Esta semana, y en concreto el 18 de agosto, se cumplen 73 años de la explosión de Cádiz de 1947. Ese día, al anochecer, estalló un depósito de minas submarinas situado en pleno corazón del barrio de San Severiano y se cobró la vida de al menos 150 personas, y hubo unos 2.000 edificios afectados sobre todo en Extramuros. El Ayuntamiento vuelve a recordar esa fatídica fecha (comparada en estos días con las recientes explosiones en el puerto de Beirut, en el Líbano) con varias actividades y la tradicional ofrenda floral, en esta ocasión sin acto, por aquello del coronavirus.
Se han organizado este lunes y el martes tres turnos de visitas guiadas por la exposición permanente ‘La explosión de 1947’, instalada en la Sala San Juan Bajo del castillo de Santa Catalina, todas a cargo del especialista del Instituto Español para la Reducción de Desastres (IERD), José Antonio Aparicio Florido.
El horario será a las 12, a las 18 y a las 19 horas. En principio se habían abierto dos turnos por jornada, pero la gran acogida de la iniciativa (con los cuatro turnos ofertados completos desde hace días) aconsejaba abrir un tercer turno.
Para poder solicitar y reservar las visitas, está habilitado el correo electrónico visitas.explosion1947@cadiz.es . Este recorrido tendrá un máximo de 15 personas (aforo limitado) y todos los grupos mantendrán la distancia social permitida. Asimismo, es obligatoria la mascarilla durante las mismas.
La exposición permanente que abría en 2017, según apuntan desde el Consistorio en un comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz, se va a enriquecer con la inclusión de nuevas piezas y va a cambiar la configuración de la misma “para ofrecer un recorrido más lógico e instructivo”.
Además, el miércoles 19 a las 19 horas está previsto que se desarrolle la videoconferencia ‘La transformación de la ciudad: realidad y mitos’, a cargo del mismo José Antonio Aparicio, para la que también podrán solicitar el acceso a través del mismo correo electrónico establecido para las visitas, y en el que las personas interesadas deberán especificar su nombre y su correo electrónico para poder acceder a la charla virtual.
Por otro lado, este 2020, como medida preventiva frente al Covid-19, el tradicional acto de ofrenda floral ante el monumento que recuerda la tragedia en la plaza de San Severiano con la presencia de autoridades locales, militares y vecinos no se realizará como ha venido siendo habitual en los últimos años, y sólo se colocarán las flores por la mañana por parte de representantes municipales.
UN POCO DE HISTORIA
El fatídico 18 de agosto de 1947 se produjo, por la noche, una explosión en un depósito de minas de la Base de Defensas Submarinas; suceso que arrojó el balance de más de 150 personas muertas, 5.000 heridos, y 2.000 edificios afectados.
Aquella noche la onda expansiva arrasó el barrio de San Severiano y los astilleros, los edificios de la barriada España, los chalets de Bahía Blanca, los Cuarteles, la Casa Cuna, el campo de la Mirandilla y el sanatorio Madre de Dios. En la Casa Cuna murieron niños y hermanas de la Caridad. En los edificios de los alrededores fueron sepultadas familias enteras.
Una explosión que quedó fundamentalmente reducida al Cádiz de Extramuros, ya que las viejas murallas de las Puertas de Tierra y de San Roque, defendieron en gran parte al centro de la capital, pese a que dicen que hasta las puertas de la Catedral se doblaron como consecuencia de la deflagración, cuyas causas aún no son del todo claras y más teniendo en cuenta que fue un hecho que intentó silenciar la dictadura franquista: se habla de accidente, en cualquier caso, evitable –de hecho no era entendible mantener un depósito de minas junto a la población-, e incluso de sabotaje terrorista.
Con todo, Extramuros, lo que el gaditano llama Puertatierra, es consecuencia directa de la reconstrucción de la ciudad tras la explosión. Y la ayuda del Régimen. Así nacieron las barriadas España, Trille, Brunete, Puntales, o La Paz. E incluso el Estado nacionalizaba el astillero de Echevarrieta y Larrinaga, arrasado por el suceso y en horas bajas, naciendo Astilleros de Cádiz, hoy, tras sucesivas crisis, parte de Navantia.