Cádiz rememoró con una ofrenda floral este lunes el 67 aniversario de la mayor catástrofe que ha sufrido la ciudad en los últimos tiempos. El 18 de agosto de 1947 se produjo una terrible explosión en un depósito de minas de la Base de Defensas Submarinas; suceso aún poco claro conocido como la ‘Explosión de Cádiz’ que arrojó el balance de más de 150 muertos y unos 2.000 edificios afectados, sobre todo en Extramuros.
Cádiz recordó este lunes el 67 aniversario de la mayor catástrofe que ha sufrido la ciudad en los últimos tiempos. El infausto 18 de agosto de 1947 se produjo una terrible explosión en un depósito de minas de la Base de Defensas Submarinas; suceso conocido popularmente como la ‘Explosión de Cádiz’ que arrojó el balance de más de 150 muertos y unos 2.000 edificios afectados, sobre todo en Extramuros.
La alcaldesa, Teófila Martínez, acompañada por bastantes concejales de su equipo de Gobierno, y alguno de la oposición, así como por representantes de distintas federaciones vecinales y de otras instituciones como la Guardia Civil y la Armada, participaron en la mañana del lunes día 18 en este ya habitual homenaje a las víctimas que hubo en la ciudad con motivo de aquella explosión. Se colocaron flores en el monolito de la plaza de San Severiano.
Ya por la noche, en el Claustro de Santo Domingo está programado el concierto conmemorativo a las víctimas de la explosión, con la actuación de los solistas de la Camerana del Gran Teatro Falla, Desiré Seglar, Pedro Miguel Calvo y Patricia Vázquez, y dentro del exitoso ciclo ‘Las Noches Clásicas’, organizado por la concejalía de Artes Escénicas.
HACE YA 67 AÑOS
El fatídico 18 de agosto de 1947 se produjo una terrible explosión en un depósito de minas de la Base de Defensas Submarinas; suceso conocido popularmente como la ‘Explosión de Cádiz’ que arrojó el balance de más de 150 personas muertas, 5.000 heridos, y 2.000 edificios afectados.
Aquella noche la onda expansiva arrasó el barrio de San Severiano y los astilleros, los edificios de la Barriada España, los chalets de Bahía Blanca, los Cuarteles, la Casa Cuna, el campo de la Mirandilla y el sanatorio Madre de Dios. En la Casa Cuna murieron niños y hermanas de la Caridad. En los edificios de los alrededores fueron sepultadas familias enteras.
Una explosión que quedó fundamentalmente reducida al Cádiz de Extramuros, ya que las viejas murallas de las Puertas de Tierra y de San Roque, defendieron en gran parte al centro de la capital, pese a que dicen que hasta las puertas de la Catedral se doblaron como consecuencia de la deflagración, cuyas causas aún no son del todo claras y más teniendo en cuenta que fue un hecho que intentó silenciar la dictadura franquista: se habla de accidente, en cualquier caso, evitable –de hecho no era entendible mantener un depósito de minas junto a la población-, e incluso de sabotaje terrorista.
Con todo, Extramuros, lo que el gaditano llama ‘puertatierra’, es consecuencia directa de la reconstrucción de la ciudad tras la explosión. Y la ayuda del Régimen. Así brotaron la nueva barriada España, Trille, Brunete, Puntales, o La Paz. E incluso el Estado nacionalizaba el astillero de Echevarrieta y Larrinaga, arrasado por el suceso y en horas bajas, naciendo Astilleros de Cádiz, hoy, tras sucesivas crisis, Navantia.