este contexto eclesiástico, sermoneaba sobre que la “responsabilidad de los medios de comunicación es hoy mayor que nunca porque la mentira, cuando es instantánea y global, es más difícil de vencer”. Y subrayaba que “en una democracia la información es sagrada, pero debe ser libre y veraz. Porque cuando la desinformación oscurece el juicio de los ciudadanos la democracia se acaba”. Y tan pancho.
Tras el discurso, Rajoy fue ‘entrevistado’, o algo parecido, por el director de Diario de Cádiz, David Fernández. Entre las diversas cuestiones de ámbito estatal o regional, y las esperables contestaciones (en gran parte, respuestas vacías), acercando el foco a la provincia, se le preguntó sobre la Base de Rota, sobre el peaje de la autopista o incluso sobre el futuro de Teófila Martínez, después de que haya decidido que no volverá a aspirar a la Alcaldía de Cádiz, tras ser desalojada del ‘sillón’ en 2015: “Teófila es muy competente y capaz y podría formar parte del Gobierno, no se le ha pasado el tren”, dejaba dicho.
Acabadas las intervenciones y tras fotos y posados, la comitiva, a pie, se trasladaba hasta el Casino Gaditano, en la plaza de San Antonio, donde les esperaba el ‘croqueteo’ correspondiente.
Y CON ALCALDABLES DEL PP EN JEREZ
El sábado, el presidente del Gobierno continuó su ‘visita’ a Cádiz, ya con su traje de presidente del PP nacional, para participar en Jerez en un acto de presentación de alcaldables del partido en la provincia de cara a 2019. En su discurso, volvió a repetir las mismas ideas sobre Catalunya, sobre la necesidad de que se aprueben los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2018, e incluso habló de ETA tras su reciente disolución formal (“no ha habido conflicto, sino unos terroristas que han quitado a la gente sus derechos más fundamentales, el primero de ellos la vida”).
Rajoy, ante los suyos y en plan mitin de precampaña, apelaba “a todos esos que andan quejándose de todo” para decirles que “estamos orgullosos de nuestro país, que ha avanzado mucho -y va a avanzar más- con el trabajo, el esfuerzo, la dedicación y los buenos gobiernos que creen empleo y no lo destruyen”. “Hay quien no confía en su país y todo lo ve mal, yo confío en mi país, el Gobierno y el PP también, y esa confianza es el mayor estímulo y la mayor garantía de que seguiremos creando puestos de trabajo”, apostillaba.
En este acto, entre otros también intervenía la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, y el presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla. Y por su puesto, el presidente provincial del PP, Antonio Sanz, a quien le faltaba tiempo para agradecer “el apoyo y el cariño” que el Gobierno de Mariano Rajoy “muestra hacía la provincia gaditana”. “Presidente aquí tienes a los candidatos que van a ganar las próximas elecciones, un gran equipo de alcaldes y candidatos que se dejan la piel a diario por defender los intereses de los vecinos de los pueblos y ciudades, y que representan el proyecto del PP de Cádiz, un partido unido para gobernar una provincia líder”.
Para quien es además delegado del Gobierno en Andalucía, es innegable el “compromiso” del Ejecutivo de la derecha con el presente y el futuro de la provincia de Cádiz, asegurando que “gracias a la gestión de Rajoy, el PP es el partido de las buenas noticias, de las soluciones y de las oportunidades de empleo para los gaditanos, de manera que somos un partido útil para los ciudadanos”.
Además, incidía en la necesidad de “aupar” a Moreno Bonilla a la presidencia de la Junta de Andalucía, “porque Cádiz necesita un Gobierno en Andalucía que mime, cuide y apoyo a los gaditanos”. Frente a ello, ha criticado el “engaño, castigo y eterno incumplimiento del socialismo andaluz”.
“LA PROVINCIA ESPERABA MÁS DE LA ‘VISITA’ DEL PRESIDENTE”, PARA EL PSOE
Por su lado, la secretaria general del PSOE de Cádiz, Irene García, ha lamentado que la visita de dos días a la provincia del presidente del Gobierno, “haya quedado en poco más que un acto protocolario, sin más ambición política que la participar en un acto de presentación de candidatos de su partido a las elecciones municipales”.
García ha subrayado que “la provincia esperaba más del presidente” y en este sentido, ha apuntado cuestiones que se han echado en falta en sus pronunciamientos como “el anuncio de medidas excepcionales para combatir el desempleo, un compromiso de garantías para Navantia o un incremento de las inversiones previstas en los PGE que atiendan a problemas peculiares de la provincia, como el incremento de medios destinados a la seguridad ciudadana ante el repunte del narcotráfico o los efectos del Brexit”. “Si ha hecho ejercicio por las playas gaditanas, habrá podido comprobar que éstas necesitan también de un impulso para que puedan estar listas de cara a la temporada veraniega y que se ejecuten cuanto antes las partidas destinadas a la recuperación del litoral”, ha apostillado.
A juicio de la dirigente socialista, “ha sido una oportunidad perdida para que los gaditanos pudieran percibir a un presidente cercano y sensible a sus problemas, con voluntad de solucionarlos”.
“Un presidente que rectifique en algo el olvido al que ha tenido sometida a Cádiz y, aunque sea en la recta final de su mandato, comprender que hay territorios a los que debe prestar una atención especial porque no son rincón, sino puerta de entrada del continente europeo”, ha sentenciado quien además es presidenta de la Diputación.