CRÓNICA COPA. Cádiz y Sevilla estrenaron el nuevo año, tras el parón navideño y con el peaje de la autopista que une ambas provincias un poco más caro, midiendo sus fuerzas, desniveladas a priori, en los octavos de la Copa del Rey. La ida de un atractivo duelo de vecinos (promocionado con un cartel-homenaje a Francisco Ruiz Brenes, Súper Paco, quien defendió la portería de los dos conjuntos), en la noche del miércoles todavía en plenas fiestas en el Ramón de Carranza, con notable ambiente y un mosaico amarillo y azul en el graderío patrocinado, los menos habituales en el once de Cervera y el debut de Vicenzo Motellla en el banquillo sevillista, tirando de titulares. Los de Primera partían, obviamente, como los favoritos de la eliminatoria. Pero también lo era el Betis en la ronda precedente.
“Vamos a disputar la competición e intentar ganar el partido”, dejaba claro el técnico cadista en la previa del choque, pese a recurrir a los hombres con menos minutos y reconociendo el potencial de un rival de Champions. El Cádiz alcanza estos octavos del torneo del KO tras eliminar a Almería, Osasuna y Betis, y no descuidar lo que de verdad le motiva, que es la liga. Y ha vuelto a premiar a sus abonados con entradas a 5 euros. Así, el espectáculo superó las 17.500 personas en las gradas, más de 300 de la afición hispalense en un lateral de preferencia y otro nutrido grupo en plena tribuna.
Yáñez bajo palos; Brian Oliván, Correa, Villanueva y Mauro, en defensa; Perea, Garrido y Álex en el centro del campo; Aitor y Moha de extremos y Barral en la delantera, formaron el equipo inicial del Cádiz, que inició la partida al ritmo que le marcaron los de negro, que sin hacer nada del otro mundo, en el minuto 8 se ponían ya por delante con tanto de Nolito, el de Sanlúcar.
El ritmo trabado y lento no varió, con el Sevilla dueño de la pelota y los de casa sin saber cómo meterle mano a la situación, y en el 22, un mal despeje de Brian permitía a Navas hacer el segundo. Y el que pudo ser el tercero lo despejaba Yáñez a córner poco después, un mano a mano con Nolito; el mismo gaditano la mandaba al palo en el 32, en otra jugada con despiste defensivo añadido.
No mucho más de un buen centro de Aitor en el minuto 35 que cabeceaba muy desviado David Barral es casi todo el bagaje ofensivo que ofreció el plantel amarillo en un primer tiempo descompensado, en el que dio la sensación de no estar compitiendo; y que con el paso del crono fue enfriando lo que debía ser una fiesta en la grada.
Los primeros compases del segundo periodo no ofrecieron apenas novedades, hasta que en el 52, un disparo lejano con intenciones de Perea pareció animar al Cádiz y a la afición. Tres minutos después era Aitor el que desde la frontal hacía estirarse al guardamenta sevillista Sergio Rico. No obstante, el arreón local se fue diluyendo y el conjunto de la capital andaluza volvía a manejar el juego. Cervera se dio cuenta de la inercia y buscó el revulsivo de Salvi y Alvarito, reemplazando a Barral y Aitor.
Precisamente los nuevos protagonistas firmaron en el 74 uno de los lances del choque: un centro de Salvi por la izquierda que remató con el exterior Álvaro García por encima del larguero. En el 80, Álex Fernández se inventaba un magistral chut que salvaba el portero, y tres minutos después, Rico cometía penalti sobre Salvi: la gran oportunidad de asustar al Sevilla, y reabrir la eliminatoria, pero el disparo desde los once metros, del propio extremo, se estrellaba en el palo. Este Cádiz sigue desperdiciando penas máximas.
Con todo, y pese al 0-2, que no terminó de moverse, los locales acabaron el duelo en campo visitante, metiéndole cierto miedo en el cuerpo, y pareciéndose más a ese Cádiz que acabó 2017 enrrachado. La vuelta de esta ronda copera, el próximo jueves en el Sánchez Pizjuán, y quién sabe… DIARIO Bahía de Cádiz