Seis meses después, el buque escuela de la Armada española, Juan Sebastián de Elcano, que tiene como cometido principal la formación integral en la mar (marinera, militar, social y humana) de sus futuros oficiales, ha vuelto a ‘casa’. Autoridades, familiares y amigos, en el Puerto de Cádiz, han dado una calurosa ‘bienvenida’ un año más al emblemático bergantín-goleta tras su crucero de instrucción de guardiamarinas, que comenzaba el pasado enero, igualmente, desde aguas gaditanas.
En la mañana del domingo, sobre las 10 horas, Elcano ha atracado en el muelle Ciudad, antes de poner rumbo horas después a su base de La Carraca, en San Fernando. Su dotación ha sido recibida por el comandante general de Infantería de Marina, Rafael Roldán, el alcalde de Cádiz, Bruno García, y la subdelegada del Gobierno de España, Blanca Flores, quienes han presidido este acto de recibimiento y han dirigido unas palabras a la dotación, antes de que pudiera bajar del barco para fundirse en abrazos y besos con sus familiares.
El buque escuela realizó su última escala en la Escuela Naval Militar de Marín entre los días 12 y 17 de julio, donde desembarcó a los 82 guardiamarinas de las promociones 426 de cuerpo general y 156 de infantería de marina.
Desde la Armada se remarca en el comunicado remitido a DIARIO Bahía de Cádiz que el casi centenario barco ha desarrollado “exitosamente”, en este XCVI crucero de instrucción, las dos misiones principales que tiene encomendadas, como son la formación integral de los guardiamarinas como parte del tercer curso de sus cinco años de formación en la Escuela Naval Militar, así como apoyar la acción exterior del Estado español en aquellos puertos que visita. Además, ha continuado con las investigaciones como “observatorio del cambio climático”, en colaboración con la Universidad de Cádiz.
Este crucero de instrucción ha llevado al Juan Sebastián de Elcano a realizar diez escalas, ocho de ellas en el extranjero. Tras haber recalado en Las Palmas de Gran Canaria, puso rumbo a Fortaleza (Brasil), Santo Domingo (República Dominicana), Manzanillo (Méjico), San Diego (EEUU), Amador (Panamá), Nueva Orleans (EEUU), Boston (EEUU), Londres (Reino Unido) y finalmente, Marín (España). Ha navegado más de 20.500 millas por el océano Atlántico, el mar Caribe, el océano Pacífico y los ríos Misisipi y Támesis, cruzando dos veces el canal de Panamá.
El buque, al mando actualmente del capitán de navío Luís Carreras-Presas do Campo, cuenta con una dotación formada por 21 oficiales, 21 suboficiales, 135 militares de la escala de Marinería y Tropa, y dos maestros civiles.
Y EN 2025, CON LEONOR A BORDO
Construido en los astilleros ‘Echevarrieta y Larrinaga’ de Cádiz, el Juan Sebastián de Elcano fue botado el día 5 de marzo de 1927 y entregado a la Armada el 17 de agosto de 1928. Lleva, pues, casi cien años en la mar con más de un millón ochocientas mil millas náuticas navegadas por todos los mares del mundo y con recaladas en más de 70 países diferentes. Sólo ha dejado de navegar en los años 1937, 1938 y 1939 a causa de la Guerra Civil a raíz del golpe militar franquista contra la II República, y en 1956 y 1978 a causa de obras de gran carena.
Actualmente el buque se encuentra inmerso en un plan plurianual de mantenimiento (en los astilleros de Navantia San Fernando), con el que la Armada asegura que llega plenamente operativo a los cien años de servicio.
Además, el año que viene, su 97 crucero de instrucción será algo más especial (y mediático), ya que está previsto que entre su dotación se integre la princesa de Asturias y futura reina de España, si nada cambia antes, Leonor de Borbón. La heredera ingresará a finales de agosto en la Escuela Naval de Marín para avanzar en su formación militar.
El buque escuela lleva el nombre del marino español que dio la vuelta al mundo por primera vez en 1522, completando el viaje que había comenzado bajo el mando del marino portugués (al servicio de la corona española) Fernando de Magallanes, fallecido a mitad de travesía. Carlos I otorgó a Elcano un escudo de armas con la leyenda ‘Primus circumdedisti me’ (El primero en circunnavegarme).